Descubiertas en Viator las primeras evidencias de gusanos marinos
La investigación parte de la excavación hecha en 2006 en la Base Militar donde se descubrieron los restos fósiles de una ballena de hace cinco millones de años

El estudio paleontológico realizado en la Base Militar Álvarez de Sotomayor de la Legión, en Viator, que contó con la financiación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la colaboración del Ministerio de Defensa, ha permitido descubrir la primera evidencia del registro fósil de la actividad de un tipo de gusanos marinos 'comedores de huesos', a los que se les atribuye una antigüedad aproximada de unos cinco millones de años.
Este importante hallazgo, que ha sido publicado en el último número del mes de abril de la revista de Paleontología Internacional Palaios, ha sido realizado por un equipo de expertos, integrado por los doctores en Paleontología Fernando Muñiz, a la cabeza, Jordi María de Gibert Atienza (Universidad de Barcelona) y Raúl Esperante (Geoscience Research Institute de California, EEUU).
La investigación arrancó en el año 2006, cuando Muñiz y el geólogo almeriense Jesús Berbel realizaban una excavación en el campo de tiro y maniobras de la Base almeriense de la Legión.
Durante el reconocimiento del terreno hallaron un bloque de roca, que contenía huesos incompletos del cráneo de una ballena fósil.
Los restos óseos fosilizados del cetáceo contenían estructuras (huellas) atípicas en los huesos, por lo que se procedió a la recogida de la muestra para su posterior estudio, del que los científicos ya advertían su relevancia ante la novedad del hallazgo.
Los restos fósiles se pusieron a disposición de Fernando Muñiz, actual coordinador del proyecto para la creación del Centro de Interpretación Paleontológica Ciudad de Lepe, conveniado entre la Consejería de Cultura de la Junta, el Ayuntamiento de la localidad onubense y el Grupo de Investigación RNM326 'Tectónica y Paleontología' de la Universidad de Huelva.
El científico contactó con los especialistas Gibert y Esperante, con los que trabaja en la tafonomía de restos fósiles de cetáceos, una novedosa línea de investigación, que después de cuatro años obtiene resultados, publicándose además en la revista científica Palaios.
Según explica el paleontólogo que encabezó la excavación, "estudios actuales han revelado que la presencia esporádica del cadáver de un cetáceo como el de una ballena en el fondo marino supone una rica fuente de alimento, aprovechada por diferentes comunidades de organismos, entre ellas, algunas tan singulares como los gusanos osteófagos (comedores de huesos)", señala Muñiz.
En esta línea de investigación, Muñiz, Gibert y Esperante añaden que "biólogos del Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI) de California publicaron en 2004 en la prestigiosa revista 'Science', nuevas especies de gusanos siboglínidos marinos, que se alimentan de los huesos de esqueletos de ballenas en el fondo marino.
Debido a este peculiar hábito alimenticio, los biólogos denominaron a estos gusanos bajo el nombre de Osedax (devoradores de huesos).
Estos gusanos Osedax viven en simbiosis con unas bacterias, que ayudan al gusano a perforar el hueso y a obtener el alimento necesario, alojándose en el cuerpo del gusano, que puede incluso llegar a destruir por completo la estructura interna de los huesos".
El resultado de la investigación permite concluir que "el estudio de las huellas halladas en los huesos fósiles encontrados en Almería constituyen el primer y único registro fósil hasta la fecha de la actividad de estos gusanos osteófagos".
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