Cronistas oficiales, un título vitalicio en tiempo y forma
Emilio Hanza es el primer cronista oficial de Canjáyar
Ginés Pastor y Enrique Fernández lo son en Macael y Cuevas del Almanzora
Asesoran y difunden; investigan y aportan datos, pero no son ni archiveros ni historiadores al uso. Son los cronistas oficiales. Esta figura de narrador local, cuyas primeras referencias datan del siglo XIV, sobrevive al paso del tiempo y a la irrupción de las nuevas tecnologías de información. Macael, Cuevas del Almanzora y Canjayar son los únicos ayuntamientos almerienses donde sigue vigente este cargo honorario y vitalicio.
En Almería, el consistorio de Macael designó a Ginés Pastor Medina en 2007 como su cronista oficial. Cuevas del Almanzora hizo lo propio en febrero de 2015 y le concedió este título a Enrique Fernández Bolea, licenciado en Filología Románica, profesor de italiano y autor de decenas de artículos y monografias cuevanas.
En el caso del Ayuntamiento de Canjayar, reunido en sesión plenaria y por unanimidad, le otorgó esta distinción a Emilio Esteban Hanza el 17 de abril de 2013. El implicado tomó posesión del título cuatro días después, coincidiendo con las fiestas patronales de Canjayar, donde vio la luz en 1929. En este pueblo alpujarreño conserva un cortijo que frecuenta los fines de semana y en vacaciones. Lo hace con su mujer, Gracia Navarro Oña, y sus cuatro hijos, a quienes ha imbuido su pasión por el Derecho. Así, uno es notario en Málaga y otros dos son abogados. El cuarto es profesor.
Canjayar forma parte del triángulo sentimental y vivencial de este almeriense. Lo es junto a su familia y la abogacía, profesión que ha ejercido durante medio siglo. Identificado con sus gentes y muy ligado con su historia y tradiciones, la Corporación municipal "de este pueblo blanco entre las montañas, el más pintoresco de las Alpujarras", como él mismo ha dejado escrito en el himno de la localidad,- ha abierto en su honor el Reglamento de Honores y Distinciones en otras dos ocasiones y le hizo hijo predilecto, primero, y titular de una calle, antes de proclamarle su primer cronista oficial.
"He colaborado mucho con la Parroquia y Ayuntamiento, y mi expediente tiene seis cuadernos con colaboraciones en revistas, prensa escrita y radio. En Canjayar, tengo familiares de segundo grado y muchos amigos. Estoy muy ligado al pueblo y tengo mucha colaboración con Francisco Alonso Martínez -su actual alcalde- muy activo y un gran músico, y se dedica mucho al plano intelectual", comenta el implicado en entrevista con Diario de Almería.
Hanza tiene muy claro cuáles son los mandamientos inexcusables de todo cronista. "El cronista tiene que ser honrado con la verdad y no transmitir crónicas falsas y desligarla en lo posible de pretensiones fuera de la información. No temer decir la verdad es el segundo y tercer mandamientos. Y procurar ser claro para que el lector sepa interpretarlo", asegura.
Y también sabe deslindar dónde debe de acabar el cometido de todo cronista local. "El archivero es del que se nutre el cronista. El cronista no es un historiador por esencia, pero escribe crónicas en el campo de la historia. Toda investigación reporta datos y éstos son la historia, y el pilar de la historia es la autoría. Yo no soy historiador de profesión porque he sido jurista, pero siempre me ha gustado la historia. Empecé por estudiar la del Derecho. Luego, la de España y la de Almería y Canjayar", comenta.
Los canjilones, a su juicio, no son desconocedores de su propia historia. "Se han escrito ya 9 libros sobre Canjayar. No sé si han dicho y escrito muchas mentiras, pero hay leyendas que no respondían a la realidad. Pero la historia religiosa y civil está muy cimentada. Hemos tenido la suerte que en la Guerra Civil se respetaron los dos archivos, Ayuntamiento y Parroquia. Este último salió indemne y ofrece no sólo datos religiosos, sino también muchísimos datos civiles. Por ejemplo, sobre la época de los apeos cuando intervenía mucho la Iglesia", rememora.
Alfonso XIII concedió al Ayuntamiento Canjayar el título de Ilustrísimo, "porque eran muy laboriosos y muy fieles a la Monarquía", según refería el decreto. "En el gobierno local han estado los socialistas y los populares. Así, que están divididos. Hay monárquicos y socialistas, y entre éstos la mayoría son republicanos", valora Hanza quien completa la radiografía sobre su pueblo natal. "La propiedad en Canjayar está muy dividida y no hay gente carente de patrimonio. Pobres de solemnidad y necesidad rigurosa no hay porque tiene su pedacito para cultivar".
El suyo corresponde al típico perfil poliédrico. Abogado y jurista; miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de la Universidad de Granada y profesor de la UNED; cofundador de Cajamar y del Ateneo de Almería, el mundo del derecho ha llenado gran parte de su trayectoria profesional y le ha llevado a recibir un buen número de reconocimientos.
De naturaleza inquieta y trabajador incansable, su interés por la historia del Derecho, primero; de España, después, y de Almería y Canjayar, ha sido la percha donde ha colgado la afición por escribir y transmitir sus conocimientos.
A dos meses de los 89 años, luce una memoria tan prodigiosa como motivo de envidia y mantiene una actividad frenética que le hace saltar de una ponencia a una conferencia o a presentar el último título de su decena de publicaciones. En el 2000 cesó en su actividad profesional, tras 50 años de ejercicio, pero su jubilación no ha sido sino un cambio de agujas. "Me di de baja en un montón de sitios", descubre a Diario de Almería, medio con los que ha colaborado de forma regular. "Sigo haciendo cosas de carácter intelectual. No me aburro", confiesa sin vanidad.
Portocarrero-Villalán, teoría de los dos soles
Hanza ha participado en los últimos cuatro Congresos de RAECO ( Real Academia Española de Cronistas Oficiales), en los que ha presentado distintas ponencias, Así, en el de Oviedo, defendió su trabajo de investigación sobre el error histórico que, a su juicio, supone el uso indebido del Sol de Portocarrero como icono de Almería en lugar del Sol de Villalán. "El Sol de Villalán es el prototipo de Almería y no el de Portocarrero. Además, entre los mandatos de estos dos obispos hay 47 años de diferencia. El error parte, a mi juicio, de que el de Villalán tenía un sol muy pequeño, insignificante e incluido mínimamente en el escudo episcopal de Portocarrero y adherido en el muro norte de la torre principal. Y en cambio, el de Portocarrero está tallado en el paño de Levante y orientado al sol naciente, es muy grande, de 2 metros, y es la imagen de la Diócesis, Universidad o el del colectivo de periodistas. Muchos directores lo están diciendo en los colegios. Va haciendo su huella, pero las instituciones oficiales no me han hecho caso. Cuesta mucho y lleva trabajo porque el error está muy arraigado·, valora con amargura.
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