Andrés García Ibáñez pinta diez obras del natural en la Alhambra de Granada

El artista almeriense ha realizado su obra pictórica recordando a Sorolla que hace más de 100 años estuvo en los mismos rincones del monumento granadino pintando del natural

Andrés García Ibáñez la semana pasada pintando en la Alhambra de Granada.
Diego Martínez

05 de enero 2023 - 19:07

El artista almeriense Andrés García Ibáñez ha estado una semana realizando una gran campaña pictórica en La Alhambra, pintando del natural en los mismos sitios en los que Joaquín Sorolla hizo lo propio en 1909, 1910 y 1917, todas ellas campañas invernales que en total sumaron unos 25 días de trabajo y 52 obras ejecutadas. La actividad se enmarcaba dentro de la conmemoración de Sorolla 2023, que celebra el centenario de su muerte.

Ibáñez sostiene tras la experiencia que “siempre que pinto paisaje, jardín o paisaje urbano, lo hago del natural. En eso soy como los impresionistas o Sorolla, saco el caballete a la calle y pinto rápido, intentando ganarle la batalla a la luz solar, que cambia constantemente. Ya quedan pocos pintores que utilicen este proceso, Antonio López y yo somos de los pocos. La copia de fotografía, de malas fotografías, ha adulterado la esencia del realismo en pintura y ha instalado a los pintores en las zonas de confort de sus estudios, autoengañándose, alejados del motivo en la realidad. Copiar una foto es una aventura inexistente, un proceso muerto que no conduce a nada y no propicia la aparición de la pintura. Si no estás frente al motivo real no hay emoción verdadera, ni comunicación poética alguna. La pintura realista auténtica nace de la realidad, no de la fotografía”.

Y es que García Ibáñez ha regresado después de muchos años a pintar en la Alhambra. “Volver a la Alhambra 25 años después de mi última campaña allí, para volver a pintar del natural, ha sido un reencuentro maravilloso. En los noventa se hizo una exposición en Granada, en el Carmen Rodríguez Acosta y CajaGranada, que exhibió una gran parte de los cuadros que Sorolla pintó allí en sus tres campañas invernales. Esta exposición me marcó profundamente y condicionó desde entonces mi forma de pintar paisaje del natural. Poco después alquilé una casa en Cuesta Gomérez, a finales de los noventa, y todos los fines de semana iba a la Alhambra a pintar del natural. Ahora he vuelto de nuevo, más de dos décadas después y la experiencia ha sido increíble”.

Y es que el artista almeriense ha sentido muchas emociones al pintar en los mismos rincones que lo hizo Sorolla. “Colocar el caballete en los mismos lugares en los que lo hizo Sorolla hace 110 años es una aventura emocionante y de alto riesgo, por el compromiso de tener a un predecesor tan gigante antes que tú. He procurado representar cada lugar con el mismo momento de luz que usó Sorolla en cada emplazamiento. Ello me ha permitido comprobar la veracidad naturalista de Sorolla, su autenticidad y verdad a la hora de ser fiel al motivo y la evolución de la luz a lo largo de las tres o cuatro horas que podía durarle una sesión pictórica”.

“Me ha permitido afianzar y corroborar su forma de trabajo. Sorolla iba introduciendo, a lo largo de la sesión, los cambios de la luz e incluso los climáticos o atmosféricos, en las distintas partes del cuadro. Cada zona del cuadro tiene un estado lumínico diferente, pero muy próximo al resto de zonas, lo que otorga a su obra esa captación del movimiento de las cosas, esa fugacidad tan real, tan dinámica y verdadera, como la vida misma. Esa es la grandeza de Sorolla y su pintura del natural, que tanto me ha ayudado e influido”, apunta García Ibáñez.

En los días que ha estado en la Alhambra, “he pintado diez cuadros en cinco días. La colaboración del Patronato de la Alhambra ha sido indispensable y valiosísima. Tener su autorización para poder plantar el caballete en determinados lugares ha sido un enorme privilegio. Algunos días han tenido que acordonar la zona donde estaba trabajando, pues el monumento recibe unas nueve mil visitas diarias y en determinados momentos hay aglomeraciones de turistas. Estoy muy agradecido por haberme permitido pintar allí, en las condiciones actuales del monumento. He pintado en el Jardín de los Adarves, en la fuente de Carlos V, en la torre de la Cautiva, en el patio del ciprés del Generalife, etc. Todos ellos lugares emblemáticos que Sorolla representó obsesivamente a lo largo de sus tres campañas”, apunta.

Pero su pintura al natural ha tenido una gran trascendencia. “El Patronato de la Alhambra y la plataforma china BringUart retransmitieron en directo para España y China respectivamente. Las plazas disponibles se cubrieron rápidamente a las pocas horas de salir la convocatoria. Los pintores chinos han sido muy elogiosos con mi trabajo y mi forma de pintar del natural para ellos es algo nuevo y arriesgado. La mayoría de las facultades de Bellas Artes Chinas, las más importantes, están estudiando ya mi obra y me han propuesto incluso la realización de una gran exposición en China”.

“ Por su parte, el Patronato de la Alhambra me ha propuesto hacer una exposición a lo largo de este año allí, en el Palacio de Carlos V, enmarcándola en las celebraciones del año Sorolla. Me he planteado, por ello, volver dentro de unos días, hacer otra campaña, con idea de pintar tres o cuatro cuadros más, para que la exposición sea más completa. El próximo 17 de febrero, Antonio López y yo daremos una charla en el salón de actos del Palacio de Carlos V, por la tarde, hablando de la pintura de Sorolla en Granada”, anuncia el artista almeriense.

Un gran proyecto en el Santuario del Saliente

García Ibáñez vislumbra un buen año. “En la actualidad estoy atendiendo encargos muy importantes en este 2023. Lo más importante para mi, probablemente, y la culminación de un viejo sueño o proyecto, es la pintura de la cúpula y tres ábsides de la iglesia del Santuario del Saliente de Albox. Voy a desarrollar, por encargo del obispado y rectorado del Santuario, todo un ciclo apocalíptico que tendrá desarrollo en los dos nuevos retablos que se colocarán en la Epístola y el Evangelio, y otros para las capillas laterales después. Para empezar, en la cúpula y los ábsides voy a representar el Juicio Final, un tema apasionante y arriesgadísimo en pleno siglo XXI. Estoy ilusionado porque será una visión muy luminosa y optimista, para la que tengo el apoyo del nuevo obispo, que valora mi trabajo. Los andamios están ya colocados y en pocos días empezaré el trabajo”,

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