Un lector llamado Morente

flamenco

Balbino Gutiérrez publica la tercera y definitiva versión de la biografía oficial del magno cantaor granadino

El cantaor, en un recital de 2002. / D. S..
Juan Vergillos

18 de junio 2018 - 06:00

La ficha

'Morente, la voz libre'. Balbino Gutiérrez. Fundación SGAE, 728 pp.

Ésta es la enciclopedia Morente, que ha ido creciendo en cada una de sus ediciones, conforme la obra del cantaor se ampliaba. La primera edición es de 1996 y tiene 390 páginas y la segunda de 2006 suma 703 páginas. Ésta es, por tanto, acaso la versión definitiva de la misma.

Está toda su obra, todos sus discos, las películas que protagonizó, también las obras de teatro y las bandas sonoras fílmicas que compuso. La variedad de sus intereses y colaboraciones, de Sonic Youth (no se pierdan en Youtube la acción en el CA2M) hasta Armin Janssen y la Orquesta Sinfónica de Europa pasando por el viejo Chekara, Lagartija Nick, Manolo Sanlúcar, Carlos Saura, Juan Habichuela, Pepe de la Matrona, San Juan de la Cruz, Rubén Juárez, Alfonso Marsillach, Miguel Hernández, Juan Rulfo, Leonard Cohen, Picasso, Currito de la Cruz, Mairena, Khaled, Pat Metheny, Carmen Mora, Israel Galván y un largo e interminable etcétera.

Y, por supuesto, Antonio Chacón y Federico García Lorca, de los que fue el mejor intérprete de su tiempo. Los intereses de Morente eran muy variados, desde la poesía al toreo, pasando por la ornitología y el cine.

Todo está aquí, en esta enciclopedia que es la biografía oficial, revisada por el propio cantaor en sus dos primeras ediciones, de Morente. El libro es un recorrido biográfico y también una obra de consulta para recordar que verso lorquiano cantó Morente exactamente, o en que día presentó su Omega en Alcalá de Guadaíra ante 1000 estupefactos espectadores. Está su vida, su obra. También sus opiniones y las que vertieron sobre él. Esta también el antimorentismo rampante, ¿cómo no?, que lo hubo. No hace tanto tiempo de esto, nos acordamos.

Enrique Morente Cotelo (Granada, 1942-Madrid, 2010) hizo una revolución en el cante flamenco, aunque para ello no acudió a grandes audacias armónicas ni rítmicas sino que usó la base musical del flamenco clásico para dialogar con otras disciplinas.

De hecho, sus primeros dos discos son de flamenco tradicional y sólo en el tercero, Homenaje flamenco a Miguel Hérnández (1971), en el que se adelantó un año a Serrat, introduce música nueva, propia, para cantar los versos del de Orihuela.

Ya contaba en su repertorio con los Tangos de doña Rosita que no grabaría oficialmente hasta 1990 (En la casa museo Federico García Lorca se llamó el disco, un encargo de Juan de Loxa), aunque tenemos hasta tres registros, más o menos piratas, de los setenta de esta obra, basada en el drama lorquiano Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores. Fue la poesía clásica española, y la contemporánea de Rafael Inglada o Javier Egea, la motivación que tuvo Morente para crear nuevas músicas jondas. El deseo de cantar unos versos que no se acogían a la métrica tradicional flamenca.

De ahí la necesidad de inventar músicas nuevas. A Lorca y Hernández le suceden Antonio Machado en Despegando (1977), su hermano Manuel en Sacromonte (1982), Al Mutamid de Sevilla y San Juan de la Cruz en Cruz y luna (1983), Fray Luis de León y Pedro Garfias en la Misa flamenca (1991), Alberti y Nicolás Guillén en Negra, si tú supieras (1992), Bergamín, Luis Rius y Pepe Hierro en Alegro, soleá y fantasía de cante jondo (1995), nuevamente Lorca en Omega (1996), uno de los discos más influentes de la música española de todos los tiempos, y Lorca (1998), León Felipe y Bécquer en El pequeño reloj (2003), Cervantes, María Zambrano y Luis Cernuda en Sueña la Alhambra (2005) y Picasso y Góngora en Pablo de Málaga (2007).

Hemos mencionado solamente a los poetas que más trató el cantaor. Hasta 40 autores diferentes señala en esta obra Gutiérrez que adaptó Morente. Estos poemas cantados por Morente están inventariados y reproducidos en el capítulo titulado "La pasión por la poesía" de Enrique Morente. La voz libre.

Todos estos discos incluyen abundantes cantes tradicionales, en ocasiones mezclados con los nuevos, al margen de las obras que publicó estrictamente clásicas como las dos primeras, ya mencionadas, Esencias (1988) y Morente-Sabicas (1990).

Ésta es, por tanto, la historia de un lector voraz llamado Enrique Morente.

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