Entrevista a la cantante Zelia Narros: "Tengo claro a dónde voy y cómo quiero hacerlo"
MÚSICA
La cantante publica su primer álbum, 'Mantra', junto al productor Rubio Druida
Ambos viajan entre el flamenco y la electrónica con el rap como base
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Zelia Narros (Sevilla, 1993) es un diamante en bruto que está despuntando en la escena del rap sevillano por sus letras reivindicativas, sin pelos en la lengua y descarnadas. Aborda temas como el amor o la esencia de uno mismo, con un estilo que evoca a la época dorada del género y que todavía se recuerda en la capital hispalense. Esos años en los que Lujo ibérico de la Mala Rodríguez, o Desde los chiqueros de SFDK alcanzaron la cima.
La artista, que tiene el vibrato de una cantante de jazz, acaba de lanzar su primer álbum, Mantra, junto al productor Rubio Druida. Un periplo sonoro que invita a bailar a todos: a los amantes de la electrónica y a los del flamenco. Toda una declaración de intenciones que confirma que la intérprete ha llegado a la escena para quedarse.
Los trayectos en coche han marcado los inicios de su profesionalización musical. Y lo siguen haciendo. Antes echaba el freno para grabarse soltando a cámara pequeñas piezas con improvisaciones que, posteriormente, subía a redes sociales. Ahora, además, tiene que parar en la calzada cuando la inspiración llama a su puerta para apuntar nuevas rimas en las libretas que nunca la abandonan.
Precisamente, las redes sociales han sido las principales plataformas que la han conectado con un público que crece cada día. Esta vía le ha valido para mostrarse sin cortapisas. Con libertad. Exponiendo su rap, el género con el que se siente más cómoda y sobre el que gira su primer trabajo. Aunque es cierto que compagina su faceta más urbana con ejercer como vocalista en grupo Soul del Sur. Un cuadro flamenco compuesto por un cajón, una guitarra española y unos charles: "Versionamos canciones de soul, pero últimamente también introduzco un rapeo mío en acústico y recuperamos a Alicia Keys o a Whitney Houston. Estamos intentando hacer una mezcla donde pueda rapear, pero también cantar y probar todo lo que me gusta".
Un álbum que pone sobre la mesa el rol crucial del productor
Confiesa que ha sido su entorno el que la ha "obligado" a hacer su nuevo disco. En cierto modo, si no hubiera sido por ese empuje necesario cuando las dudas aprietan "no me habría dedicado a la música". Lo cierto es que los miedos han dejado paso a Mantra. Un disco que no ha tenido un proceso creativo "cerrado", porque Zelia Narros no forma parte de ese grupo de artistas que "se sientan a escribir una canción", sino que responde a un desarrollo más "visceral". Atiende a lo que su cabeza le dicte y lo plasma, de forma inmediata, en el papel. Sin que las manecillas del reloj dicten el tiempo que tarda en cuadrar sus rimas.
"Las canciones que subía a mis redes eran trocitos muy pequeños, pero mis seguidores se los saben". Para dar un nuevo aire este pequeño muestrario entró en juego su productor. El 50% del tándem. El músico Carlos Rubio Druida ha puesto su estudio y todos sus conocimientos al servicio de la cantante para dar forma al álbum. "Es muy injusto que tú como cantante escribas una canción, pidas una base, la grabes en una hora en el estudio, te vayas a casa y el productor después le dedique 70", explica Zelia Narros. Para evitar esta descompensación en el tiempo invertido, la rapera pactó con el productor dedicar un número de horas prácticamente idéntico al proyecto. El resultado de que los dos protagonistas tengan el mismo peso ha sido un disco muy instrumental. Que se puede escuchar sin las letras. Y, del mismo modo, se pueden sentir cada una de las canciones sin las bases.
Desde el flamenco y el amor sano que narra Lost in Palmete hasta los sonidos más electrónicos de Tofu má, pasando por el rapeo más clásico de Anca de Rana. Se trata de un periplo en el que la cantante se desahoga. Inspira para coger aire y lo suelta en forma de rimas para abordar todos los temas que la hacen sentir cómoda: "El rap es de los pocos estilos musicales en el que las letras tienen mucho peso y considero que, de momento, tengo muchas cosas que decir. Siento mucha rabia y mucho coraje y este género es el canal perfecto para sacarlo con la intensidad justa y necesaria".
A pesar de esta afirmación también señala que la música "está para disfrutar y relajarse" y corta frontalmente con todos los estereotipos asociados históricamente a este estilo musical: "Tengo menos calle que Nobita, no tengo dinero y no bebo Henny. Ese no es mi estilo y creo que por eso sueno tan natural".
Una franqueza que demuestra al posicionarse respecto a la industria. Un asunto que, confiesa, le "quiebra la cabeza". Zelia Narros tiene claro que su empoderamiento debe estar ligado a su voz y a su talento: "Sé a dónde voy y cómo quiero hacerlo, pero hay barcos a los que seguro no me voy a subir".
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