Irán insiste en que sólo negociará la capacidad de su programa nuclear con Estados Unidos
Temas como la fabricación de misiles o el apoyo de Teherán a grupos como los hutíes o Hezbolá quedarían fuera de la reunión del sábado
Irán confirma las negociaciones con Estados Unidos, pero insiste en que serán indirectas

Teherán/Irán asegura que sólo negociará la naturaleza pacífica de su programa nuclear en las conversaciones del sábado con Estados Unidos en Omán, lo que dejaría fuera de la discusión cuestiones como la fabricación de misiles o el apoyo de Teherán a grupos regionales como los hutíes o Hezbolá.
Teherán quiere limitar las conversaciones a la naturaleza de su capacidad nuclear, como sucedió en el acuerdo de 2015, que limitaba el programa atómico iraní a cambio del levantamiento de las sanciones y que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó unilateralmente en su primer mandato.
"La cuestión nuclear, en el sentido de aclarar y brindar garantías sobre la naturaleza pacífica del programa nuclear de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones represivas, es el único tema en discusión", dijo el ministro iraní de Exteriores, Abas Araqchi, a ejecutivos de medios de comunicación en Argelia, donde se encuentra de visita oficial.
"Si su demanda es que Irán no obtenga armas nucleares, esa demanda se puede estudiar", continuó el diplomático.
"Pero si tienen otros objetivos en mente, no los lograrán", aseguró.
Araqchi no aclaró a qué otros objetivos se refería y se desconoce qué acuerdo busca Trump, quien calificó el pacto de 2015 firmado entre Irán y seis potencias como "el peor de la historia" y ha asegurado que el nuevo será "mucho más duro".
El acuerdo nuclear de 2015 establecía un límite de 300 kilos de uranio enriquecido a un máximo del 3,67%, muy por debajo de los 8.294 kilos, 274 kilos de ellos a una pureza del 60%, que posee ahora mismo el país, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Modelo libio
El consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Mike Waltz, afirmó a mediados de marzo que buscan el "completo desmantelamiento" del programa nuclear del país persa.
Y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reincidió en ello en los últimos días cuando apuntó al modelo de Libia: "que entremos, destruyamos las instalaciones, desmantelemos todo el equipo, bajo supervisión y ejecución estadounidense".
Libia renunció a su programa nuclear y de misiles balísticos en 2003 durante el Gobierno de Muamar Gadafi, quien fue derrocado y asesinado en 2011 por rebeldes apoyados por la OTAN.
El diario estatal Tehran Times calificó este miércoles la mención del "modelo libio" como "en esencia una amenaza directa contra el país" y aseveró que la suerte que corrió Gadafi es un "vivo ejemplo" de los peligros de confiar en Occidente.
Otra cuestión candente es el apoyo de Teherán al llamado Eje de la Resistencia, la alianza informal antiisraelí liderada por Irán y formada por los palestinos de Hamas, los libaneses de Hezbolá, los hutíes de Yemen y varias milicias iraquíes.
Trump ha advertido a Teherán que detenga su apoyo a los hutíes, grupo que controla gran parte de Yemen y que está siendo objetivo de bombardeos estadounidenses por sus acciones contra el comercio marítimo en el mar Rojo.
Irán ha insistido en que Estados Unidos no tiene capacidad para dictar su política exterior y a la vez ha repetido que los hutíes actúan de manera independiente y no siguen las órdenes de Teherán.
Programa de misiles
El potente programa de misiles balísticos también figura entre los asuntos que distancian a Teherán y Washington.
Trump no ha mencionado este tema, pero su secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, lo mencionó como una de las cuestiones a tratar con Irán en caso de que se produjesen negociaciones.
Irán ha desarrollado un potente programa de misiles y cuenta con varios que alcanzan los 2.000 kilómetros, con los que atacó Israel directamente el año pasado y que incluso exporta a Rusia, según denuncias países occidentales.
El líder supremo iraní, Ali Jamenei, se refirió a este programa durante un reciente discurso en el que denunció que "los Gobiernos prepotentes" exigen a Irán "que sus misiles no tengan un alcance superior a tal", por lo que parece que no estaría en los temas a tratar con Washington.
El enviado especial de Estados Unidos para Oriente Próximo, Steve Witkoff, afirmó en una reciente entrevista que "hay posibilidades reales" de establecer un programa de verificación para garantizar que Irán no desarrolla armas nucleares, en un tono más conciliador que otras figuras de la Administración de Trump.
Un objetivo que Teherán vería como aceptable, en principio.
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