Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Moscú · kiev/Ucrania ha dado por iniciada la ofensiva final rusa contra el Donbás, en el este del país. Según fuentes ucranianas, tropas rusas intentan romper las líneas enemigas con una maniobra envolvente desde la región de Jarkov al norte, la ciudad portuaria de Mariupol al sur y la región de Lugansk al este del Donbás.
"Han comenzado a apretarnos con mucha fuerza desde el sur y también desde el norte. El plan de cercar nuestras fuerzas lo intentan llevar a cabo por todas partes", comentó ayer Oleksii Arestovich, asesor presidencial ucraniano.
Hace casi dos semanas que el Ejército ruso anunció el repliegue de la región de Kiev, del norte del país y también de la zona de exclusión nuclear de Chernobil. Con todo, Kiev mantiene que Moscú carece de los hombres suficientes para conquistar el Donbás.
La "liberación" del Donbás implicará el empleo de aviación, artillería y misiles, como ocurriera el viernes en la estación de tren de Kramatorsk, bastión militar ucraniano en la zona, donde murieron medio centenar de personas.
Arestovich admitió que las tropas ocupantes han avanzado en dirección a Kramatorsk y al nudo de comunicaciones de Sloviansk, donde estalló la sublevación prorrusa hace ocho años.
También reconoció que el enemigo cuenta con varias veces más fuerzas que el Ejército ucraniano, aunque éste lleva preparándose para este momento desde la firma de los Acuerdos de paz de Minsk de febrero de 2015. "Veremos cómo acaba esto, todo se decidirá en el campo de batalla", dijo.
Participarán en la embestida final las tropas que fueron retiradas de Kiev, Chernigov y Sumi, y también un segundo convoy compuesto por diez batallones procedente del Lejano Oriente ruso, que aún no ha llegado a su destino, según el asesor del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Mientras, el jefe de la Administración Militar de Lugansk, Sergei Gaidai, pronostica que cuando las fuerzas rusas hayan mejorado su posición táctica, comenzarán a bombardear durante la noche a discreción y con todas sus fuerzas.
"Eso se prolongará durante varias horas en los territorios de Donetsk y Lugansk, y entonces comenzarán a avanzar con un gran número de tanques e infantería", dijo, aunque matizó que sólo lo harán cuando estén seguros "al ciento por ciento" de que no repetirán el error de febrero, cuando subestimaron la resistencia ucraniana.
Mientras, el Ejército ruso insiste en romper las líneas enemigas en torno a Izium, punto estratégico desde el que podría atacar las desguarnecidas posiciones ucranianas en Donetsk.
El Estado Mayor General mantuvo ayer en sus partes de guerra que las fuerzas rusas no han logrado suficientes éxitos en Jarkov como para sorprender a las tropas ucranianas.
Según las imágenes vía satélite de Maxar, un convoy ruso de unos 12 kilómetros de largo acaba de cruzar la frontera y se dirige hasta Jarkov, la principal ciudad del este del país.
Además, la artillería rusa sigue martilleando la ciudad de Severodonetsk, en Lugansk, clave en el avance ruso hacia Kramatorsk y donde la "infraestructura vital" ha sido destruida casi al completo.
Para evitar una contraofensiva ucraniana, la aviación rusa volvió a bombardear el domingo el aeropuerto de Dnipro, que ha quedado totalmente destruido, al igual que la infraestructura colindante, según informaron las autoridades.
El Kremlin ha puesto un nuevo general al mando de la "operación militar espacial" en Ucrania, Alexandr Dvornikov, actual jefe del distrito militar del sur, lo que incluye la anexionada península de Crimea, y comandante del contingente ruso en Siria en 2015. Según fuentes occidentales, Dvornikov labró su fama en la segunda guerra de Chechenia (2000), la contienda que aupó al poder al presidente Vladimir Putin.
Dvornikov, de 60 años y que fue condecorado por Putin por sus servicios en el país árabe, tiene, según los expertos, hasta el 9 de mayo, Día de la Victoria de la URSS sobre la Alemania nazi, para tomar el Donbás.
Al respecto, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, recordó los brutales ataques del Ejército ruso comandado por dicho general contra objetivos civiles en Siria.
Ante la falta de hombres, según fuentes de derechos humanos, las autoridades rusas obligan a los inmigrantes centroasiáticos, principalmente kirguises y uzbekos que recibieron recientemente la ciudadanía a convertirse en soldados profesionales, de lo contrario les revocan el pasaporte.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, volvió a insistir ayer en la necesidad de que Occidente ayude a Kiev con "armamento moderno" antes de la batalla final.
"Ucrania ha ganado la batalla por Kiev. Ahora viene otra, la batalla por el Donbás. Nos estamos preparando con nuestros socios para obtener el armamento y los equipos necesarios para ganar", señaló a la NBC.
Kuleba subrayó que ya ha llegado la hora de dejar de hacer diferencias entre armamento ofensivo y defensivo.
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció el sábado en Kiev el suministro de 120 blindados después de que la República Checa enviara tanques y lanzaderas de misiles, Eslovaquia confirmara la llegada de una batería de misiles antiaéreos de largo alcance S-300 y que la UE concediera el viernes otros 500 millones para la compra de armas.
Por otro lado, las autoridades ucranianas han denunciado el "saqueo" y la destrucción de equipos en la antigua central nuclear de Chernobil, que estuvo ocupada por tropas rusas hasta el 31 de marzo, informó ayer la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, advirtió en su mensaje diario que el objetivo de Rusia es "todo el proyecto europeo", al tiempo que señaló que la tarea de la coalición antibélica es acabar ya con esta guerra. "La agresión rusa no tenía el objetivo de limitarse sólo a Ucrania, sólo a la destrucción de nuestra libertad y nuestras vidas. Todo el proyecto europeo: ése es el objetivo para la Federación Rusa", dijo Zelenski en su videomensaje diario en su canal de Telegram y que recoge la agencia Unian. Por otra parte, señaló que la tarea de la coalición antibélica es "muy clara": acabar ya con esta guerra iniciada por Rusia. "Liberar nuestra tierra de los invasores. Y para garantizar la seguridad de Ucrania y, por lo tanto, la seguridad de la democracia y la libertad de los pueblos del este de Europa", agregó. Por eso, añadió, apoyar el deseo de paz de Ucrania no es sólo un deber moral de todos los Estados democráticos.
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