Kia Picanto, un héroe para el segmento más aferrado a la ciudad

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Hace unos meses tuvimos la oportunidad de ver por primera vez, en vivo, el nuevo Picanto. Este coche urbano de Kia se estrenaba así ante los periodistas con una actualización, sobre todo, centrada en su aspecto, así como en equipamiento. Ahora hemos tenido la oportunidad de conducirlo y lo hemos hecho, sobre todo, en su terreno: inmersos en el tráfico de una gran ciudad.

El Kia más urbanita, el Picanto, coge fuerzas para seguir en la brecha

Kia Picanto, un héroe en el segmento más aferrado a la ciudad

26 de julio 2024 - 07:00

El segmento A, el de los coches urbanos, es uno de los que en mayor medida decrece en matriculaciones. Tal es así que si en 2017 representaban una cuota del 4 por ciento en el mercado español, con 47.079 ventas; el pasado año se situaba en un 3,7 con 32.970.

Simultáneamente, la oferta de estos modelos más pequeños del mercado también disminuye, de modo que ya apenas queda poco más de una docena de propuestas, por lo demás, con ventas que, en mayor medida que otros segmentos, se asocian al canal de rent-à-car.

El acabado GT-Line no sólo está más dotado de serie que los otros dos niveles, sino que también tiene una presencia considerablemente distinta..

Para Kia, sin embargo, el segmento tiene una importante relevancia, ya que con el Picanto -un coche que inicio su comercialización en 2004 y que, desde entonces, ya ha contado con tres generaciones, la última de 2017- ha obtenido en el último ejercicio un 8,8 por ciento de cuota y, en los últimos años, se ha mantenido entre el 7 y 12 por ciento.

Una actualización para sostenerse entre los más vendidos

Así, cuando otras marcas abandonan el segmento, casi heroicamente Kia mantiene y actualiza su Picanto, obteniendo así la oportunidad de liderarlo en competencia con modelos como los Toyota Aygo X, Renault Twingo, Fiat Panda, Volkswagen up!, Hyundai i10, Suzuki Ignis o Dacia Spring, entre otros. Por sus características y precios, otros modelos de tamaño parecido como los Fiat 500e y Abarth 695 o 500e juegan en otra liga distinta a los anteriores.

Para ello, la marca ha reforzado con esta actualización que ahora se pone a la venta uno de los aspectos que más peso tiene en la elección de este tipo de coches, el diseño, mientras que precio y motores son las otras razones que atraen a los compradores. Entre lo que más les gusta de los modelos del segmento A, además, están maniobrabilidad, consumo y equipamiento, cuestión esta última en la que el Picanto se ha reforzado de manera notable.

Cinco puertas y cinco plazas, aunque por anchura atrás o espacio longitudinal, esta ocupación máxima sólo está a alcance de personas menudas.

Con una carrocería de 3,61 m de largo -sus otras dimensiones son 1,60 m de ancho y 1,49 de alto-, el modelo de Kia está entre los más pequeños del mercado. Esto supone una ventaja en algunos aspectos, como la maniobrabilidad -sólo necesita 9,4 m para girar 180º con 2,8 vueltas de volante- o la mayor facilidad para encontrar aparcamiento frente a prácticamente cualquier coche a la venta, mientras que condiciona la habitabilidad longitudinal, hasta el punto de que según el tipo de ocupantes que se sitúen en sus asientos delanteros puede casi invalidar el uso de las plazas traseras. Por lo demás, la altura en el interior es magnífica y la anchura, muy correcta si tenemos en cuenta que delante pueden ir dos ocupantes voluminosos sin molestarse. En sentido contrario, que esté homologado para cinco ocupantes no concuerda con el espacio atrás.

En cuanto al maletero, suficientemente amplio para un coche con el que es difícil plantearse viajar pero no tanto, por ejemplo, acudir al supermercado. Su capacidad es de 255 litros, una de las mejores de su clase, contemplando para esa medición el espacio que hay bajo el suelo.

Junto a las dos pantallas, hay un buen juicio en el manejo de sistemas como la climatización, para la que se usan mandos específicos y analógicos..

Como ya comentamos en la presentación estática del Picanto, se aprecia un buen acabado en su interior, así como un diseño funcional e incluso muy ergonómico. La instrumentación es ahora digital en los tres niveles de acabado: aunque no aporta mucha más información que si fuese analógica, se lee realmente bien. En cuanto a la pantalla central, de 8", tiene un software similar al de otros Kia más grandes e incluye un navegador, lo que viene muy bien en un coche ciudadano. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, puede conectarse a dos dispositivos vía Bluetooth y da soporte a la cámara trasera, también estándar en todos los Picanto junto a los sensores de aparcamiento posteriores: otros detalles que encajan de maravilla con el talante de este modelo, al igual que los puertos USB o ayudas a la conducción como el sistema de frenado de emergencia, el reconocimiento de señales o el detector de fatiga. Son de serie en los tres niveles.

La panatlla multimedia, compatible con Apple CarPlay y Android Auto, admite actualizaciones vía OTA.

Kia ha decidido que otros recursos prácticos o que abundan en el confort, como el arranque y acceso sin necesidad de llave, el climatizador como alternativa al aire acondicionado manual, el cargador inalámbrico o el parasol del conductor iluminado con leds sólo se asocien al acabado más alto, el GT-Line.

También es el único en el que las funciones de iluminación son con leds y no con bombillas, y que estos alcancen incluso a la línea que une los dos faros o la que liga los pilotos, mientras que en los niveles Concept y Drive esta última es, simplemente, una tira reflectante.

Maniobrable y confortable, pero lento, muy lento

En marcha, si la principal característica del Picanto es su facilidad para moverse en la ciudad, la segunda es lo confortable que resulta puesto que Kia ha optado para él por una amortiguación en la que prima la suavidad. Sin embargo, cuando se sale a la carretera, como tuvimos oportunidad de hacer con este modelo, descubrimos que no lo es tanto como para comprometer la conducción con balanceos grandes de carrocería, por ejemplo.

En algunas ciudades, las restricciones a los vehículos sin etiquetas Eco o Cero pueden llegar a afectar al Picanto, que recibe la C en sus dos versiones.

El Picanto está a la venta con dos motores, ambos con la etiqueta C en tanto que ninguno está electrificado ni siquiera mínimamente con una microhibridación. Se trata de un tricilíndrico de 1 litro de 63 CV y un 1.2 tetracilíndrico de 79 CV.

Son los mismos bloques que tenía anteriormente, aunque revisados de modo que pierden algo de potencia, 4 y 5 CV, respectivamente; así como 1 y 7 Nm; lo que justifica que hagan que este urbano corra algo menos. Ahora bien, mejora su consumo levemente -0,1 y 0,2 l/100 km- a la vez que cumplen con la normativa de emisiones en vigor, la Euro7. Para ello, tienen nuevos conductos de recirculación de gases o un ajuste distinto de las válvulas de admisión, aspecto que permiten que la cámara de combustión obtenga mejor refrigeración.

Ambos son de inyección indirecta, carecen de turbo y pueden ligarse tanto a una caja manual de cinco velocidades, como una robotizada -el desacople del embrague se realiza automáticamente al iniciar el movimiento de la palanca y se cierra al enclavarla en la marcha correspondiente- con el mismo número de relaciones. El sobrecoste de ésta, denominada AMT, respecto a la manual es de 925 euros.

En la versión AMT se prescinde del pedal de la izquierda, el correspondiente al embrague, lo que hace más cómodo su uso.

Puede, por lo que debe facilitar los cambios de marcha y el ajustado precio, merecer la pena optar por ella, aunque eso también exige elegir el acabado GT-Line, en tanto que es el único al que se asocia.

Pese a la relativa ligereza de este coche -sea cual sea el motor está siempre por debajo de la tonelada-, la prestación no es una de sus virtudes. Vaya por delante que con el 1.0 acelera de 0 a 100 km/h en 15,2 segundos con la caja manual e invierte casi tres más con la robotizada; mientras que con el 1.2 los tiempos son de 13,1 segundos y 3,4 más con la AMT. En cuanto a la velocidad máxima es de 145 km/h en el 1.0, independientemente de cambio; y de 156 en el 1.2.

Para su tamaño el Picanto tiene unos asientos delanteros muy confotables incluso por dimensiones.

Tuvimos la oportunidad de conducir el 1.0 con caja manual y, lo cierto, es que si en ciudad resulta remolón en las salidas de los semáforos, pero mantiene el tipo muy razonablemente en el resto de circunstancias; en carretera anda demasiado justo de empuje. Exige, si necesitamos una respuesta rápida para, por ejemplo, abandonar un carril de aceleración en una autovía o afrontar un adelantamiento, situar el motor por encima de las 3.000 rpm -el par máximo, 9,5 Nm lo da a 3.750 vueltas- y estirarlo hasta casi las 6.000, si bien la potencia oficial la da 5.000 rpm. La instrumentación facilita mucho el control de estos regímenes.

En todo caso, conduciéndolo al límite de sus posibilidades obtuvimos la grata sorpresa de un consumo muy bajo al término de nuestro trayecto, en línea con lo que homologa: 5,7 l/100 km cuando el gasto medio homologado de este motor, sea cual sea el cambio, es de 5,4 l/100 km; 5.6 si se trata del 1.2.

Entendemos que, con frecuencia, debe interesar optar por este más potente a poco que queramos disfrutar de un mejor dinamismo y, toda vez, que la diferencia de precio de uno a otro, siempre con el mismo nivel de equipamiento -no puede ser otro que el GT-line-, es de 1.350 euros.

El cargador inalámbrico es una de las señas de identidad del nivel GT-Line.

El precio del Picanto 1.0 DPI Concept, con ofertas promocionales, pero sin los descuentos adicionales que se ofrecen por financiación, es de 16.592 euros, por los 17.292 que supone elegir el nivel Drive y 19.225 del GT-Line En el caso del 1.2 DPI el GT-Line cuesta 20.575 euros, siempre en configuraciones de caja manual.

 

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