Fabricantes de automóviles estudian la creación de un fondo común de emisiones de CO2
Movilidad sostenible
Distintos fabricantes de automóviles están sopesando crear un fondo común de emisiones de CO2 con otros que exclusivamente producen vehículos eléctricos con el objetivo de cumplir con la norma CAFE que, de lo contrario, podría suponerles multas millonarias. Sin embargo, la postura no es unánime, como se ha encargado de señalar Renault, quien sí está en posición de cumplir con esos objetivos de emisiones.
La normativa CAFE para acelerar la adopción del coche eléctrico entra en vigor en la UE en 2025
Varios fabricantes de vehículos, entre ellos Stellantis, Toyota, Mazda, Subaru o Ford estarían planteando la posibilidad de crear un fondo para la compra de créditos de carbono a Tesla y Polestar para evitar las multas contempladas en la normativa europea CAFE sobre las emisiones contaminantes de los vehículos.
De esta manera, el objetivo de las empresas del sector es "agrupar" sus emisiones con las de los fabricantes de coches puramente eléctricos comprando derechos de emisiones para reducir la media general contaminante de cada uno de ellos, lo que potencialmente podría ahorrar miles de millones de euros en multas a las automovilísticas tradicionales.
Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru se habrían planteado unir sus emisiones de carbono con las de Tesla para cumplir con las normas de la Unión Europea mientras que Mercedes-Benz, Volvo y Smart harían lo propio con Polestar, según publican medios internacionales consultados por Europa Press.
"Stellantis se ha comprometido a reducir las emisiones de CO2, y nuestra participación en este 'pool' contribuirá a cumplir nuestros objetivos europeos de emisiones para 2025, al tiempo que optimizamos nuestros recursos", aseguran a Europa Press fuentes del fabricante para añadir que, en estos momentos, la estrategia de la compañía se centra en el desarrollo de "tecnologías innovadoras" para construir "una empresa del futuro".
Desde el pasado 1 de enero, la normativa CAFE (Emisiones de Combustible Medias Corporativas, por sus siglas en inglés) establece que las emisiones de dióxido de carbono bajarán a 93,6 gramos por kilómetro de los coches vendidos en los 27 países de la UE.
Asimismo, aquel fabricante que incumpla puede verse sancionado con hasta 95 euros por cada gramo excedido según la ley, lo que abre la puerta a multas multimillonarias contra las marcas automovilísticas que no consigan alcanzar los objetivos de ventas de vehículos 'cero emisiones' recogidos en el reglamento comunitario.
A partir de ahora, la normativa CAFE exige que la media de emisiones de CO2 en los vehículos de cada fabricante se reduzca en un 15 por ciento en comparación con los niveles de inicio de década. El límite que entra en vigor este 2025 se reducirá aún más, estableciéndose en 49,5 gramos de CO2 por kilómetro, con el ánimo de implementar en 2035 la prohibición de facto de las ventas de vehículos de combustión de gasolina y Diesel.
Renault advierte que el fondo común debilitará la industria
El grupo Renault advierte de que el fondo común de emisiones de dióxido de carbono que platean algunos fabricantes de vehículos para evitar las multas por la aplicación de la normativa europea CAFE podría debilitar a la industria automovilística europea en el medio y largo plazo frente a las estadounidenses, pero sobre todo, frente a las asiáticas.
Así lo ha reconocido la compañía francesa, según informan medios locales consultados por Europa Press, desde donde aseguran que están en posición de cumplir con los objetivos climáticos comunitarios sin necesidad de acogerse a estos mecanismos de mancomunación de emisiones.
En todo caso, lo que sí demandan desde Renault es a Bruselas una mayor claridad sobre el futuro de la hoja de ruta climática que tiene previsto aplicar la Comisión Europea que dirige la alemana Úrsula Von der Leyen.
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