Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
La familia del dictador
Jimmy Giménez-Arnau fallecía este martes a los 80 años dejando consternados a tantos compañeros de la crónica rosa en las distintas cadenas como a los famosos que en ocasiones despellejó o que en otras podía tratar con suavidad de terciopelo dialéctico. Era una jornada para mostrar las condolencias a la familia más allá de las diatribas y polémicas, personales y ajenas, que desató este hijo de diplomático, escritor y periodista de vocación, que estaba siempre cómodo dando leña en los platós.
Su veteranía en la supervivencia del ámbito cardíaco-estelar se remotaba a hace algo más de 40 años. Su divorcio con su Merry Martínez-Bordiú fue sonado pero aún más cuando publicó un libro de memorias, Yo, Jimmy. que sacudía la imagen de la familia del marqués de Villaverde, hijo político del fallecido dictador. Esas memorias de su vida como nieto político en una familia que aborrecía fueron un best seller y acarreaba una expectación allá donde iba, en las emisoras de radio y en la única cadena que existía por entonces, a finales de 1981, RTVE.
Sus confesiones sobre esos aburridos años en el entorno del Pazo de Meirás le revalorizó mediáticamente (publicando una primera remesa de títulos con Planeta) y sobre todo se extirpó los escrúpulos que existían sobre él por haber emparentado con los Franco. El polémico cronista se casó en 1977 con Merry y asegura que con este amor efímero se acabó su trayectoria como periodista 'serio', como reportero de guerra que fue uno de sus primeros cometidos. Tras Yo, Jimmy, Giménez-Arnau se instaló en las portadas y en las crónicas agudas, ya nadie volvió a llamarle "Joaquín", su nombre, y como firmó aquel volumen de polvaredas.
Jimmy y Merry protagonizaron la primera boda que fue pagada como exclusiva en la historia de las revistas del corazón. ¡Hola! pujó por esas imágenes nupciales en 1977 en el Pazo de Meirás, la que fue residencia gallega de los Franco, y en cuya capilla se ofició la boda y en sus salones, la fiesta posterior con 160 invitados, donde se agotó el alcohol y rularon los porros.
El cronista presmuía de esa exclusiva pionera, pero no se adjudicaba el invento, "lo hubiera patentado", como ironizaba, sino que fue su suegro, Cristóbal Martínez-Bordiú, el marqués de Villaverde, el que negoció con la revista para que la boda se saldara gratis para las arcas familiares y supusiera un precedente para otras cuestiones familiares de las que podía sacar rédito. En 1984 el yernísimo del Generalísimo cobró por las fotos de la agonía del dictador en el hospital de la Paz, en 1975. El destinatario fue La Revista, efimera cabecera que dirigió Jaime Peñafiel.
Por aquella exclusiva en Meirás los Martínez-Bordiú cobraron 1 millón de pesetas, 6.000 euros y que al cambio adquisitivo respecto a 1977 serían ahora unos 60.000 euros, una cifra razonable pero ligeramente baja para la expectación y venta de ejemplares.
Al cabo de los años, recientemente, Jimmy aseguró a Mercedes Milá que aunque siempre se habló de ese millón de pesetas, que se repartió entre los contrayentes y los anfitriones, el pago fue mayor. Según Giménez-Arnau el precio de aquella exclusiva fue de 6 millones de pesetas, lo que serían 360.000 euros al poder adquisitivo actual, una cifra más aproximada de lo que sería un acontecimiento así a día de hoy. El fallecido periodista siempre tiró con bala hacia su cirujano ex suegro y reconoce que esos cinco millones de más se despistaron y consideró haber sido estafado con esta exclusiva. Al recién iniciado matrimonio, por tanto, le hubiera correspondido más. Por cierto, entre anécdotas de aquel día de boda, sangró las sábanas de aquella noche en Meirás para que Carmen Polo, la viuda de Franco, creyera que su nieta había llegado virgen al matrimonio,
La relación de Jimmy con María del Mar Martínez-Bordiú se extendió por algo más de tres años, años de cierta desesperación porque él no tenía trabajo y ella se dedicaba a la restauración de muebles antiguos. El nacimiento de la hija de la pareja, Leticia, fue casi el epílogo de un amor que se esfumó. De hecho Jimmy nunca tuvo un vínculo cercano con esa hija, tal como le reprochaban compañeros como Josemi Rodríguez-Sieiro en el día de su fallecimiento. Aquella exclusiva nupcial trajo un matrimonio que nunca terminó de funcionar.
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