Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Representación taurina
La Confederación Española de Pesca (Cepesca) y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP) han expresado su rechazo a las medidas de la Comisión Europea (CE) para reducir en un 15% el esfuerzo pesquero en 2021 para los arrastreros comunitarios que operan en el Mediterráneo occidental, a través de un escrito remitido al comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca de la UE, Virginijus Sinkevicius. En este documento, suscrito también por organizaciones pesqueras de Italia y Francia y apoyado por la patronal europea Europêche, los pescadores alertan de las graves consecuencias que estas medidas podrían tener para el empleo y el suministro de pescado en unas circunstancias ya de por sí complejas, a causa de la segunda ola de la Covid-19.
En su escrito, las organizaciones recuerdan además el esfuerzo realizado por la flota de arrastre para aplicar las medidas del Plan de Gestión Plurianual de las pesquerías demersales del Mediterráneo occidental adoptado por la UE en 2019, y que combina, en el caso de nuestro país, vedas espacio-temporales y niveles de reducción del esfuerzo pesquero, en muchos casos, superiores al 20%.
Asimismo, el sector señala que, antes de proponer nuevas medidas o incluso considerar la posibilidad de reducir el esfuerzo pesquero, es fundamental evaluar los efectos de las restricciones establecidas por dicho plan en la evolución de las poblaciones, sobre las que, los pescadores recuerdan, también impactan otros factores señalados por los científicos y la propia CE, tales como la contaminación, la presión demográfica, el cambio climático o las especies invasoras.
En este sentido, las organizaciones firmantes solicitan a la CE que sea sensible y lo más flexible posible en la aplicación del plan de gestión, de manera que no se agraven las consecuencias socioeconómicas causadas por esta pandemia; flexibilidad que, añaden, ya contempló la UE, al acordar que los niveles de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) se alcancen de forma progresiva en 2025, con el objetivo de evitar el perjuicio socioeconómico de lograrlo antes.
Según Javier Garat, secretario general de Cepesca, “somos conscientes de la necesidad de una gestión sostenible de los recursos en el Mediterráneo occidental, de ahí que hayamos cumplido escrupulosamente con los cierres temporales y la reducción el esfuerzo pesquero durante el primer año de aplicación del plan. Sin embargo, en las circunstancias tan excepcionales que atravesamos— añade Garat--, nuestros pescadores necesitan más que nunca seguir trabajando para superar las catastróficas consecuencias socioeconómicas que conlleva esta pandemia. Por tanto, en este contexto, -acaba diciendo Garat- el establecimiento de medidas de reducción adicionales en 2021 sólo contribuirá a socavar la rentabilidad de las empresas armadoras y, muy posiblemente, a llevarlas a la quiebra, con la consiguiente destrucción de flota y empleo”.
Por su parte, Basilio Otero, presidente de la FNCP, señala que “entendemos la necesidad de recuperación del Mediterráneo y, para ello, el sector ha hecho vedas temporales, desguazado barcos y tomado medidas. En un año complicado por la pandemia que sufrimos, el sector se ha adaptado a las exigencias de la reducción del plan del Mediterráneo, pero una nueva reducción en 2021, como la que se pretende, llevará al cierre y venta de numerosas embarcaciones con la consecuente destrucción de empleo, directos e indirectos, debiendo entender, además, que en el Mediterráneo faenan embarcaciones a las que no atañen las normas europeas. Las instituciones comunitarias tienen que entender que nadie quiere ser más sostenible que el sector, pues en esa sostenibilidad va el pan de sus familias”.
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