El tomate de Almería ya marcha a Europa: “Me encantaría venderlo aquí”
Agricultura
El productor, Dani Escámez, llama a fruterías locales para que no todo sea exportación
El tomate de calidad de la provincia de Almería tiene nombre: tomate La Cañada
Ruescas/Un camión encara la carretera de Ruescas, dirección la rotonda de San José. Desde allí, por la carretera de Barranquete, buscará la Autovía del Mediterráneo para llevar los mejores tomates del campo almeriense a Polonia. Su kilométrico viaje, por supuesto, no lo hará solo ya que a diario son varias las toneladas de productos hortícolas que Almería exporta a Europa.
La empresa de Daniel Escámez, un productor de tomate que venía del sector del automóvil, podía ser una más del campo levantino. Pero no lo es. Sí en el fondo, pero no en el trasfondo. Como los cientos de tomateros que hay en la provincia, Dani tiene varias hectáreas de invernaderos, poca agua y mucha burocracia europea atosigándole. Pese a ello, a diario corta kilos y kilos de un producto de tremenda calidad, al que no le falta comprador. Esto es la ley de la oferta y la demanda, y como tiene su propia comercializadora, Danidan 2016 [así se llama su empresa] envía casi la totalidad de su tomate rosa asurcado a Polonia. “Gusta tanto que los compradores no piden tomate rosa, sino directamente quieren el rosa asurcado de Stella del Cabo”, que es el precioso nombre comercial que le ha puesto a su marca.
Hasta ahí, todo normal. Tiene unas quince hectáreas en Ruescas, con una productividad que roza los 14 kilos por metro, lo que viene a significar que pone en el mercado unos dos millones de kilos de tomate. Además, no es un tomate cualquier, tiene un calibre, un brillo y principalmente un sabor que es una auténtica maravilla. Precisamente por ello, Dani se preguntó un día: “¿Y por qué no podemos comer en Almería de un producto con tanta calidad?”. La respuesta aún no la ha encontrado, por lo que está tocando a distintas fruterías para ver si es capaz de poner en el mercado local sus tomates.
“He contactado con distintas fruterías y tiendas en Almería para tratar de dejarles algunas cajas con este tomate [tiene distintas variedades, aunque el más destacado es el rosa asurcado], pero no he encontrado una respuesta positiva. Quiero que la gente de Almería lo pruebe y se alimente con hortalizas que producimos aquí y que lo hacemos con mejores condiciones sanitarias que el género que nos llega”, indica el almeriense ante varias cajas de Stella del Cabo en su almacén. Éstas están ya preparadas para ser cargadas en el próximo camión. Mercados de Madrid, Barcelona o Bilbao, o bien Perpiñán, donde se distribuirá hacia Europa. A todos los lugares, donde ciertamente se paga más por este producto de calidad que en su tierra. Dani, eso sí, no va a arrojar la toalla y ya tiene algún número más de fruterías a las que tocar la puerta.
Sobre todo su tomate rosa, su corazón de buey, su tomate azul, su cherry y hasta su tomate blanco causarían furor. “Si es que la gente me contacta por las redes para comprar, pero no pueden venir aquí a Ruescas a comprar una caja. Además, como comercializadora nosotros vendemos grandes cantidades”, indica mostrando todo lo almacenado con esmero, ya estriado, y colocado en las cajas. Ésa fue una de las cosas que le llevaron a vender él mismo su propio género y dejar de llevarlo a las cooperativas: “Quería controlar el destrío y el precio final. La verdad es que estoy satisfecho con la decisión que tomamos, hemos tenido que hacer una inversión fuerte para crear infraestructuras y tener todo el packaging necesario a diario, pero nos está yendo muy bien”. Sólo hace falta ver el brío con el que los torillos cargan unos 20.000 kilos de tomate en el camión que saldrá próximamente.
Es un orgullo ver que el comprador pide tomate rosa asurcado, de la marca ‘Stella del Cabo”
Precisamente las cajas son otro de los puntos fuertes de Stella del Cabo. Una composición preciosa, que lleva por toda Europa una tierra que además de un mar de plástico tiene una costa que es una auténtica joya. “Es un homenaje a Almería, a Cabo de Gata. Sale la iglesia de Las Salinas, sobre un sol con gaviotas, que perfectamente puede representar la forma de un tomate”. Ese sol de Almería, que tanto quema en verano y que en invierno es la mejor vitamina para las hortalizas, es responsable de que en Níjar se cultiven los mejores tomates de toda Europa: “La temperatura que tenemos ahora mismo es perfecta. Ha habido unas semanas anteriores que ha bajado la producción por los vaivenes climáticos y por todo el virus que hay en el campo, pero ahora estamos en buen momento. Aquí en Ruescas tenemos menos humedad que zonas más cercanas al mar [la humedad mancha el fruto] y nuestro tomate sale como puedes ver”, muestra Dani uno de los ejemplares más gordos del líneo que cortará dentro de dos días.
La jornada está echada. Gimnasio matutino, trabajo entre la finca y el almacén y por la tarde a disfrutar de la familia, uno de los motivos por los que cambió el concesionario por el invernadero. El camión sale cargado ya hacia Polonia y Dani hacia su casa con la idea de que sus tomates, antes o después, tienen que ser profetas en su tierra.
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