Las tiendas de Adra consiguen 'una nueva vida' gracias a Instagram y Tik Tok

Economía

Los dueños de negocios de cercanía han recibido un curso para captar más clientes en Internet

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Desde ese móvil se pueden comprar los zapatos de Ana o las gafas de Laura. / D.A.

Ana Linares lleva veinte años vendiendo zapatos en la Calle Natalio Rivas, una de las más transitadas de Adra. Abre por la mañana y por la tarde, como en todos los comercios, y, cuando cierra la persiana, no para de trabajar. Un día decidió acercarse a un curso impartido por el Ayuntamiento de Adra, le gustó y se quedó. Ahora, marcas como CapCut o Canva no le son extrañas.

El Consistorio le ha ofrecido a los dueños de los comercios un ‘tren’ del que es difícil escapar. La modernización del comercio ‘de toda la vida’ pasa por las redes sociales, nuevas herramientas de promoción. “Vendo a través de Tik Tok, he llegado a venderle a gente de Teruel o de Barcelona’, cuenta la propietaria de DanaShoes. Pese a ello, los costes que suponen el envío suponen un desembolso para la empresa que no es tan fácil cubrir como en las grandes superficies.

El lema está claro. “Si el comercio pequeño no se renueva, nos come el grande”, sintetiza. En estos talleres les han enseñado a editar vídeos de una forma más profesional, aprovechar las herramientas de Google para conseguir más visitas y darle una nueva vida a los productos que venden. Lo que buscan es dejar claro que “no es lo mismo ir a la tienda de Ana que a una gran superficie”.

Juegan con un punto a favor, que en la ciudad milenaria no hay grandes superficies comerciales, por lo que el vecino que quiera debe desplazarse, como mínimo, a El Ejido. Una ventaja a la que le han sabido sacar partido. “Podemos salvar al pequeño comercio, pero depende del negocio y de cómo sea el municipio”, apostilla Laura Laborda, que tiene una óptica con su nombre, sobre el futuro de estas empresas, que dan vida a la economía local.

Con el escaparate digital que han conseguido activar entre todos los negocios, logran que aumente el número de interesados. “Viene gente de fuera del pueblo porque hay algo que le ha interesado”, explica. En conversación con Diario de Almería cuenta cómo se nota el aumento de clientes una vez que se lanza una publicación que consigue muchos ‘likes’.

En su caso, la salud juega a favor, pues no todos se muestran convencidos de comprar productos en la gran superficie comercial en la que se ha convertido Internet, donde todo está al alcance de todos sin moverse del sofá. “Las gafas de sol se compran mucho por Internet pero con los graduados la gente no se fía”, añade.

Puede que, en futuros cursos, repitan. “Nos hemos quedado con ganas de más”, dice Ana sobre el taller formativo, que ha sido impartido por la CMIsa Carmona, una experta en redes con origen en el municipio. Su sector es fundamental, considera. “Nosotros lo que vendemos es porque sabemos que el cliente lo necesita, le conocemos”, recalca. Pese a todo, está complicado. “Vienen aquí, se lo prueban y luego lo compran en Internet”, dice con una mueca de desazón. ‘Follow’ a ‘follow’, las tiendas de siempre sobrevivirán.

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