El Thrips Parvispinus arrasa las fincas de Almería: "Más de los 50% de los pimientos, inservibles" 

Hace cinco años que llegó a la provincia de Almería y el Thrips Parvispinus ya está empezando a asomar su verdadera cara. Conocido como el trips del tabaco, procede del sureste asiático y en 2020 se detectó por primera vez en Almería, principalmente en planta ornamental, y de forma muy esporádica en el pimiento.

La pasada campaña ya se dejó notar en las fincas almerienses, pero no con la virulencia que lo está haciendo este año: “Más del 50% de los pimientos que producimos en fincas infectadas, no son comercializables. Si en un año normal dedicamos el 10% a segundas categorías, ahora mismo estamos en torno a un 40 ó 50%”, indica el producto roquetero Francisco Fernández Escudero, cuyas fincas de palermo y california amarillo están en El Ejido.

Tradicionalmente, el trips y la mosca blanca eran las plagas que más afectaban a las hectáreas de pimiento invernadas en la provincia, para los que la lucha integrada había conseguido darle una solución biológica. Empresas del sector trabajan en busca de algún bicho que sea capaz de hacerle frente a este potente insecto, de color negro en el caso del Parvispinus. “Este año nos está haciendo mucho daño. Los agricultores de ecológico somos los que peor lo estamos pasando. Si normalmente nos gastamos unos tres o cuatro mil euros por hectárea en lucha biológica, este año hemos tenido que soltar muchos más bichos y los gastos han subido”, explica este agricultor almeriense, que sigue a rajatabla las medidas preventivas que recomiendan los técnicos: “Podamos y limpiamos de forma diaria la finca, puesto que el trips anida en las hojas. Sin embargo, tampoco puedes pasarte porque si le quitas mucha vegetación a la planta, la desangras y el fruto dejar de engordar”.

Las consecuencias económicas se están haciendo notar en los productores, puesto que los daños en los frutos son principalmente estéticos, afectando a su apariencia y reduciendo su valor comercial. Eso sí, técnicos del campo almeriense dejan claro que no comprometen ni su calidad ni su seguridad alimentaria, pero las consecuencias económicas son significativas, ya que los consumidores suelen rechazar productos con imperfecciones visibles y estos frutos van para la venta en segunda categoría.