Reserva Marina de Alborán: Equilibrio perfecto entre la conservación y una pesca sostenible
Medio ambiente
Las aguas que rodean a la isla de Alborán y al Bajo de la Piedra Escuela son mejor ejemplo de que la actividad pesquera es compatible con la biodiversidad
Medidas de protección en áreas delimitadas del caladero tradicional
Así es el barco que trabaja en la Reserva Marina de la Isla de Alborán
La Reserva Marina de la Isla del Alborán le da la razón a la flota pesquera almeriense. Son años defendiendo su actividad como uno de los sostenes de un espacio marítimo donde radica su actividad profesional. Atrás quedaron años de una pesca abusiva, dañina. Hoy, con aquello como recuerdo del que aprender, los pescadores son los primeros en estar comprometidos en la sostenibilidad del mar y de sus recursos. No son simples palabras, son hechos y acciones demostrados a diarios.
“Fuimos los primeros interesados en que la Isla del Alborán fuese declarada Reserva Marina. Somos defensores de cualquier forma sensata de cuidar el mar siempre que se tengan en cuenta nuestras necesidades. Y con el Ministerio existe una buena interlocución”. Palabras de José María Gallart, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras.
El pasado mes de agosto, al albur de la Feria de Almería, la Reserva Marina de Alborán cumplía 27 años, a través de la Orden de 8 de septiembre de 1998, aunque fue declarada un año antes, en 1997. Casi tres décadas donde la naturaleza y el ser humano han sido capaces de sellar un compromiso para la explotación sostenida de los recursos de interés pesquero de la zona, a través de la implementación de medidas de protección específicas en áreas delimitadas de los caladeros tradicionales.
Nosotros abogamos por su conversación, porque si no estamos abocados al fracaso”
Las reservas marinas son espacios protegidos cuyo objetivo principal es la regeneración del recurso pesquero y el mantenimiento de las pesquerías tradicionales de la zona. En éstas se permite el desarrollo de una pesca artesanal, que es la actividad troncal, junto a actividades recreativas como el buceo, bajo las premisas de uso público responsable y de calidad, dirigido a la seguridad ambiental y humana.
Caladeros ricos en especies
La Reserva Marina de Alborán ocupa una superficie de 1.650 hectáreas, en una zona de conexión entre las aguas frías océano Atlántico y las más cálidas el mar Mediterráneo, lo que crea unas condiciones excepcionales que convierten este espacio en un lugar único en el mundo.
En las zonas más profundas destaca la presencia de comunidades de maërl formado por algas rojas no ancladas al sustrato, el coralígeno, y poblaciones de coral rojo (Corallium rubrum), especie protegida en la reserva. En zonas más someras se encuentran especies singulares como las algas pardas del género Cystoseira y bosques de laminarias de Phyllariopsis purpurascens o Laminaria ochroleuca, algas pardas de gran porte que pueden alcanzar hasta 5 metros de longitud.
Como especies pesqueras predominan las poblaciones de sustrato rocoso, como el mero, el pargo, la brótola de roca, la gallineta o la langosta común. Además, en esta zona habita coral anaranjado, el erizo de púas largas, el molusco gasterópodo Dendropoma petraeum que junto con el alga calcárea Neogoniolithon brassica-florida forma los denominados arrecifes de vermétidos, y la lapa ferrugínea, en peligro de extinción.
Cabe destacar la gran importancia que tiene el mar de Alborán para las poblaciones de cetáceos y tortugas, al constituir la única vía de paso entre el Atlántico y el Mediterráneo de estas especies altamente migratorias, aunque también encontramos en sus aguas poblaciones de cetáceos residentes.
Para la flota pesquera almeriense, los caladeros del Alborán son su principal surtidor de la exquisita gamba roja. “Es una zona muy rica en la que trabajan los barcos de arrastre de Almería, pero no concentramos toda nuestra actividad allí para evitar la sobreexplotación, sino que nos diversificamos y estamos también en otras caladeros alternativos donde los barcos de artes menores capturan calamares, rapes, gallo pedros, brecas...”, explica José María Gallart, puntualizando que de mayo a septiembre es la época de mayor faena.
“Nuestra pesquería está muy regulada a nivel general, pero principalmente en estas zonas de gran valor. Por ejemplo, toda la flota que va a esos caladeros está equipada con puertas voladoras que no interfieren en el fondo marino, se utilizan mallas selectiva, paradas biológicas...”, dice el presidente de la Faape que se muestra tajante con la reserva de los caladeros: “Sabemos que si no los cuidamos, estamos abocados al fracaso. Por eso somos los primeros que mostramos nuestro compromiso con la regeneración de las especies pesqueras y que ponemos en conocimiento de las autoridades, por ejemplo, si vemos algún barco que no está cumpliendo con la normativa”.
Eso, por desgracia, es habitual. Para detectar a estas embarcaciones existen distintos mecanismos de control, que ejerce el cuerpo de inspección. Fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación explican a Diario de Almería que las modalidades de arrastre de fondo, cerco y palangre de superficie son controladas a través del Centro de Seguimiento Pesquero y el sistema de cajas azules, y el diario electrónico de a bordo. Las modalidades de artes menores, que también disponen de caja azul y diario electrónico, son controladas también por el servicio de la Reserva marina y de pesca, a quien tienen que avisar de sus entradas y salidas y entregar estadillos de esfuerzo pesquero.
Medidas de protección
Zonificación. Se establecen zonas específicas donde se permite la pesca de manera controlada, así como las denominadas reservas integrales donde sólo se autorizan actividades científicas de interés para el seguimiento de la propia reserva.
Regulación de Artes de Pesca. Limitaciones a la pesca estableciendo las modalidades autorizadas y periodos de actividad.
Cuotas de Captura y Tamaños Mínimos. Límites de captura para evitar la sobreexplotación y tallas mínimas de captura para asegurar que los individuos tengan tiempo de reproducirse.
Control y Vigilancia. Hay un censo específico por modalidades, así como la implementación de sistemas de vigilancia ayudando a prevenir la pesca ilegal y asegurando que se cumplan las normativas establecidas dentro de la reserva.
Investigación Científica y caracterización pesquera. Estudios para evaluar el estado de los recursos pesqueros y del ecosistema, lo que permite ajustar las medidas de gestión según sea necesario.
Además, el servicio de la reserva marina realiza filmaciones periódicas mediante ROV en emplazamientos seleccionados para ver el estado y evolución de fondos cuyas características sean indicadoras del estado general de la zona. En cuanto al seguimiento pesquero, recopilan los estadillos de esfuerzo pesquero y llevan a cabo muestreos y caracterizaciones de capturas para conocer y evaluar el estado de especies más singulares.
El seguimiento del estado de las poblaciones de interés pesquero se lleva a cabo con los datos obtenidos mediante los diarios de abordo, las notas de venta, los estadillos de esfuerzo pesquero y los muestreos y caracterizaciones de capturas.
Todo perfectamente medido para que las aguas que bañan a la Isla del Alborán sigan llenas de vida y sean productivas. Un tesoro que tiene ultramar la provincia de Almería, una reserva marina única en el mundo.
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