Los regantes de Sierra Nevada se dan dos meses para solventar sus problemas económicos

Agricultores

La asamblea aprueba esperar hasta otoño para que los comuneros se pongan al día en las cuotas, que serán más altas

Deben afrontar un crédito de 600.000 euros con Cajamar, pedido para obras de modernización en el riego

Abrucena, un ejemplo para la España Vaciada: crece hasta los 1.300 vecinos

Plantación de cerezas en Abrucena.
Plantación de cerezas en Abrucena. / Javier Alonso (Archivo)

Francisco Aguilera, presidente de la Comunidad de los Barrancos de Sierra Nevada, de Abrucena y Abla, está trabajando la fresa cuando 'Diario de Almería' insiste en llamarle. Anda más tranquilo después de que la asamblea permitiera ver la luz para solventar los problemas económicos que atraviesa esta unión de regantes, fundada ahora hace sesenta años. Forman parte ochocientos agricultores de Abla y Abrucena, teniendo derecho a un suministro de 78 litros por segundo, pero a un millar más se les suministra agua de forma ocasional, cuando hay abundancia.

El crédito con la entidad bancaria Cajamar, pedido en el año 2017 para llevar a cabo unas necesarias obras de modernización en los sistemas de riego, es lo que ha generado buena parte del 'tapón' en las cuentas. El dinero prestado por el banco asciende a 600.000 euros y, cuenta Aguilera, "la entidad se ha portado muy bien, nos están echando una mano".

El problema puede acabar si, los socios que no lo han hecho aún, se ponen al día en el pago de las cuotas con la comunidad. Se dan de plazo para ello dos meses, cuando volverán a reunirse y ver si ha entrado más dinero en el bolsillo. El plazo dado por el banco para hacer frente a uno de los pagos acaba en enero. Aguilera está confiado. "El 90% nos pondremos al día", vaticina.

Los comuneros han recibido bien la petición. "En todo esto es necesario la claridad y nosotros hemos llevado los números detallados al céntimo. Si lo explicas claro, se ve la realidad", asegura el mandamás de los comuneros, que recuerda que se ha pasado por una etapa "complicada" desde que se solicitara el préstamo con "el Covid, la falta de acuerdo, los precios, la empresa que abandonó la obra, etc.".

No perder la concesión de aguas, que fue otorgada por la Junta de Andalucía hace once años, es fundamental, según la visión de Aguilera. Este suministro les permite ir un poco más despreocupados cuando, como ahora, la sequía aprieta. "Ahora no tenemos agua para casi nadie, hay muy poca. Viene tan poca que la que tenemos hay que guardarla en balsas", explica. Y, por si fuera poco, el precio, que se ha multiplicado. "Es problema sobre problema", resume. Establece para explicarlo un simil. "Sabes el precio de la gasolina cuando vas a la gasolinera, pero si pides una botella de agua vale ya lo mismo", defiende. El presupuesto se ha doblado, de 30.000 a 64.000 euros, y las cuotas, también.

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