Los regantes de Níjar buscan fuentes alternativas a la planta de Carboneras: "Estuvimos en peligro"

Níjar/La parada de la producción de la planta desaladora de Carboneras ha provocado un importante cisma en el Campo de Níjar. En plena campaña de primavera, con los cultivos necesitados de agua para que sandías y melones engorden, la falta de abastecimiento de la principal fuente de la Comunidad de Usuarios de Agua del Campo de Níjar (CUCN) ha provocado una situación peliaguda.

Ante esto, administración y regantes se han puesto de acuerdo en buscar fuentes alternativas que permitieran adaptarse al menor suministro temporal de la desaladora, que ya está notando el deterioro de sus 20 años a pleno funcionamiento. Diario de Almería ya informaba el pasado martes que se había producido una reunión de urgencia para explicar la situación y presentar soluciones.

Estuvimos en peligro, no por nuestra gestión, sino por la planta de la que dependemos” — Antonio López - Presidente de la CUCN

Antonio López, presidente de la CUCN, reunió ayer a sus comuneros para trasladarles el trabajo hecho para tratar de salvar la campaña de primavera. Los números son claros: hace un mes la comunidad tenía casi dos millones de m3 de agua de reserva, que se ha visto reducida a 390.000 en las balsas de Acuamed ante el nulo suministro de Carboneras. “En la inauguración de la balsa 8 dije que íbamos a tener una primavera tranquila, salvo hecatombe. Y se ha producido en nuestra principal fuente de suministro. Hemos estado en peligro, no por nuestra gestión, sino por la planta de la que dependemos” , apuntaba. Gracias precisamente a esa balsa 8 y a lo acumulado por los propios regantes en sus fincas, la comunidad ha salvado la papeleta.

El presidente, de esta forma, quiso lanzar un mensaje de “tranquilidad”, puesto que se han activado mecanismos para haya agua de distintas fuentes y explicó la problemática de la desaladora de Carboneras. Por un lado, tres tubos de los bastidores han reventado tras quince años trabajando a pleno rendimiento. Para cambiarlos, es necesario parar la desaladora entera, con el problema que ello genera en el Campo de Níjar. En cuanto se pueda, se hará y con las mejoras tecnológicas que se añadan, se incrementará en 8 hm3 la producción de agua desalada.

Por otro lado, la prevención de riesgos laborales. El reventón de los tubos es un peligro potencial, por lo que los trabajadores no pueden estar en la planta mientras está en funcionamiento. Por ello, cuando se detuvo a raíz del apagón energético, hubo que firmar un protocolo para volver a arrancarla y se hizo con sólo cinco de sus once bastidores. Estos días han comenzado a funcionar cuatro más, nueve en total.