El Bajo Andarax reestructura y moderniza su sistema de riego
Recursos hídricos
La Comunidad General de Regantes del Bajo Andarax pone en valor infraestructuras inutilizadas desde hace 30 años y segmenta el sistema de riego para evitar el desabastecimiento total de agua en caso de avería
Almería/Durante años, los regantes del Bajo Andarax han estado manteniendo sus fincas con un sistema obsoleto y, en parte, inutilizado desde su construcción, lo que implica un mayor coste económico y el desperdicio y cortes de agua en momentos de avería. Pero ello, tiene los días contados. La Comunidad General de Regantes del Bajo Andarax se ha remangado la camisa y se ha puesto manos a la obra.
El sistema que abastece de aguas regeneradas para regadío a la zona se diseñó en los años 60, un sistema que tenía en cuenta el riego tradicional, no por goteo como se hace actualmente para maximizar la eficiencia del recurso hídrico, y que no se ha modernizado, según cuenta Jesús Urrutia, desde hace en torno a seis meses presidente de la comunidad. Sin discutir que se hiciera con la mejor intención, entonces se levantaron tuberías de subida y bajada, estaciones de bombeo y demás para acercar el agua de la depuradora de Almería y repartirla por Almería y siete municipios del Bajo Andarax (Santa Fe, Gádor, Rioja, Benahadux, Pechina, Viator, Huércal de Almería y Almería) cuando hubiera escasez, a través de tres balsas: la de la zona alta en Jacalgarín (Gádor), en Pechina y en Benahadux, cada una con capacidad de unos 10.000 metros cúbicos; si bien en origen estaban planificadas cuatro, otra de ellas en la zona de Los Millares, que por su enclave finalmente no fue levantada. Cuando Urrutia se hace responsable de la comunidad se encuentra con unas obras que llevan 30 años construidas y con muy escaso uso. Alguna de ellas no se ha utilizado nunca. “millones de euros invertidos para nada”.
¿Cómo funcionaba el sistema hasta ahora para regar alrededor de 1.200 hectáreas afectadas? Desde la balsa de almacenamiento de aguas regeneradas en Viator, que se llena a partir del agua de la depuradora de Almería, se sube el agua hasta Jacalgarín y de allí se distribuye mediante rebombeos, por lo que el precio del agua a su bajada se encarece. En el caso de que haya una avería en algún punto de la tubería, tal y como apunta Urrutia, primeramente, hay que vaciar el agua para averiguar dónde está el problema, es decir, 20.000 metros cúbicos tirados, además de una semana sin disponibilidad de agua en toda el área de influencia por el vaciado y la reparación.
A pesar de los obstáculos hallados en el camino, el sistema está cambiando. Las balsas de Pechina y Benahadux, una inutilizada y otra solo para rebombeo, están ya conectadas al sistema de riego, aunque sea, como apunta Jesús Urrutia, de un modo arcaico que marca la norma mediante el desagüe de la balsa en lugar de la aspiración del agua por superficie, y puestas en valor. “A ellas el agua llega desde Viator por gravedad, ¿qué sentido tiene que suba todo el agua para que luego baje, en lugar de dejar aquí la que se requiera y abaratar su coste?”. Urrutia añade, además, que en momentos como el reciente en la zona alta no necesitan tanta agua porque ha llovido, “con la lluvia, arriba consumen cero, riegan por las acequias; sin embargo, el río no lleva caudal abajo donde sí la necesitan y hasta ahora tienen que pagar unos 30 céntimos de euro más por metro cúbico por los rebombeos; es un sinsentido subir el agua para luego tener que bajarla”.
Además de la conexión de las balsas, el sistema de riego a lo largo del río se ha segmentado en cinco sectores mediante anillos, entre 12 y 15 kilómetros de tuberías, de manera que si hay una avería en un área se pueda cortar el agua en la misma, sin afectar a las otras cuatro restantes evitando además el consecuente desperdicio de agua, ya que para la reparación no habría que vaciar los 20.000 metros cúbicos de agua; “en el peor de los casos solo el 20% correspondiente a ese sector”. Parte de estas infraestructuras podrían haber estado finiquitadas antes, si bien, cuando el río salió esta primavera se llevó por delante la red de tuberías, sobre todo, las conducciones de mayor tamaño entre Gádor y Benahadux, que ha habido que sustituir. Asimismo, tal y como comunica el presidente de la comunidad, en las nuevas infraestructuras se han utilizado materiales y llaves de máxima calidad y tuberías con un tratamiento especial que minimizar los efectos de corrosión.
Los halagos hacia la eficiencia en la gestión de los recursos hídricos en el campo almeriense son constantes, pero con las infraestructuras adecuadas y un mantenimiento correcto, esta sería mayor. Como traslada Urrutia, el objetivo en la zona de influencia de la comunidad es intentar practicar el riego de precisión, echando a cada cultivo la cantidad de agua que necesite y el tipo de agua que requiera, “por su antigüedad, esta comunidad tiene cientos de concesiones de agua de distinta calidad. Lo que queremos es que el productor que necesite agua salina porque, por ejemplo, cultive raf, darle agua con niveles de salinidad más altos y viceversa para quien en su caso tenga pimientos; el agua regenerada, por ejemplo, es muy buena para desinfectar el suelo. Si somos capaces de dar a cada uno el agua que necesita, necesitaría menos insumos y reduciría los costes; además, el producto incrementaría su calidad”.
Con todo preparado para desembalsar el agua de las balsas conectadas para servir directamente a la zona media y baja del Andarax, Urrutia quiere insistir en otros asuntos que considera incoherentes como son los plazos para la solicitud de agua por parte de los regantes: “Hay que pedirla con 15 días de antelación y, en caso de que llueva y no la utilices, por ejemplo, penalizan por no consumirla; o, por el contrario, viene una ola de calor y he pedido 100 metros cúbicos y necesito 500, no puedo modificarlo”, añade el responsable de la comunidad quien cree que lo más lógico sería un plazo de tres días para que puedas manejar mejor las previsiones ya que para el suministro de agua “basta con darle a un botón en Viator.
‘Semáforo’ en la acequia tras percatarse de una irregularidad
Desde la Comunidad General de Regantes del Bajo Andarax se insiste en tener las acequias acondicionadas. Según explica Jesús Urrutia, cuando el río baja con gran caudal es importante aprovechar esa agua para evitar que todo desemboque en el mar, regar las tierras y, con ello, recargar el acuífero. Y es que el entaponamiento de estas vías por ramas o por desvíos, a veces intencionados afecta a la solidaridad con el resto de vecinos y puede acarrear catástrofes como inundaciones. En este sentido, la comunidad ha ideado un sistema de “semáforo” en base a cuatro colores para avisar y reavisar al regante de que algo no va bien antes de llegar a la multa. Así se hace una marca en verde en la parada de la acequia donde se perciba alguna irregularidad, viendo esto el regante tendrá que hablar con el relojero o ir a la oficina; en amarillo para advertir que no se ha atendido la señala anterior y el problema persiste, a continuación, naranja y ya rojo con cuya marca ya indica la sanción.
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