El pistacho, apuesta firme y respetuosa con el medio

Están aumentando las plantaciones en régimen de regadío por los rendimientos que ofrece

En Almería hay cerca de 30 hectáreas en ecológico de cultivo de pistacho, mostrando así que es una alternativa viable. / Rafael González
F. Maturana

27 de agosto 2018 - 02:30

El pistacho es uno de los cultivos de moda en España. De hecho, en Diario de Almería ya se viene abordando desde hace meses el gran potencial que tiene este cultivo y que en la provincia va creciendo poco a poco por las posibilidades que ofrece.

Ramón Gil, de Innovación Agroalimentaria Cajamar Caja Rural, arroja datos reveladores en un artículo de opinión y explica que en los últimos cinco años la superficie ha experimentado un crecimiento del 175 %, siendo Castilla-La Mancha la comunidad que aglutina más del 80 %. "Pese a ser un cultivo que se adapta perfectamente a condiciones de secano, lo cierto es que las plantaciones en régimen de regadío, aunque actualmente solo representan el 42 %, y están creciendo considerablemente gracias a las expectativas que generan sus elevados rendimientos".

A nivel mundial, los grandes productores son EEUU, Irán y Turquía, que abarcan cerca del 90% del total de la oferta, mientras que el 60 % del consumo se concentra por este orden, en Turquía, EEUU, y China.

"Turquía prácticamente consume todo lo que produce, siendo los principales países exportadores EEUU e Irán. Por otro lado de la balanza comercial, el país cuyas importaciones han crecido más durante los últimos seis años ha sido India, más del 140 %, pero aún está alejado de China y la Unión Europea, que son los demandantes globales de este fruto", analiza Gil. A diferencia de otras especies frutales, se trata de un cultivo con lenta entrada en producción. No tanto como el fruto seco por antonomasia, el almendro, que lo hace a los 7 años de ser plantado. En el caso del pistacho es menos y en unos cuatro. "La máxima productividad se puede alcanzar a partir del octavo año desde su plantación, un plazo demasiado amplio, que en otros tiempos ha desincentivado a productores e inversores", apunta este especialista como causa de que no haya sido un cultivo predilecto en España.

Sin embargo, la estabilidad de los precios registrada en los últimos años y los bajos costes anuales de explotación, han hecho que se recobre el interés por este cultivo en zonas semiáridas. Además, en ecológico tiene una demanda creciente, por lo que se está posicionando como apuesta firme para una agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Las nuevos cultivos dinamizarán las zonas de interior

La producción española tan solo representa el 32 % del consumo nacional, lo que pone de manifiesto la vocación importadora. En 2017 el valor de las importaciones rondó los 87 millones de euros, mientras que las exportaciones apenas rozaron los 10, y estuvieron dirigidas principalmente a países de la Unión Europea, concretamente Italia, Francia y Alemania, según cuenta Ramón Gil de Cajamar. "El déficit de oferta española es evidente, aunque se prevé que las nuevas plantaciones ayuden a minorar importaciones futuras, satisfaciendo así la elevada demanda y contribuyendo a la dinamización económica de zonas de interior donde se está implantando el cultivo".

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