Piquersa, 25 años de maquinaria sencilla, económica y robusta en Almería
Maquinaria industrial
La empresa almeriense, tras desligarse en 1999 de Piquer Hermanos, celebra su primer cuarto de siglo con un evento este viernes en sus instalaciones
Crecer en África, Oriente Medio y Sudamérica, objetivo de Piquersa Maquinaria
La sede de Piquersa celebra en la mañana de este viernes con socios, trabajadores y autoridades un aniversario que demuestra que el buen trabajo que lleva haciendo la empresa almeriense de maquinaria durante un cuarto de siglo, tiene sus frutos. Un evento que va a servir para repasar la historia de la compañía, ya como independiente tras desligarse de la matriz, Piquer Hermanos, en 1999, y que en estos 25 productivos años se ha convertido en un referente en el sector de la maquinaria de construcción y de limpieza viaria.
Desde sus orígenes con maquinaria para movimientos de tierras al amparo de Piquer Hermanos, Piquersa no ha parado de crecer y desarrollar nuevos productos adaptados a las necesidades de un mercado cada vez más exigente. Cuando la compañía tomó ya suficiente identidad, los socios decidieron independizar la actividad de fabricación de lo que era la concesión [en aquel entonces] Piquer Hermanos era concesionario de Nissan. Entonces se constituyó Piquersa Maquinaria como empresa independiente para la fabricación y venta de las máquinas que ellos mismos han venido diseñando y desarrollando en su fábrica en los últimos 25 años.
Como un cuarto de siglo da para mucho, ha habido momentos muy buenos y otros en los que la empresa ha tenido que saber sufrir para salir adelante. La crisis del ladrillo, extenuante para todo el sector de la construcción, marcó un antes y un después de la que Piquersa salió con la lección bien aprendida. Fueron años de resiliencia, en los que se abrieron las miradas a los mercados exteriores, a la exportación. Este salto cualitativo en su estrategia le ha permitido a la firma ser lo que es hoy en día.
“Creo que es un momento perfecto para celebrar este 25 aniversario, recordar esos momentos malos que superamos en las crisis y cómo hemos sido capaces de sobreponernos para que nuestro producto hoy en día se encuentra presente en 25 países con una expectativa de crecimiento para los próximos años muy importante”, comenzaba la gerente Inmaculada Piquer, que hoy viernes estará rodeada de clientes, proveedores, autoridades y, sobre todo, amigos.
Dos son las líneas de negocio que sigue Piquersa en su fábrica, situada en la rotonda que da acceso a la Cuesta de los Callejones. Por un lado, la maquinaria de construcción, entre las que destacan los dumpers, las hormigoneras y las carretillas. Por otro lado, la limpieza viaria, con unas barredoras que se han ganado varias cartas de reconocimiento y distinción de diferentes ayuntamiento españoles y países extranjeros, que Inmaculada sujeta entre las manos de satifacción.
“Nuestro sistema de barrido es único. Es un sistema mecánico, unos cepillos sitúan la basura delante del recogedor y cuando éste está lleno, se vacía en el cubo”, explicaba la gerente, que apuntaba el producto estrella en esta gama: “El año pasado presentamos una nueva barredora, que combina el barrido tanto mecánico por arrastre como por aspiración. Hoy por hoy es el producto que más nos demandan, la calidad del barrido reúne lo mejor de ambos sistemas y, además, tiene un precio muy asequible”.
Es el momento de celebrar esta efeméride, de recordar los buenos y malos momentos”
Precisamente aquí radica la filosofía de Piquersa, sus tres puntos empresariales básicos son la sencillez, la robustez y el buen precio. “Nuestros productos son económicos, algo que relacionamos con la política medio ambiental. Tenemos motores pequeños, que consumen poco. Es más, ya estamos desarrollando un producto eléctrico que en los próximos años verá la luz. Por otra lado, nuestra maquinaria es robusta, para que puedan trabajar sin dar problemas con inclemencias meteorológicas, como los 50º de Arabia Saudí, y además, manipuladas por personal no cualificado. Y sencillas, porque huimos de mucha tecnología, intentamos hacer productos sencillos para que la reparación represente el menor tiempo posible porque son máquinas que van destinadas a servicios de limpieza y una máquina parada una semana es un trastorno importante para cualquier cliente”, indica su gerente dejando claro que en Piquersa no miran sólo el balance de resultados al final de año, sino la satisfacción y el agrado de los usuarios de sus maquinarias.
Exportan a 25 países
El centro de fabricación de Piquersa está en la propia sede, en la parte trasera, con vistas a Huércal de Almería y con un fresco que entra por la puerta que anima a ponerse a trabajar. Allí, alrededor de una veintena de operarios trabajan como un reloj suizo, con precisión y cariño por su labor, lo que permite la producción de maquinaria con altos estándares de calidad. “Antes de que llegara yo y estallara la crisis de 2008, producíamos en torno a cien máquinas, pero la caída fue tan brusca que en apenas un par de años, nos vimos produciendo tan sólo 10 ó 15”, el momento de impás en el que los trabajadores de Piquersa sacaron lo mejor de sí mismos para aguantar y levantar el vuelo cuando la economía empezó a estabilizarse: “Gracias a la exportación, algo desconocido para nosotros hasta el momento, abrimos nuevos mercados y nuestro producto comenzó a ser muy demandado”, lo que les llevó a subir nuevamente el volumen de fabricación: “Tanto la producción como los puestos de trabajo se han ido reactivando y ahora estamos como al 50% de lo que hacíamos antes de la crisis. Estamos haciendo un crecimiento lento y sostenible”, y digno de aplaudir.
Son 25 países en los que ya están las máquinas de construcción y, sobre todo, las limpiadoras de Piquersa. Tras el desmoronamiento del mercado nacional, la compañía realizó una “reconversión interna profunda” con el cierre de distintas delegaciones españolas, y los trabajadores se unieron a la red comercial, dependiendo de los conocimientos en idiomas, para tocar a puertas en el extranjero: “Tú sabes francés, a Marruecos; tú inglés, a Inglaterra y a Australia; los que no sabían idiomas iban a países hispanohablantes como México”, apunta Inmaculada sobre una reconversión sobre la que se apuntaló el éxito actual: “Fue una reacción muy rápida que permitió que la empresa no cerrara y hoy estamos en España , Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Kuwait, Brunei, Bahrein y esta misma mañana [por el pasado martes] hemos recibido una petición de Corea del Sur que han visto nuestras máquinas trabajar en aquella zona y se han interesado”, dice satisfecha.
El orgullo de que sus máquinas barran en Almería
La maquinaria de Piquersa está triunfando en todo el mundo, el futuro de la empresa está asegurada, Inmaculada va a tener una jubilación dorada... y su maquinaria está instalada en su ciudad y su provincia, que es algo de lo que se siente especialmente orgullosa. Son cientos de comerciales los que presentan sus proyectos cada vez que hay un concurso en el Ayuntamiento de Almería y ahí siempre hay máquinas de limpieza viaria de Piquersa. No es sólo apostar por el producto local, sino por la calidad del producto de la empresa almeriense.
Y como a quien se lo merece, la vida le sonríe, Inmaculada ha conseguido recientemente un nuevo éxito para Piquersa. Tras varios años trabajando duro para que sus limpiadoras sirvieran en el Ejército, acaban de ganar un concurso público y han logrado un acuerdo marco para el suministro durante los tres próximos años. Puede dar fe la Unidad Militar de Emergencias de que la maquinaria de la empresa almeriense responde aún en las condiciones más complicadas: “A raíz de las inundaciones de Valencia, se ha puesto en contacto con nosotros la UME porque han visto trabajar máquinas de clientes nuestros que están ayudando allí”.
Con este buen sabor de boca final, después de una historia de altibajos, pero siempre convencidos de que el trabajo es la base del éxito, toda la familia Piquersa tiene hoy viernes una cita en la sede para soplar 25 velas... y las que quedan porque el departamento de I+D ya mira al futuro con ambición pero sin miedo al vacío, y éste pasa por la fabricación de barredoras eléctricas.
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