Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Representación taurina
Sector pesquero
A pesca de arrastre recibe cada noticia con recelo que les llega. Se sienten sus profesionales víctimas de una situación que les escapa de sus manos y que, si no cambia, les puede llevar a la desaparición. “Pienso que vamos a desaparecer, van contra nosotros”, dice Mari Ángeles Cayuela, presidenta de ASOPESCA y la Asociación Andaluza de Mujeres del Sector Pesquero, quien reaccionaba temerosa cuando Diario de Almería le reclamaba su visión sobre lo que está ocurriendo.
Lo que está ocurriendo es que esta semana el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación confirmaba los 6.116 días de trabajo adicionales para las flotas de arrastre del Mediterráneo al haber cumplido con las medidas de compensación de la Unión Europea. Es un premio que en el sector no han celebrado con especial entusiasmo. “Es una noria, o estás arriba o abajo”, resume Cayuela.
“Llueve sobre mojado, el mecanismo de compensación sirve para paliar pero no es suficiente”, dice la responsable de ASOPESCA. Los trabajadores del arrastre están temerosos de cada decisión que llega desde Europa. “Hay embarcaciones que salen a faenar menos de 120 días, es una barbaridad, no hay rentabilidad en la actividad”, añade José María Gallart, presidente de FAAPE, Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras. La media es ligeramente más alta pero insuficiente para ellos. “La actividad está entre 140 y 150 días, es insuficiente para garantizar la rentabilidad”, recalca.
La pesca de arrastre no atraviesa su mejor momento ni en cuanto a días de faena ni en prestigio. Cada vez son más voces, incluyendo al ámbito político, las que aseguran que se trata de un método perjudicial para los mares y océanos. Para Greenpeace es “altamente dañina”, pues complica la supervivencia de los fondos, donde hay una interesante flora marina, como las posidonias o las algas, destruyendo a buena parte de las especies que habitan el interior de los mares. En National Geographic, donde a principios de año se preguntaban por qué este tipo de pesca es tan nociva para el Medio Ambiente, van más allá y la tachan de “práctica destructiva”, incluyendo el testimonio de algunos expertos que piden directamente prohibirla e incitar a los consumidores a que no compren en el supermercado pescados que hayan sido capturados mediante la técnica del arrastre.
“Queremos que se nos trate con justicia, sin demagogia ni mundos de Yupi”, responde Cayuela, pues “nosotros trabajamos para que los caladeros estén limpios”. Los profesionales del arrastre se sienten maltratados y dicen no entender las críticas, pues consideran que hacen un trabajo productivo retirando la basura de los océanos, “toneladas al año”, dice la presidenta de las mujeres andaluzas de la pesca, un puesto que combina con su oficio de armadora, asegurando que hacen programas desde hace años para limpiar los fondos marinos. “Hay ecologistas que son multinacionales y defienden sus intereses, no tiene nada que ver con el medio ambiente”, responde ella, asegurando que hay ecologistas “con los que sí se puede hablar”.
El daño para la economía de las familias puede ser, dice, irreparable. “En un barco pequeño con tres hermanos y los padres son los armadores, si el barco para, la familia entera también”, explica. Son en su mayoría pequeñas embarcaciones que viven de lo que sacan vendiendo el pescado que capturan. “Vas con mucho ánimo, tienes pequeñas empresas familiares pero cada noticia te machaca”, explica.
Enfrente, el daño para el ecosistema marino. Según un informe de Oceana, una de las organizaciones que más tiene en la mira a las flotas de arrastre, el Sur Almería-Seco de los Olivos es la zona protegida más afectada en todo el territorio nacional, con 57 embarcaciones y 31.129 horas de pesca estimadas. “A los que más le interesa que el mar esté limpio, es a nosotros”, reprende Mari Ángeles Cayuela ante los datos que ofrecen las asociaciones contrarias a esta pesca. Para este reportaje, armadores como Cristóbal Hernández, uno de los más jóvenes con barco en la provincia y que, a su vez, menos días habilitados tiene para trabajar, reconocía el perjuicio que provocaba antes esta práctica, algo que habría cambiado, usando nuevas puertas que dejan la red a metro y medio del fondo marino.
“Hay ecologistas que son multinacionales y defienden sus intereses, no tiene nada que ver con el medio ambiente”, asegura Cayuela. “Si morimos, lo haremos de pie”, sentencia. Por el momento, la pesca de arrastre se mantiene, aunque tambaleada, con vigencia, pero temen la desaparición de la que es una práctica considerada por muchos especialistas como perjudicial para el ecosistema.
Junto a los problemas que se están dando en el sector del arrastre con las políticas medioambientales, el sector de la pesca de arrastre vive inmerso en una crisis que engloba a todo el sector primario y que, dicen sus responsables, puede llevarle a la desaparición. “Hay mucha hipocresía, se dice de fomentar el producto de cercanía pero nos estamos cargando la flota”, dice Mari Ángeles Cayuela, quien preside la Asociación de Mujeres Pescadoras de Andalucía, quien añade que “tú no dejarás de comer pescado, pero vendrá de otro lado”.
“Te sube lo que usas y el precio del pescado sufre por la competencia desleal”, recalca, antes de especificar que el pescado es sensiblemente más bajo de lo que era antes por la importación de terceros países. Con lo que cobran por vender el producto, no les da para sobrevivir. “Llueve sobre mojado, el mecanismo de compensación sirve para paliar pero no es suficiente”, recalca.
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