La pesca, atrapada en las redes de arrastre de Bruselas: "Mi barco irá al desguace, no puedo entramparme más"

Pesca

El sector trata de levantar cabeza reponerse del último ‘estacazo’ que les dio la Comisión Europea

Los pescadores de Almería trabajarán menos días en 2025: "Es un fracaso"

Cristo Hernández sólo tuvo cinco meses de pesca en 2024... y está a la espera de saber qué le viene encima en 2025.
Cristo Hernández sólo tuvo cinco meses de pesca en 2024... y está a la espera de saber qué le viene encima en 2025. / Javier Alonso

Al sector pesquero lo han sumido en una enorme rueda de hamster, que no parece salirse del tornillo sin fin legislativa en torno al cual gira. Inversión un año para adaptar los barcos a las nuevas normativas, bajada de días de fanea; instalación de mallas y puertas voladoras para ser respetuosos con el medio marino, bajada de la TAC pesquera... Así un año sí y otro también. Un laberinto sin salida, una situación en la que, incluso desde fuera, dan ganas de tirarse de los pelos y mandarlo todo a freir puñetas.

¿Cómo es posible que una a persona que ha invertido un capital para trabajar en un sector ejemplar apenas le dejen faenar cinco meses? Bueno, cinco meses en 2024, el recorte ya anunciado para 2025 lo conocerán los pescadores una vez que termine la actual parada biológica en la que está inmersa la flota pesquera de arrastre. Éste es el caso de Cristo Hernández, quizás el más sangrante. No todos los pescadores tienen tan pocos días de trabajo, depende del barco y de su vida previa a la entrada en vigor de la normativa europea. El almeriense es el mejor ejemplo de que la pesca es un sector que, incomprensiblemente, están alejando de las generaciones más jóvenes. ¿La razón? Pregunten en Bruselas. Lo peor es que su respuesta no sólo no les va a convencer, sino que les va a dejar todavía más cariacontecidos.

Cristo, ante las redes de una embarcación en el Puerto de Almería.
Cristo, ante las redes de una embarcación en el Puerto de Almería. / Javier Alonso

“El año pasado tuve 96 días de trabajo. Para éste nos dijeron que íbamos a trabajar con normalidad y nos encontramos con que nos vuelven a engañar y nos recortan”, indica Cristo desanimado, desilusionado, sabedor de que tiene que hacer una inversión enorme si quiere ganarse la vida desde mañana: “Para tener los mismos días que en 2024, por un lado tenemos que cambiar las mallas, lo que nos va a suponer que perdamos el 40% de la actual pesquera. Por otro, hay que instalar puertas voladoras, aspecto en el que también nos han engañado. Nos dijeron que nos iban a subvencionar el cien por cien de la instalación y no sólo no es así, sino que tenemos que adelantar nosotros los 70.000 euros y luego, dependiendo de si el estudio que nos hacen es positivo o no, nos devuelven sólo el 75% de lo invertido”, dice apesadumbrado.

La parada biológico ha llevado al Dolores 2 al varadero estos días. “Son otros tres mil o cuatro mil euros más en arreglos”, los que necesita su embarcación, más dañada si cabe aún por salir a faenar menos de lo que debiera. “Compré el barco con mucha ilusión, pero toda esta situación me está sobrepasando. Tengo ganas de trabajar, mi mundo es la mar y no me veo alejado de ella, ¿pero qué puedo hacer si cada día me quitan más días de pesca y tengo que afrontar los pagos?”, como por ejemplo el de la hipoteca del barco, que aún mantiene activa.

Cuarta generación de una familia de pescadores

Cristo Hernández Gómez lleva toda su vida embarcado en la mar gracias al legado de su familia. El patrón de pesca es del almeriense barrio de Pescadería, concretamente nieto de Antonio ‘el Cano’: “Vengo de una familia de pescadores, creo que soy la cuarta generación, si no más. Todo lo que sé lo he aprendido con mi abuelo, él era pescador de cerco y artes menores. De hecho, yo también comencé con un barco de artes menores” hasta que en 2019 compró el ‘Dolores 2’, una embarcación pesquera de arrastre con la que empezaron muchos de sus problemas. Con sólo 32 años, el almeriense es un ejemplo de que realmente no se apuesta por el relevo generacional, no se le facilita el trabajo a quien quiere entrar en el sector.

Tal es la situación de sentirse acorralado por las autoridades que deberían de velar por el futuro de este patrón de pesca [y de todos, claro está], que Cristo no duda en embarcarse con otros amigos para llevar el sustento diario a su casa. “Tengo que hacerlo porque quiero trabajar y no tengo ayudas ni desempleo al ser autónomo. Me busco la vida, no queda otra. Mi mujer, además, también trabaja en el sector, ella es armadora. Pertenece a ANDMUPES, la Asociación Andaluza de Mujeres del Sector Pesquero, se mueven mucho y creo que hacen una gran labor por todos los pescadores”, cuenta.

La mirada de Cristo hacia Dolores 2, su barco, es de tristeza. Soñaba con ser feliz a bordo, mientras pescaba gamba blanca, pescadilla, brótola, rape o cigala, entre otras especies. Por culpa de unos comisarios que no atienden a criterios técnicos, el patrón almeriense está esperando turno en el desguace. “Tengo el barco en venta, pero sé que no lo voy a vender. No es rentable, son muy pocos días de pesca los que tiene asignados y así no puede vivir una persona”, reitera dolorido de que no pueda llevar una nómina a su casa como había soñado desde que comenzó a aprender los gajes del oficio en su barrio, Pescadería, de la mano de su abuelo: “Toda esta normativa no tiene ningún sentido. Yo no me puedo seguir entrampando otro año más, porque volverá a llegar diciembre y nos recortarán más días de pesca. ¿Qué sentido tiene todo lo que nos piden si el año que viene nos van a pedir más? Estamos vendidos... aunque seguiré en la mar”, dice orgulloso de su estirpe.

Un coche de juguete, entre otros muchos utensilios sacados del fondo marino por los pescadores almerienses.
Un coche de juguete, entre otros muchos utensilios sacados del fondo marino por los pescadores almerienses.

Segundo premio en recogida de basura

Cuanto más se empeña Bruselas en criticar al sector pesquero por temas de sostenibilidad, más ejemplo tiene éste de que nadie cuida los fondos marinos como los pescadores. Y en este caso, los almerienses.

Además de cursos, charlas y todo tipo de eventos, las propias embarcaciones elaboran un ranking de cuál es la que más basura marina es capaz de recoger a lo largo del año. Pese a que sólo le dejan faenar cinco meses al año, el Dolores 2 está en cabeza. “Estamos muy involucrados con este tema, somos los primeros que queremos que el mar esté limpio porque nuestro trabajo depende de él. El año pasado quedamos en segunda posición como el barco que más residuos recogió del mar. Todo lo que se queda enganchado en el arte, lo subimos y lo depositamos en el correspondiente contenedor”, dice Cristo que se ha encontrado de todo, desde botes hasta latas, pasando por lavadoras y por plásticos de consumo diario o de un coche de juguete infantil, como puede observarse en la foto de arriba: “Detrás de toda esta contaminación está la mano humano. Muchos mercantes aprovechan la inmensidad del océano para lanzar cosas que ya no le son útiles”, y que si no fuera por los pescadores, contaminarían aún más si caben las aguas del océano debido a la corrosión y la descomposición.

Muchos de estos plásticos que los pescadores rescatan del fondo del mar tienen una segunda vida. Son tratados y devueltos al consumo gracias a la economía circular. Precisamente para este trabajo, en la inaguruación de la jornada Restauración de arrecifes profundos y economía circular en el Mediterráneo la pasada semana, se anunció durante que en el Puerto tendrá en mayo un modelo avanzado para producir biodiésel a través de la descomposición del plástico que a diario se retiran del Mediterráneo.

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