“Nadie gana al campo de Almería en lo referente a sostenibilidad”
Entrevista
Juan B. Escobar, gerente y director técnico de Grupo SACh, no sólo es un profundo conocedor del sector, sino que tiene un don de palabra y un poder de convicción admirable

En una mesa redonda técnica, a Juan le tocó exponer la cara más ambiental de la agricultura almeriense. Como gerente y director técnico de Grupo SACh conoce a la perfección el modelo de innovación y sostenibilidad en la gestión de residuos de la industria agrícola del Poniente. Su enfoque no sólo se centra en el tratamiento eficaz de los subproductos del campo, sino también en la revalorización de los residuos, convirtiéndolos en recursos reutilizables.
Pregunta.–¿Cuál es el germen de la empresa?
Respuesta.–La Asociación de Transportistas de Residuos Vegetales tenía problemas porque no había planta donde llevarlas. Decidieron embarcarse en un proyecto para valorizar esos residuos y en ese momento llegué yo a la empresa. Lo que hacemos es transformar los restos orgánicos, los tejidos vegetales de las matas que se retiran de los invernaderos a final de campaña y los restos de destrío de los distintos centros manipulados del municipio del Ejido y los transformamos en compost que luego vendemos al agricultor para ponerlo en el suelo y producir. Básicamente es meter materia orgánica en el suelo de cultivo.
P.–En una de sus intervenciones ha defendido la denostada Agenda 2030.
R.– Políticamente se ha hecho mucho juego con ello, a fin de cuentas se trata de seguir unos estándares ambientales y de sostenibilidad bastante ambiciosos. Creo que la agricultura de Almería, en este campo, va mucho más avanzada que el resto de agriculturas del mundo. Nuestro mercado compite con la agricultura de terceros países, sobre todo de fuera de la Unión Europea, que son mucho menos sostenibles. Lo que tenemos que buscar es una reciprocidad en las normas de producción para así proteger nuestro mercado, porque en sostenibilidad, Almería da lecciones a cualquier agricultura del mundo. Si Europa quiere mantenerse competitiva, es vital que proteja a su sector primario.
Conocimiento del sector y arraigo, dos piezas claves
“El campo de Almería necesita dos cosas fundamentales. Primero la formación, yo soy licenciado en Ciencias Ambientales, soy ingeniero ambiental y mi especialidad es el tratamiento de agua, aunque hayan terminado en los residuos. Por otra, Dori (presidenta de Asaja) hablaba de la tercera generación de la agricultura de Almería y yo soy cuarta. Temas como el agrotech y usar el conocimiento que ya hemos conseguido los hijos, nietos y bisnietos de agricultores, nos permite devolverte a la agricultura nuevas soluciones y todo el conocimiento que hemos adquirido”.
P.–El campo almeriense produce millones de toneladas de productos, pero también de desechos.
R.–Ahora mismo hay cierto run run en el campo con el tema de la transición del uso de rafia de plástico a rafia biocompostable o biodegradable, algo que nos va a permitir dar un servicio mejor al agricultor y con un control normativo exhaustivo. En nuestro campo se trata la mayor parte de los residuos, tanto orgánicos como inorgánicos, de forma adecuada y lo que tenemos que hacer es dar información al consumidor. El plástico, por ejemplo, un ejemplo claro. Está muy denostado, hay una crítica muy importante hacia él, cuando el plástico de cubierta nos permite producir con menos consumo de agua, con menos consumo energético que Holanda por ejemplo, donde se produce con gas. Nosotros tenemos el sol de forma gratuita y el plástico, en este caso, contribuye a disminuir una huella de carbono que sería mayor si estuviéramos produciendo en extensivo, a cielo abierto. Además, ese plástico se recicla prácticamente al cien por cien, con lo cual más que un daño al medio ambiente, el uso del plástico nos supone un beneficio.
P.–El trabajo de plantas como la suya es fundamental, pero recibe la crítica de que es otro gasto importante para el agricultor.
R.–Tenemos que trabajar con canon porque la forma en la nos llega el residuo nos dificulta mucho la tarea, por eso bonificamos cuando el residuo vegetal nos viene sin rafias o con rafias que no son plásticas. Y, por otro lado, el compost que producimos tiene un bajo valor en el mercado, con lo cual no podemos compensar el proceso de tratamiento. En cualquier sector productivo pasa, si generas un residuo, tienes la obligación de gestionarlo adecuadamente porque a largo plazo va a ser perjudicial para todo el campo.
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