Las mujeres sufren con más intensidad la destrucción de empleo en el agro

Aún se encuentran un 14,2 % por debajo de las cifras de 2008

Las cifras arrojan que sufrieron más deterioro en este sector

En promedio, en 2018, las mujeres suponían el 23,5 % de la ocupación en la agricultura española.
En promedio, en 2018, las mujeres suponían el 23,5 % de la ocupación en la agricultura española.
Francisco Maturana

25 de marzo 2019 - 05:00

El pasado día 8 de marzo se celebraba el Día Internacional de la Mujer, donde las reivindicaciones de desigualdad han sido múltiples y más que justificadas en un momento, en pleno siglo 21, en el que las diferencias de sexo en nuestra sociedad siguen estando mucho más lejanas de lo deseable y queda mucho que hacer para conseguir la igualdad real. En este contexto, en el agro, como motor de la economía almeriense, las estadísticas también dan la espalda a la mujer. Y hablamos de un sector en el que las féminas tienen un papel fundamental y donde la desigualdad sigue siendo la característica predominante.

Tejido empresarial, y por supuesto, sociedad en general tienen que ir trabajando para poner las cosas en su sitio, pero no hay que dar la espalda a los datos y saber desde dónde se parte.

En este sentido, Cajamar apunta a que el empleo agrario recuperó en 2018 las cifras previas a la crisis, pero el proceso no ha sido homogéneo entre los dos sexos. En concreto, las mujeres sufrieron con mayor intensidad la destrucción de empleo y aún se encuentran un 14,2 % por debajo de las cifras de 2008. Además, si se compara la evolución de la ocupación femenina en el conjunto de la economía con la de la agricultura, se comprueba que en este sector sufrieron un mayor deterioro y, por ende, un proceso de recuperación más lento y aún incompleto, tal y como apuntan desde la entidad y según datos obtenidos de EPA e INE.

En promedio, el pasado año 2018, las mujeres suponían el 23,5 % de la ocupación en la agricultura española, pero hay actividades en las que eran mayoritarias: en las labores administrativas y comerciales representaban el 59,2 %.

Por otro lado, el 38,5 % de las mujeres tenía un contrato temporal, por el 37 % de los hombres. Pero si el cálculo lo realizamos sobre los asalariados, resulta que la temporalidad ascendía al 66,8 % entre ellas, por el 57,3 % de los varones.

En este sentido, la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (Amfar) nacía en 1991 con el objetivo de defender los derechos e intereses de la mujer rural española. Y así lo lleva haciendo desde hace ya casi 30 años. Además de luchar para que la Ley de titularidad compartida sea una realidad y sacar a la luz el verdadero peso y valor del trabajo de la mujer rural, y por tanto, también trabajadora de la agricultura, se ve en la mujer un pilar fundamental para evitar el despoblamiento en estas zonas. Y se apuesta por dar a la mujer el valor real que tiene como auténtica vertebradora del mundo rural.

Amfar presentaba hace unos días el proyecto Sorum, donde promueve una plataforma online en la que las mujeres de toda la comunidad andaluza podrán compartir sus proyectos empresariales y poner a la venta sus productos y servicios, y a las que se les ofrecerá también la formación necesaria para que lo puedan llevar a cabo de forma ágil.

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