El 'misterio' de la berenjena: "Nos van asfixiando, todo es más caro y no sabemos si vamos a subsistir"
Agricultura
Poca oferta, mucha demanda y precios bajos, el extraño 'cóctel' que lastra a los productores
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La Mojonera/Por las calles de la capital, donde comienza la expedición, las banderolas de Andalucía anuncian la proximidad del 28F. El punto de encuentro es el café ‘El Grajo’ sobre las diez de la mañana. El cielo amenaza lluvia, pero la realidad de Almería se acabará imponiendo. Para Ana Crespo, agricultora de La Mojonera, no son días plácidos. El motivo de la visita a su invernadero es la crisis de la berenjena, que ha obligado a HORTYFRUTA a paralizar la venta de producto de segunda categoría, en un intento desesperado por regular el mercado.
Esta crisis no es novedad. Las últimas dos campañas han sido complicadas y la luz al final del túnel está demasiado lejos como para poder verse. “Es cierto que esta campaña ha ido un poquito mejor que la anterior, pero la situación no es buena”, confiesa.
Ella entró en el ‘ojo del huracán’ justo cuando este empezaba a formarse. Después de toda una vida, “más de veinte años”, trabajando en el tercer sector, renunció y retomó la tradición familiar de vivir del campo. Pese a todo, no se arrepiente.
Un cambio de vida radical: del Tercer Sector al invernadero
La vida de Ana Crespo era todo lo cómoda que puede ser un puesto en el tercer sector. De repente, llegó la pandemia y las prioridades de todos cambiaron. Ella optó por renunciar a su puesto de trabajo y heredar la tradición familiar de labrar el campo. “Lo he vivido, siempre le he tenido mucho respeto, porque sé el trabajo que conlleva, sé el sacrificio que conlleva”, dice sobre el agro.
La relación que se da con el cultivo es especial. “Es como un hijo tuyo, para lo bueno y para lo malo”, explica. Su vida es intensa, eso no lo puede negar. La verdad que es muy sacrificada, pero luego también a la vez es muy satisfactoria”, añade. Esa sensación es la que domina entre el ‘mar de plástico’ del que forma parte, un terreno diseñado para alimentar a todo un continente. “Ves cómo va creciendo, ves que va dando su fruto”, rememora orgullosa. La ilusión, pese a los quebraderos de cabeza, permanece aún en su rutina bajo plástico, una nueva vida.
“Lo que llevamos de febrero está siendo nefasto”, dice. Es un traspiés tras un final de año que había supuesto una tregua en la batalla por rentabilizar la producción. “Aunque suba la demanda, estamos a expensas de las comercializadoras”, apostilla. Dice que “son los que dirigen todo esto” y que ellos solo pueden acatar el precio propuesto.
Aunque desde fuera del sector se pueda ver como una realidad imposible, en el campo tienen interiorizado que muchas veces trabajarán perdiendo dinero, vendiendo a un precio que no llegará a igualar lo que cuesta un kilo de alimento. Es la ‘venta a perdidas’, prohibida por la ley. “El año pasado no llegamos a alcanzar los costes de producción”, recuerda.
¿Qué pasa con la berenjena?: "Los supermercados y las cadenas de distribución son culpables"
Se podría llamar al equipo de ‘Cuarto Milenio’ antes que a un informador agrícola para explicar qué pasa con la comercialización de la berenjena. Estos meses ha habido escasez de este producto por ‘culpa’ de las bajas temperaturas. Pese a ello, la demanda no ha ido a menos. Esto debería provocar que el precio se disparara, pero no ha sido así. “Hace más frío, las temperaturas son más bajas, entonces a la planta también le cuesta un poquito más”, añade.
Las cuentas están claras. Ella calcula que, para ser rentable, debería estar vendiendo su producto a unos noventa céntimos, pero es raro que se lo compren a más de cuarenta. Es menos de la mitad. No da para vivir. En este punto de la mañana, vuelve a nombrar a su ‘enemigo’. “Las comercializadoras juegan con nosotros para tener ellos más margen de beneficio y los agricultores menos beneficio o no llegar a los costes”, apostilla.
Lo cierto es que esos precios más bajos para el productor no se traducen en un alimento barato para el consumidor que lo compra en la frutería o el supermercado. En enero, según los datos de la organización agrícola Coag, el coste de este producto creció, de media, un 49% del campo a la mesa, aunque los datos de la entidad implican que se venda a euro y medio el kilo, lo que en Almería no pasa.
El sector está preocupado por una racha, la de la berenjena, que, como la del calabacín, no termina de remontar. En la línea de lo que expone Ana se pronunciaba hace unos días el secretario provincial de Coag, Andrés Góngora, quien insistía en una correcta gestión del mercado con la idea de garantizar un “buen funcionamiento para evitar los abusos de las cadenas de distribución”. “Esto indica con claridad que detrás de esta caída de precios se encuentra, una vez más, los supermercados y las grandes cadenas de distribución, siendo los únicos responsables y principales culpables de esta situación”, apostilló Góngora.
La vida trabajando en el campo: "Son muchas horas, pero la mente la tienes más tranquila"
Rosa Navas se ha dedicado en buena parte de su vida al sector primario, aunque lo ha hecho desde otra posición. Algunos la verán más cómoda, otros más estresante. Era comercial de exportación de verduras. Esta labor la mantuvo hasta que en 2015 la empresa cerró y ella se quedó sin empleo. Se dio la oportunidad de labrar la tierra y no se lo pensó mucho. “Hay que trabajar, son muchas horas de trabajo, pero la mente la tienes más tranquila”, cuenta.
Al momento de este improvisado interrogatorio, Rosa está realizando la limpieza de las hojas. Su único lamento era que la visita no hubiera sido avisada con más tiempo para poder ir a la peluquería. No le hace falta. Hecho este sarcástico reproche al periodista, continúa el relato de su vida. “Hay siempre mucho trabajo que hacer”, dice, aunque diciembre y enero son siempre más tranquilos. “Desde esta fecha hasta el final de campaña, no paramos. Hay muchísimo trabajo entre la recolección, la limpieza y demás, los tratamientos”, cuenta.
Le gustaría que más jóvenes se pasaran al campo. “Es un trabajo desconocido, pero muy importante”, promete. “Muchos hijos no saben ni donde tienen sus padres la finca”, se entristece. Es un gran pesar.
"Estamos en una constante incertidumbre"
Uno de los ‘poderes’ que les gustaría tener a los agricultores sería poder ver el futuro. En el campo es complicado poder predecir qué va a pasar. En momentos de incertidumbre, imposible. Esto es lo que le pasa ahora a los productores de berenjena. “Estamos en una constante incertidumbre porque no sabes cómo va a vender tu producto, no sabes el año que viene cómo se va a presentar, los costes de producción cada vez son más elevados, el agua está cada vez más cara por el tema de la sequía, el tema de los productos abonados, lucha integrada, los bichos... Todo es más caro y no sabes si puedes subsistir una campaña más”, clama. “Nos van asfixiando, la situación nos va asfixiando, nos va exponiendo a una situación más precaria y no sabemos hasta cuándo”, apostilla.
Una pregunta que se hacen mucho los productores de berenjena es qué pasará cuando aumente la oferta, que deberá hacerlo. “Se supone que se tendría que regular un poquito la situación, pero no sabemos”, dice rodeada de plantas a las que le está limpiando la hoja. Están en el ecuador del curso. Plantaron el 30 de agosto y la vida útil del cultivo debería llegar hasta inicios de verano.
A esto se suma que algunas berenjenas ya están para coger, una labor que están haciendo cada cinco o seis días. “Tienes que cogerlas cuando están, no puedes dejarlas en la mata”, explica. Estos seres vivos no entienden de precios.
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