Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Política decente
Entrevista al alcalde de Carboneras, José Luis Amérigo
–Sin quererlo, pero Carboneras está marcando buena parte de la actualidad en este momento…
-(Risas). La situación que tenemos ahora con el cierre de Endesa y la llegada del mineral de Alquife es compleja, pero son muchos los retos que se presentan, con una parte dramática sí, pero otra importante y muy bonita.
–¿Ve posibilidades de desarrollo pese a las circunstancias?
-Sí, por supuesto. Lo que al principio era: “¡Qué situación tan complicada!”, se ha ido transformando con el paso de las semanas en todo lo contrario. Hoy mismo he tenido una reunión con los representantes sindicales de los trabajadores de las subcontratas de la central, los más afectados por el cierre, y ellos lógicamente están apesadumbrados. Y los entiendo perfectamente, es duro, pero les he garantizado que estamos poniendo toda la carne en el asador para dibujar un futuro de prosperidad en Carboneras y con trabajo sostenible para sus vecinos. Insisto mucho en este aspecto, porque es que es muy importante especialmente aquí desde el punto de vista medioambiental. Los proyectos ahora planteados ante el cierre de la térmica van en esta línea y veremos en qué se termina traduciendo todo, pero la mayor parte de ellos son muy interesantes y plantean un gran futuro. Los empresarios que aspiran a ellos no piden tampoco en la mayoría de los casos que se los financien al 100%, pero sí una parte porque si no, no podrían acometerlos.
–Se refiere a los proyectos para la Transición Justa ante el cierre de la térmica...
-Eso es. Entre lo que nos den para estos proyectos, y con las facilidades que nos puedan poner los bancos en financiación podríamos funcionar con ello. Los proyectos presentados son 49 en virtud de los convenios para la Estrategia de Transición Justa del Instituto para la Transición (ITJ) por un lado, y 20 para las ayudas propuestas a entidades locales afectadas por el cierre, por otro. Todos los proyectos están muy diversificados y basados en industrias limpias, economía circular, atención social a personas mayores, turismo y ocio…
–¿De qué se puede beneficiar ahora Carboneras con el cierre?
-Por un lado, están los convenios de Transición Justa. Europa funciona de una manera muy determinada. Te dicen, te puedo dar este dinero pero tú tienes que presentar el proyecto de manera integral antes. Carboneras no es lo mismo que los casos de Andorra o Teruel, por ejemplo. Por orografía, clima, población… las particularidades son muchas. Para la presentación de estos proyectos en los territorios afectados por los cierres de centrales, cada municipio decide hacia donde caminar y en nuestro caso se ha optado por diversificar sin cerrarse por completo a una industria pero que sea limpia, ya que hay posibilidades tecnológicas para ello. Otro de los aspectos que se ha planteado en algún proyecto es fomentar el turismo de calidad en el que tenemos mucho recorrido. También, otro muy bonito es de asistencia a personas mayores, ya que aquí no tenemos residencia y es muy necesario. Así, desde Carboneras se han presentado 49 proyectos para ello y es donde le estamos diciendo a Europa por donde van los tiros en el municipio. En paralelo a esos proyectos hemos enviado un documento al Instituto de Transición Justa sobre algunas de los proyectos donde los empresarios impulsores se han puesto en contacto con nosotros. Y, la verdad, son muy buenos. Son personas conocidas y de sobrada experiencia y solvencia.En definitiva, se busca que se financien proyectos que generarán empleos de calidad, saludables y sostenibles con un medio ambiente que aquí está marcado por el Parque Natural.
–¿Pese a lo doloroso que es el cierre, a la larga, es un beneficio para el municipio?
-Como dice mi abuelo, el cambio que sea para mejor. Creo que sí, siempre y cuando se preserve el empleo y el respeto a nuestra salud, porque sabemos cómo funciona una industria del calado de una central térmica. Yo siempre lo he dicho, y además se lo dije a la ministra, en mi casa hemos podido estudiar los siete hermanos que somos gracias a que mi padre trabajaba en Holcim, que es otra industria también contaminante. Y todavía hay gente que depende de esa industria. Esto no lo voy a descubrir yo, pero Carboneras es probablemente el pueblo más industrializado de la provincia de Almería con desaladora, planta de biodiesel, la térmica y la cementera. Y ahí queda patente su importancia. Sin embargo hay otro tipo de industrias que también generan el mismo tipo de empleo en cuanto a calidad, con sus matices, y que van en la línea de las nuevas tecnologías y la innovación, donde Carboneras tiene muchas posibilidades.
–Entonces sí.
-Aunque no hubiéramos querido que acabara este tipo de industria como es la de la térmica, habríamos estado obligados a hacerlo. La financiación ahora va en un solo sentido y es opuesto a este tipo de actividades. Tenemos que hacer de tripas corazón y ser conscientes de que o renovamos o morimos. Yo en su momento le dije a la ministra que no autorizara a Endesa el cierre, porque lo sentía y lo sigo sintiendo, pero esto es un camino que había que terminar haciendo.
–Otro factor es lo que se resienten las arcas municipales…
-Nada menos que tres millones de euros menos, sí. Tres millones sobre doce, un cuarto de presupuesto. Ahora estamos promoviendo poner en marcha algo que no se había hecho nunca antes. Allá por 2003 se aprobó una ordenanza para que las compañías encargadas del suministro eléctrico y de agua pagaran una tasa por la ocupación que suponen los tubos, tuberías y tendidos que requieren, ya que se trata de terrenos municipales en los que no se puede hacer nada debido a ello. Eso es algo que empezaron a aprobarlo algunos ayuntamientos, lo que pasa que las empresas lo recurrieron convirtiéndose en un galimatías judicial. A partir de 2015 comenzaron ya las sentencias favorables a los ayuntamientos por parte del Supremo y por tanto ya hay derecho para el cobro de dicha tasa. Se puede, como a todo ciudadano, exigirles el pago de manera retroactiva de los últimos cuatro años y hemos calculado que serían más de 1,5 millones por año a cobrar entre Red Eléctrica y Acuamed en este concepto.
–¿Es necesario aprobarlo en pleno?
-No hace falta, porque como Diputación nos lleva los recibos, la institución provincial de oficio puede pasarle estas tasas a las empresas. Y compensa algo, no todo del cese de la Térmica, pero sería un colchón importante. Esperemos que no se ponga ningún tipo de traba.
–¿Cuánto se va a alargar este proceso de transición?
-Es que son muchas variables. En lo que se refiere a sensibilidad por avanzar puedo destacar la parte del Instituto de Transición Justa y el Ministerio, de la Junta de Andalucía no puedo decir lo mismo. Su presidente se comprometió conmigo a recibirme y ya han pasado diez meses y no se nada de él. Con el consejero de Industria, Juan Bravo, hablé telefónicamente y sé que ha estado recientemente en Almería con Diputación y no se ha puesto en contacto conmigo. Pero creo que harán un alarde de sensibilidad por el pueblo de Carboneras y colaborarán. Desde donde sí que están colaborando es desde la Diputación Provincial de Almería. Estamos a expensas de la firma de un convenio a tres bandas tras el análisis de los proyectos en profundidad con: Ayuntamiento, Ministerio y Junta.
–¿Entonces cuál es el próximo paso?
-Es que qyue otra de las patas de este banco es Endesa, donde ni los terrenos de la central ni el puerto son suyos. Son del Ayuntamiento y es una concesión.
–Pero los ha puesto ya en el mercado…
-Sí, y eso que ha hecho realmente no puede hacerlo así porque debe contar con el Ayuntamiento. Los terrenos son de Carboneras, y quien legisla sobre ellos es el Consistorio. Si quieren hacer otra actividad lógicamente tienen que contar con nosotros. Y es algo que le dije el otro día al presidente de Endesa Andalucía. Ellos están ahora en un proceso muy complejo y me atrevería a decir que ya no es ni en Madrid donde mandan, sino en Roma (Enel). Las empresas lógicamente no te desvelan todo, porque tienen sus intereses, pero yo les estoy pidiendo total transparencia en todo momento.
–¿Y entonces?
-Vamos a estar vigilantes.
–Los terrenos en sí por un lado. ¿Y cuáles son los otros frentes?
-Por otro lado está el Puerto, que también tiene una concesión municipal que está hecha en base a un objeto, y si este desaparece ya también es cosa nuestra.
–¿Hablamos de la parte del puerto que da salida a la central?
-Sí, y eso iría también en paralelo, porque además contamos con 300 hectáreas que pueden ser empleadas en muchos proyectos.
–Por una parte la gestión de los terrenos ahora gestionados por Endesa, por otra los proyectos para el término municipal dentro de la Transición Justa. ¿Cuáles son los tiempos aquí?
-Eso es. Ahora, según nos traslada el Ministerio a través del Instituto para la Transición Justa, hay un proceso de valoración de los proyectos para ver que cumplan con los parámetros. Y ellos van a decir de qué manera se van a financiar. Bien sea por líneas o fondos que actualmente existen o bien por otros que en el futuro se van a crear.
–¿Son la mayoría de proyectos de empresarios Carboneros o inversión de fuera?
-No los conozco todos porque algunos han ido en paralelo. De los que conozco, más de la mitad, sí que son 100% Carboneros.
–Aunque tampoco vendría mal que viniera inversión de fuera…
-Por supuesto que no. De hecho, algunos de ellos son personas que no son de aquí pero sí afincadas. Pero lo que sí puedo decir que todos ellos son experimentados y de un gran bagaje profesional. Aquí no han venido ‘cazasubvenciones’.
–La del instituto de Transición Justa es la que va más a largo plazo…
-Sí, medio-largo plazo. Ten en cuenta que hace poco salió la ayuda del Ministerio de 7 millones de euros para 15 municipios afectados por el proceso de descarbonización, que van por concurrencia competitiva y que ahora han salido las bases para solicitarla y donde el municipio cuenta con una veintena de proyectos. En este caso los proyectos no pueden beneficiarse de más de un millón y si lo hicieran varios no más de tres millones para el mismo territorio.
–¿Está la planta cerrada por completo?
-No, están gestionando las reservas que aún tienen y con labores de mantenimiento.
–¿Y el desmantelamiento?
-En principio comenzará el año que viene. Primero tiene que autorizar el Consejo de Ministros el cierre propiamente dicho y una vez autorizado comenzarán, porque es con eso cuando pueden licitar esta acción.
–¿Para esos trabajos Endesa se ha comprometido a dar empleo?
-Sí. Nos han trasladado los sindicatos su preocupación porque en Andorra no se ha hecho así. Allí van cerca de un año por delante de nosotros, y Endesa tiene el compromiso, del que estaremos vigilantes, de hacer formación a los trabajadores de las subcontratas enfocándolos a las renovables y al tema del desmantelamiento para llevarlo a cabo ellos. Y luego a las empresas que se lo liciten le va a poner como parámetro evaluador la contratación de personal de la subcontrata.
–¿Dicho desmantelamiento implica alguna demolición?
-Ellos están obligados a descontaminar y limpiar. Luego depende de los proyectos del Plan Futur-E de Endesa también. Yo creo que irá conviviendo demolición con instalación de proyectos. Nuestra intención es que Carboneras sea una instalación de referencia de puertos limpios en actividad, y por qué no vinculándolos también al puerto seco de Níjar que está en proyecto.
–Por tanto, no se descarta un importante cambio en la fisionomía de ese terreno.
-Cambiar va a cambiar, la característica chimenea, que ha formado parte de la industrialización de Carboneras durante 40 años irá fuera seguro. Es casi un símbolo que en unos meses dejará de serlo.
–Ha comentado que el municipio necesita un turismo de calidad, pero las infraestructuras para ello por el momento parecen escasas. ¿Cuál es la intención en este sentido?
-Nuestra intención, y lo he dicho muchas veces en privado y públicamente, es que somos conscientes de que el turismo no lo es todo para la economía española y para la carbonera tampoco lo es. Nos gustaría llegar a un concepto turístico que aportara valor aprovechando esta situación. Tenemos una situación y condiciones envidiables, pero hay que tener también en cuenta nuestras limitaciones para que sea sostenible. Lo ideal es que perfiles de personas con una economía pudiente vieran en Carboneras un espacio donde poder instalarse o hacer inversión sin convertirlo en un espacio que no respete el entorno. Siempre de una manera coherente y sensata.
–Descartado entonces un concepto de complejo hotelero.
-Por supuesto que sí. No es la idea bajo ningún concepto. Aún así no hay que descartar proyectos que vayan con el desarrollo sostenible y coherente, porque es que además así es como se ha crecido pese a ser una localización costera. Queremos algo progresivo, coherente.
–¿Es la llegada del mineral un atentado medioambiental?
-Yo considero que sí, aunque es una expresión un poco fuerte. Pero sí podríamos decir que supone un daño considerable. Tanto el pueblo como el Ayuntamiento está en contra frontalmente de este hecho. Ahora nos encontramos con que Moreno Bonilla ha dado la autorización de algo que no se quiso para Almería pero para Carboneras sí.
–Y ha criticado el momento de aprobarlo…
-Sí, eso de coincidir con lo del hotel del Algarrobico... De hecho, al día siguiente Carmen Crespo corrigió al propio presidente sobre la demolición del hotel, ya que primero hay que ir por la vía civil. Lo que pasa es que creo que al presidente le dijeron: “Oye, hemos aprobado esto ya y se va a levantar el pueblo…” Imagino que por ese motivo lo anunciaron. Ha sido una cortina de humo para ocultar el hierro de Alquife, que creo que ni interesa a la provincia bajo ningún concepto. Nos va a costar nuestra salud y va incluso contra los intereses económicos de futuro en Carboneras.
–¿No reportaría empleo en el municipio?
-Mira, sinceramente tengo serias dudas. Si lo hace es muy residual y el beneficio en este sentido sería insignificante con respecto a las consecuencias.
–Se supone que es una prueba. ¿Pero viene para quedarse?
-Esa es la cuestión, que es una prueba hoy y mañana continuamos por los 200 millones de toneladas que hay para una década por delante. Si no se para ahora, difícilmente… Vamos a poner toda la carne en el asador.
–¿Qué va a hacer el Ayuntamiento para pararlo?
-Pues a la justicia ya hemos ido, pero no descartamos otras vías que pasen por la movilización social y vecinal.
–¿Cuál es su postura sobre el hotel en el Algarrobico?
-Todo el mundo sabe qué pienso. Y ahora lo que más me preocupa es el futuro porque la vida real da muchas lecciones. Me preocupa el hoy y el mañana. Las sentencias las conocemos todas, aún quedan algunos flecos por resolver y la justicia se encargará. El futuro de mi pueblo pasa por todo lo que hemos hablado. Quiero que Carboneras sea un espacio donde se pueda vivir bien y que nadie se tenga que ir por falta de trabajo de aquí a no ser que sea de manera voluntaria.
Sobre la polémica que viven los pescadores con los barcos recreativos en el puerto carbonero, el alcalde explica que estos vienen demandando que se acondicione de verdad para un sector que está creciendo. Ahora hay un proyecto de reordenación ya adjudicado que no contenta a unos trabajadores que vienen cediendo espacio en los últimos años y a los que el alcalde se une en sus peticiones. “En la última reunión con la Autoridad Portuaria propuse que ahora, con la transición justa, hay una oportunidad para que la Junta presente un proyecto para una nueva instalación portuaria deportiva que acabaría de raíz con el problema”.
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