Material de limpieza de los regantes de Níjar para Picaña: “Dios, justo lo que necesitamos”
DANA
Dos técnicos de la CUCN y un camión cargado de material de retirada de lodo y escombros, que la UME usa nada más llegar
La futura balsa de los regantes de Níjar: "Es un proyecto faraónico"
Eran las cuatro de la mañana cuando Miguel Ángel Díaz y Juan José Ruiz se subían en la furgoneta, llena hasta los topes, y ponían rumbo a Valencia desde la sede de la Comunidad de Usuarios de Agua de la Comarca de Níjar (CUCN). Un trayecto que en condiciones normales se hace en torno a las cinco horas, que ayer se hizo algo más largo por el peso del vehículo y por mal estado de las carreteras cuando los dos encargados de mantenimiento se acercaban al kilómetro 0 de la tragedia, la provincia de Valencia.
Motobombas, bombas sumergibles, hidrolimpiadoras, grupos electrógenos y todo tipo de materiales y herramientas de limpieza como botas, palas, lejías... Un cargamento que fue recibido con la jubilosa expresión “Dios, justo lo que necesitamos” por miembros de la UME y por vecinos en Picaña, uno de los pueblos más castigados. “Cuando lo han visto, su reacción ha sido de alegría total, les ha cambiado la cara. Ya tienen suficientes víveres y agua, ahora lo que les hace falta allí es maquinaria pesada y todo tipo de material manual para continuar con las labores de limpieza y desescombrado”, explica al alimón Miguel Ángel y Juan José en el viaje de vuelta, con tramos de conversación todavía inaudible por la dificultad de las comunicaciones en la zona.
Los dos operarios de la CUCN no sólo transportaron toda la donación realizada por los regantes, sino que no se marcharon de la zona hasta que no dejaron todo montado. “Cuando llegamos nos dirigimos al Ayuntamiento, donde Rosa nos dijo que nos acercáramos a una nave que estaba almacenando todo el material. Allí descargamos y dejamos todo listo para usarse, con señalizaciones para que se los pasaran los vecinos, además de explicarles cómo se usa todo. Había mucho material que ha ido llegando estos días y hemos tenido que hacerles una pequeña puesta a punto para que hoy mismo [por ayer] pudiera estar ya en funcionamiento”, y limpiando el caos con el que allí se encontraron los dos operarios almerienses: “Uno no se puede imaginar lo que es aquello, en la tele no se aprecia la magnitud de la tragedia. Hay agua estancada, lodo y escombro por todos lados, además de oler falta”, como consecuencia de la podredumbre.
El director de obra de nuestra balsa 8 es de Valencia y le pregunté cómo podíamos ayudar”
Con el debe cumplido, Miguel Ángel y Juan José pusieron rumbo de vuelta a Almería, con la felicidad de haber ayudado a un pueblo que lo necesita. Es un ejemplo de que el campo de Almería, además de ser una enorme industria, tiene alma. En este caso, el alma de unos regantes nijareños que han puesto su granito de arena para que Valencia recupere el pulso.
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