El lenguaje discriminatorio es una barrera aún sin erradicar

La integración de las personas con discapacidad deja todavía mucho que desear. La vejez reduce las capacidades de los ciudadanos, es ahí cuando la sociedad percibe las dificultades del colectivo

El fin es conseguir que todo sea accesible a todos por igual.
El fin es conseguir que todo sea accesible a todos por igual.

Las personas con discapacidad son titulares de los mismos derechos fundamentales que el resto de los ciudadanos. El primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos declara: "Todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos." Así se cita en el preámbulo de la Declaración de Madrid firmada en 2003, Año Europeo de las Personas con Discapacidad.

El periodista José Luis Fernández Iglesias publicó en 2006 la Guía de Estilo sobre Discapacidad para los medios de comunicación. En su manual explica cómo históricamente y en la propia legislación se han utilizado palabras como inválido, anormal o deficiente para referirse a personas con discapacidad, muchas de estas palabras están entrando en desuso, pero es necesario cuidar el lenguaje para no entrar en la discriminación. Incluso la palabra minusválido debe eliminarse del vocabulario, pues una persona con capacidades diferentes no tiene menos valía que otra persona, se trata de un concepto subjetivo.

Fernández apunta a que el término discapacidad es menos ambiguo y con menos connotaciones sociales negativas que el de minusvalía. "Cualquier persona está capacitada para el desempeño de ciertas funciones y, sin embargo, puede no estarlo para el desempeño de otras".

Los colectivos de discapacitados cada vez hacen más por la integración de los mismos. El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), ya ha comunicado a la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, la necesidad de reforma de la Ley de Propiedad Horizontal o la presencia de la discapacidad en el nuevo Plan Estatal de la Vivienda. Asimismo, trasladó la importancia de establecer desarrollos normativos para las condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados y edificaciones.

La discriminación contra las personas con discapacidad puede producirse en ocasiones a causa de los prejuicios de la sociedad hacia ellos, pero más a menudo está causada por el hecho que las personas con discapacidad han sido largamente olvidadas, y esto se manifiesta en la creación y refuerzo de barreras ambientales y de actitud social que impiden a las personas con discapacidad tomar parte activa en la sociedad.

Todos los ciudadanos serán discapacitados. En el momento en que sean ancianos sus capacidades se verán reducidas, será entonces cuando perciban la necesidad de reclamar lo que durante tiempo han ignorado, así el simple pitido de un semáforo cuando esté en verde, una rampa para cruzar de vía o que Internet disponga de páginas accesibles.

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