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Los huertos colonizan las ciudades: "Los niños quieren venir aquí, no al parque"

Agricultura Urbana

Escuelas, centros culturales y asociaciones vecinales de Huércal de Almería se han apuntado, con el apoyo del Ayuntamiento, a crear sus pequeños cultivos, que sirven de relajación de los quehaceres diarios

Esta iniciativa les permite conocer mejor cómo funciona la tierra y comer los alimentos del campo a la mesa

Loli, la hortelana del CEIP Buenavista: “Para los niños ha sido una terapia, han conectado conmigo, me ven como familia”

Equipo de hortelanas y profesoras del CEIP Buenavista con las concejalas. / D.A.

Huércal de Almería/Cantaban las cigarras de buena mañana, señal de que sería un día, otro más, de intenso calor. Los vecinos bajaban a tomar el primer café de la jornada. A pocos metros de allí, una puerta se abría, la del CEIP Buenavista, con una vista privilegiada de Huércal de Almería, localidad que le acoge. El motivo de esta visita intempestiva, pues el centro escolar está cerrado por vacaciones, era admirar su huerto, uno de los cuatro que el Ayuntamiento de Huércal de Almería ha instalado en los colegios del municipio. “A los niños les gusta venir aquí”, confiesa la directora de este centro educativo, María Inmaculada Tillo. La agricultura amansa a las fieras. “Hay niños que son muy inquietos y aquí son los que mejor se portan, cuando tocan la tierra con las manos, desconectan”, defiende.

El problema es, ahora, separarles de su huerto. Hasta un espantapajaros han construido con los zumos que sobraban del desayuno. Los miércoles era un día especial, pues era el momento de bajar a este rincón, abandonado y al que se le ha dado una nueva vida. “Aquí no había nada, era todo tierra, hemos aprovechado este espacio”, asegura. Todo, desde el sistema de riego por goteo hasta las vallas, ha sido aportado por el Consistorio.

“Es un escape”, cuenta Paco, un jubilado al que tener un huerto urbano le ha ayudado a superar una mala racha

La teniente de alcalde, Almudena Serrano, destaca la importancia de actividades como estas. “Es una actividad totalmente práctica, los niños tienen que conocer el tratamiento de las plantas”, reivindica. Es una enseñanza integral. “Los niños se venían aquí a dar clases de matemáticas, aprendían a dividir con las hortalizas”, explica María del Mar Fernández, edil del Ayuntamiento. Quien sabe si algún día se descubre una vocación. La idea empezó con las ganas de los centros de querer trabajar la tierra y fue necesaria la participación de las autoridades para encontrar los espacios y habilitarlos.

“Durante los trimestres hemos dividido las semanas por cursos para trabajarlo y el resto de días se podía venir a dar clase aquí”, asegura la coordinadora de esta actividad, María del Carmen Ballester, que cuenta que lo peor ha sido capear “el ansia de los niños” por querer bajar.

Almudena Serrano y María del Mar Fernández, concejalas del Ayuntamiento, en una de las parcelas. / D.A.

Más pequeños son los niños que Carmen López cuida en su guardería, muy cerca del Centro Cultural Cortijo Moreno, espacio propiedad del Ayuntamiento donde se ubica la emisora de radio Candil Radio y el Centro de Interpretación Etnográfica. En el patio se ha aprovechado para instalar un huerto urbano que da cobijo a un buen grupo, congregados todos para la entrevista, de vecinos de la zona. “Todos son beneficios, hoy los niños salen a un parque y no hay ni un arbusto”, confiesa. Los más pequeños se acercan a la naturaleza. Cuenta con felicidad los gritos de alegría que hay en la escuela infantil cada vez que escuchan que van a este lugar. “Nos damos una paliza para venir, me los traigo en un carro a los catorce niños que no andan aún pero gratifica, aquí jugamos con barro y son muy felices”, explica. Llevan viniendo más de un lustro y no quieren perder la costumbre. Acaban de recoger más de quince kilos de tomate y no es el único cultivo que tienen. “Tenemos alubias, legumbres, lechuga y la lavanda, que no sirve para nada pero huele muy bien”.

Al lado de Carmen se encuentra Paco, un jubilado que lleva viniendo desde 2016. Encajó mal la jubilación anticipada que le dio su empresa y encontró en las plantas la manera de recuperarse del bache. Ahora acude cada día, “es importantísimo para mí”, confiesa. Cuida y mima a los alimentos como si fueran parte de su cuerpo. “Tengo casi de todo, tomates, pimientos, berzas, brócolis”, enumera. En cincuenta metros, lo que mide la superficie de su parcela, ha encontrado la felicidad. “A toda esta gente no la conocía yo y ahora pues he ido haciendo amistades, todos nos apoyamos”, detalla. Hasta una barbacoa han hecho para disfrutar de la amistad. “Es un escape”, sintetiza.

“Teníamos esa inquietud, a muchos nos gusta el campo. Fue justo en la pandemia. El sorteo de parcelas lo hicimos con mascarillas”, Antonio Francisco Martínez.

A unos minutos del Cortijo Moreno, no demasiados, se encuentra el barrio de El Potro. No hay trenes por las vías que se deben cruzar para llegar de un punto a otro de la geografía huercalense, en una mañana en la que el sol invita a resguardarse en casa de las altas temperaturas. A las puertas, entonces, de la primera ola de calor del verano, el sol achicharra en el huerto que ha instalado la Asociación de Vecinos. Refugiado del bochorno a la sombra de un pequeño árbol espera Antonio Francisco Martínez Aguilera, el presidente de esta comunidad vecinal. Es técnico agrícola, pero no le importa llevarse el trabajo a casa.

“Teníamos esa inquietud, a muchos nos gusta el campo y el Ayuntamiento tenía este solar abandonado”, rememora. Fue justo en la pandemia. “El sorteo de las parcelas lo hicimos con las mascarillas”, recuerda. Dieciséis vecinos forman parte del equipo que disfruta de esta instalación. Hay mucha fruta tropical y acaban de recoger la maracuyá. 

Visita a una de las parcelas. / D.A.

Todo es ecológico, una manera más saludable de meterse en la boca los alimentos y que, como complemento, es más cuidadosa con el Planeta Tierra.  Es un oxígeno. “Los niños quieren venir antes al huerto que al parque, se lo pasan mejor”, dice con sorna. La receta del éxito es la gestión comunitaria pero seria y responsable

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