Los hoteles andaluces en estado crítico: 177 millones para sobrevivir
Un establecimiento cerrado en la costa supone hasta 80.000 euros al mes en gastos
El sector hotelero dice sentirse huérfano de la Consejería de Turismo y le insta a gestionar e inyectar liquidez
Almería/Los hoteles andaluces, al borde del abismo como no se articulen medidas eficaces ya. Como consecuencia de la caída de los ingresos, estipulada de media en un 83% respecto a 2019 desde la declaración del primer estado de alarma, y la bajada no proporcional de los gastos, todos los establecimientos hoteleros, en especial los grandes, han registrado pérdidas mensuales desde marzo y sin que alguna administración haya reparado en ello. El tiempo se echa encima y como señala Miguel Sánchez, presidente de MS Hoteles y del Consejo de Turismo de la CEA: “Como no se adopten medidas, no aguantamos. No tenemos liquidez para llegar a la orilla vivos”.
El turismo es una de las industrias más relevantes en la comunidad autónoma y representó el 13% de su PIB (producto interior bruto) en 2019. Un informe elaborado por la consultora KPMG sobre el impacto de la COVID-19 en el sector hotelero de Andalucía y propuestas de medidas para su supervivencia, apunta que el sector acumulará como mínimo entre 12 y 16 meses de crisis prolongada antes de hablar de inicio de recuperación, que los resultados negativos y el crecimiento de la deuda suponen un serio problema de solvencia y que, a día de hoy, la ratio de endeudamiento ha crecido hasta 15 veces el Ebitda del pasado ejercicio. Esta situación en los hoteles conlleva su impacto en el empleo y es que, de acuerdo al estudio, que está ya en manos del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, y del consejero de Presidencia, Elías Bendodo, solo los 1.019 establecimientos de 3, 4 y 5 estrellas generan alrededor de 103.340 puestos de trabajo directos y un total de 392.692 sumando los indirectos.
Hasta el momento las únicas medidas adoptadas que afectan al sector hotelero, como a otros colectivos, son la línea de avales del Estado (ICO) puesta a disposición de las empresas para hacer frente al impacto económico y social de la COVID-19 y la posibilidad de expedientes de regulación de empleo (ERTE) por este motivo. “La Junta puede acudir al ‘rescate’ de los hoteles andaluces con solo comunicarlo a Bruselas, pero esto tiene que ser antes de final de año”, señala José María Rossell, presidente del Grupo Hoteles Playa, que, actualmente, de la quincena de hoteles que posee en la comunidad mantiene abiertos solo dos, una tónica que se repite en otras grandes cadenas hoteleras, ya que apenas el 10% de la planta hotelera está abierta y se refiere a establecimientos que pierden menos dinero abiertos que estando cerrados a pesar de tener poca ocupación.
Un hotel vacacional cerrado de 4 o 5 estrellas
, dependiendo de la ubicación y de las instalaciones, supone unos 80.000 euros mensuales de gastos, según responsables de establecimientos hoteleros de Andalucía, y hay que tener en cuenta que algunos llevan ya un año en esta situación ya que encadenaron el cierre de temporada baja con el inicio del estado de alarma por la pandemia. “Falta conocimiento empresarial de nuestra industria turística, en la que el sector hotelero es el más importante. No hay reconocimiento por parte de las administraciones y esto trae consigo que no se sepa lo que suponen los hoteles cerrados y a la derivada que es el mantenimiento del empleo”, indica José Carlos Escribano, director general de ML Hoteles, que por primera vez cierra sus alojamientos, y vicepresidente de la CEHAT (Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos). Escribano mantiene que no se entiende salir de este periodo tan crítico sin contar con el sector hotelero, “sin hoteles no hay turismo y nos tienen que focalizar las ayudas”, dice el responsable de MS Hoteles, quien al igual que sus compañeros aplaude las ayudas otorgadas a otros sectores, si bien pregunta a la Junta de Andalucía, para cuándo las ayudas reales y eficaces al sector hotelero andaluz. Para Escribano, ya ha pasado el momento de las ‘grandes’ ideas y en el punto en que se encuentran, las ayudas deben ser directas, “estamos a mitad de noviembre y esto empezó en marzo, no entendemos cómo no se ha hecho un paquete de medidas concretas para el sector”. El informe de KPMG es contundente, según el mismo, se requieren 177 millones de euros a fondo perdido para garantizar la supervivencia de los hoteles de entre 3 y 5 estrellas en Andalucía asegurando así la capacidad y calidad del destino. Para una segunda fase de recuperación, el documento expone la necesidad de diseñar una batería de proyectos susceptibles de encajar en el programa Next Generation de la Unión Europea, que prevé destinar 140.000 millones de euros a España, de los cuales un mínimo de 25.700 millones deberían ir destinados al sector turístico, de acuerdo a otro estudio de la consultora elaborado para el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
Para las compañías hoteleras una de las principales preocupaciones es el mantenimiento del empleo; actualmente casi la totalidad de la plantilla está en ERTE, “entre el ERTE y el ERE hay solo una simple letra que de caerse trae consigo una tragedia social”. En este momento crítico por falta de liquidez, inyectar dinero al sector se hace urgente y se antepone a la promoción del destino; recordando a un profesor suyo, Escribano, quien como otros empresarios hoteleros dice sentirse huérfano de la Consejería de Turismo, expone: “Las empresas no cierran por pérdidas acumuladas sino por falta de liquidez”. José Luque, director general y consejero de Fuerte Hoteles, se pronuncia en esta línea: “Falta proactividad de la competencia turística por parte del Gobierno andaluz. Nosotros pedimos, pero los que tienen que presionar y articular medidas son ellos”.
La cadena Fuerte Hoteles posee siete establecimientos en Andalucía, alguno de ellos como su emblemático Fuerte en la ciudad marbellí jamás cerró desde su apertura en julio de 1957. Actualmente solo mantiene abierto un complejo de apartamentos en Nerja-Torrox. “Para nosotros, un hotel cerrado de 260 habitaciones en Marbella supone unos 80.000 euros al mes de gastos derivados de impuestos, mantenimiento de jardinería, piscina, del pago de la parte no exonerada de la Seguridad Social de los empleados, y un largo ecétera. “Parece que un hotel cerrado no tiene gastos, pero es un universo de instalaciones, más un hotel vacacional y cerca del mar que deteriora los activos. Tenemos que hacer mucha inversión para mantenerlos”. A estos gastos hay que sumar las inversiones que estos establecimientos han tenido que acometer a causa de la crisis sanitaria, “en el corto periodo de apertura -desde principios de julio a mediados de octubre-, los costos operacionales derivados de la pandemia han supuesto un 10% más, así por la compra de mamparas, guantes, mascarillas, desinfectantes... No solo hemos tenido menos clientes y menos días de apertura, si no que en los días de apertura se han incrementado los gastos sustancialmente. Somos conscientes de que ese incremento se va a mantener cuando abramos el próximo año”.
La dependencia del turismo internacional es una característica de los hoteles de la costa andaluza, así el 80% de los usuarios de hoteles en la Costa del Sol procede de fuera de España. Esto les hace diferentes a las circunstancias de otros negocios en estos momentos de restricciones de movilidad para contener la expansión del coronavirus. En este sentido, José Luque explica que un restaurante o bar, por ejemplo, a pesar de las limitaciones en Andalucía, tiene la oportunidad de trabajar con el mercado local desde que se acabó el confinamiento, “nosotros pudimos abrir tres meses, pero desde octubre no podemos porque no tenemos clientes, son internacionales”. Luque insiste en que en los meses en que abrieron, estos estuvieron a la mitad de la mitad de ocupación por falta de tránsito internacional, hay que recordar que en verano países del entorno pusieron medidas de cuarentena a los viajeros y vetaron algunas zonas por la COVID-19. El responsable de Fuerte Hoteles detalla que las medidas en el marco del nuevo estado de alarma se irán flexibilizando según baje la incidencia del virus como sucede en Madrid, pero los hoteles continuarán cerrados porque el tránsito internacional no se abrirá, “eso hace que nuestra situación financiera esté muy comprometida”.
La cadena MS Hoteles posee seis establecimientos en la comunidad andaluza, de los cuales solo mantiene abiertos dos, uno Córdoba y otro en Málaga capital, uno de interior y otro urbano, el resto destinado al turismo de sol y playa está cerrado, dos de ellos nunca lo habían estado, ni en los tres meses de invierno. Su presidente, Miguel Sánchez, además de apuntar también a los tremendos gastos estructurales de un hotel cerrado, insiste en el trato recibido en estos nueve meses: “Parece que a los hoteles no les pasa nada, que los empresarios podemos defendernos solos y tenemos recursos para soportar lo que sea y esto es un gravísimo error, estamos tremendamente preocupados porque esto es muy largo, queda mucho tiempo por delante para que se vuelva a normalizar la actividad en las empresas turísticas”. Sánchez recalca que los hoteles son los olvidados y recuerda que ya en abril se solicitaron algunas medidas, así en términos fiscales, tanto a las administraciones locales, autonómica y central, pero: “Quitando los ICO y los ERTE no hemos tenido ayudas de nada”.
Los hoteleros piden trabajar en el corredor sanitario sin perder tiempo
Además de la inyección de liquidez a corto plazo, el sector hotelero andaluz reclama gestión por parte de la Administración autonómica. José Carlos Escribano, director general de ML Hoteles y vicepresidente de la CEHAT, insiste en la necesidad de trabajar en los corredores sanitarios, “debe empezarse por Canarias porque está en temporada alta y después trasladarse a otros destinos. Me preocupa la lentitud y la falta de conciencia de la Consejería de Turismo. Cuando estén en marcha deberíamos tener todo preparado para que el corredor sanitario funcione, ya que hay otros destinos peninsulares que ya trabajan en ello y nos pueden ganar la partida”. Para Escribano, como para sus compañeros, el destino andaluz debe estar posicionado para movilizar la demanda, ya que con la oferta se dispone. Para que todo esté listo hay que tener preparados sistemas de control del virus a través de pruebas PCR o antígenos, cobertura del seguro sanitario, protocolos establecidos para en caso de que haya algún turista positivo... “Se trata de prever. No se trata de empezar a trabajar cuando se movilice la demanda, entonces perdemos un tiempo precioso”. Por otro lado, Escribano apunta a un pacto con la touroperación, “contactemos con ellos para cuando haya movimiento los convenzamos de nuestro destino, sino otros destinos lo harán”. José Luque, de Fuerte Hoteles, insiste en la mayor proactividad política, “los canarios han ido kilómetros por delante, han tenido la habilidad de presionar al Gobierno central y aquí no. Cierto es que están en temporada alta pero nosotros tenemos un otoño muy respetable de ocupaciones en ciudades culturales de interior como Sevilla, Córdoba y Granada”. “Se necesita liquidez y empezar ya a trabajar en el corredor sanitario y de este modo hacer ruido positivo para cuando empecemos a tener menos problemas”, concluye Miguel Sánchez, presidente de MS Hoteles.
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