El Higo de Pascua pone fin a la campaña en el Valle del Andarax

AGRICULTURA

Higo de Pascua previamente a ser recolectado.
Higo de Pascua previamente a ser recolectado. / Marian León

Canjáyar/LA familia Vique-Verdegay es una de las grandes productoras de Higos y Brevas de la provincia. Estos frutos son cultivados en el paraje “El Marchalejo” entre Padules y Canjáyar desde donde son repartidos y llegan a toda Andalucía bajo la marca HIGOVERVIAL.

Se trata de una empresa familiar de varias generaciones enamoradas del campo y con un importante arraigo en la agricultura, por eso hace unos 10 años aproximadamente decidieron embarcarse en un proyecto ilusionante.

Para el desarrollo de este proyecto decidieron plantar unas 1500 higueras en su finca particular situada en La Alpujarra, concretamente en una zona montañosa del municipio del medio Andarax, y comenzaron a expandir sus higos bajo el nombre de la marca HIGOVERVIAL por todo el mundo. “Principalmente se vende en Almería, pero también hay una gran demanda en Ibiza, Valencia y Alicante”, apunta uno de los dueños.

El producto es cultivado con mucho mimo de una manera tradicional, es recolectado y se envasa manualmente en la misma finca de la que proceden. Diariamente la familia Vique se preocupa por ofrecer higo fresco de varias clases con una calidad gourmet.

Estos higos poseen además una gran riqueza y son un fruto de alta calidad que no dejan a nadie indiferente. Son cultivados de manera tradicional y utilizando métodos muy comprometidos con el medio ambiente y de manera sostenible, y más tarde envasados manualmente en la misma finca donde se producen.

La calidad del agua, recién depositada en la sierra y el no usar pesticidas químicos para su curación, unidos a el buen clima y las grandes cualidades de la tierra debida a la calidad de la zona en la que se cultivan, hacen de estos higos un alimento gourmet que está presente en las mejores mesas de andalucía.

En concreto en esta finca se cultivan dos variedades diferentes de higos, el “Orquino” y de “Pascua”. La campaña de recolección que comenzó el día 2 de Agosto, ha llegado a su fin en estas semanas, donde se han recolectado los últimos “higos de Pascua” que son los más tardíos.

Este año, las calimas acontecidas en los pasados meses de principio de verano, han dejado unos números bastante por debajo de los habituales al hablar de la rentabilidad de la cosecha. “Las plantas estaban empezando a cuajar cuando el temporal de lluvias y calima impidió que se desarrollaran, lo que ha propiciado que se recojan hasta 3.000 cajas menos que el año pasado, en torno a unos 10.000 kilos por debajo de lo habitual” según uno de los agricultores.

Esta familia además goza de una gran suerte, “Estos higos están súper vendidos, mucho antes de cogerlos porque la gente los reclama y espera con ansia”, afirma uno de los productores.

La variedad de higo Orquino tiene un ciclo muy corto, ya que únicamente duran en torno a unos 40 días. En cambio, el higo de pascua alarga la campaña hasta finales del mes de noviembre, pues tiene una duración muy superior casi del doble que el anterior de alrededor de los 80 o 90 días.

Se trata de un fruto con un cultivo cada vez más extendido, ya que existe una demanda bastante grande y la corta duración de su ciclo hace que se necesiten muchas higueras para poder cubrirla.

En algunos lugares de Andalucía se están eliminando fincas de frutos de hueso para plantar higueras y vender este producto tan exquisito.

Eso sí, una vez recolectado, el higo que cultiva la familia Vique es un fruto que aguanta muchísimo tiempo en unas buenas condiciones. Por lo general esta fruta suele durar unos tres días, mientras que esta variedad tarda mucho más en oxidarse llegando a mantenerse fresco y con todas sus excelentes características hasta quince días después de haber sido recogidos.

De esta finca salieron aproximadamente esta campaña alrededor de 6000 cajas de higo gourmet, que se vendieron muy rápidamente en el mercado.

Uno de los principales inconvenientes de este tipo de cultivo de exterior que le da tan buenas calidades al fruto, en una finca rural y al aire libre, es la invasión de los animales salvajes al terreno de cultivo.

Según apunta el dueño de la finca, los jabalíes y las cabras montesas hacen grandes estragos en la plantación bastante a menudo, y repararlos supone perder gran parte de las ganancias de cada cosecha. “El daño de los animales se lleva entre todas las fincas más de 30.000 euros anuales”, apunta el productor.

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