Un estudio reduce en un 40% el riego en campos de golf
En 2007 obtuvo un Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía · Las aguas para riego de campos deportivos proceden, fundamentalmente, de plantas depuradoras

Hablamos con Rafael López-Bellido, autor del estudio 'Utilización del agua en campos de golf mediterráneos'.
-¿De dónde parte la idea de esta investigación?
-El Grupo de Investigación del Plan Andaluz de Investigación AGR-140 Agronomía de Cultivos Herbáceos se creó en 1986. Desde entonces se realizaron algunos trabajos relacionados con los céspedes que fueron aproximándonos a esta nueva área de investigación. En 2004 se inicia un proyecto con la compañía francesa Limagrain Ibérica para estudiar el estrés hídrico de diferentes especies de cespitosas y cultivares. Dicho proyecto continúa en la actualidad y, aunque tiene previsto finalizar en 2010, la compañía ya ha mostrado su interés en continuar realizando investigación sobre la base de los resultados obtenidos. Hasta la fecha este proyecto ha permitido reducir la dosis de riego aplicado de forma significativa en diferentes especies y cultivares; además se han desarrollado nuevas tecnologías, simples y rápidas, que permiten diagnosticar anticipadamente el estrés de cara a la toma de decisiones. Además de éste, que fue el detonante para que el grupo se introdujera en el estudio de los céspedes deportivos, en 2007 se obtuvo un Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía por tres años titulado Gestión Integrada Riego x Nitrógeno en Céspedes Deportivos: Aplicación a Campos de Golf. Es el único green de investigación existente en España. Como anticipo de algunos resultados de estos proyectos hemos conseguido reducir el consumo de agua en un green de un campo de golf hasta un 40% sin perder calidad estética y práctica. Utilizando instrumentos portátiles que miden la reflectancia poder predecir el nitrógeno fertilizante que necesita la planta. Del primer proyecto también se ha reducido en riego hasta la mitad de lo habitual sin perder calidad.
-¿Cómo se consigue optimizar el agua en campos deportivos?
-Se pueden definir cuatro estrategias primarias para la consecución de un plan de conservación del agua para campos de golf. La primera es el conocimiento preciso de la uniformidad e intensidad del sistema de riego como punto de partida para poder hacer cualquier mejora. La segunda, se basa en el conocimiento de las características hidráulicas del suelo que se tiene en el campo permitirá no aplicar riegos innecesarios por encima de la capacidad de almacenamiento del suelo. La tercera es la mejora de la programación de los riegos. Emplear programas computerizados que utilicen los datos suministrados por las estaciones meteorológicas, corrigiendo los valores de la estación con valores de medición del contenido de agua real del suelo con sondas de medición. Por último, la apropiada selección de especies y cultivares. Utilizar la especie más adecuada a cada necesidad, aunque con respecto a esta cuestión existen muchos tópicos utilizados por los greenkeepers que no se basan en ninguna demostración científica.
-¿Se pueden extrapolar estos resultados para riego agrícola?
-Por supuesto. Es España existen muchos sistemas de riego verdaderamente deficientes que producen pérdidas de relevancia. Aunque también hay que ver un ejemplo de eficiencia y buen diseño en la explotaciones intensivas de olivar con riego por goteo.
-Hace tiempo hubo una polémica por la utilización del agua en campos de golf, y los propietarios aludieron a que se trataba de 'agua reciclada'. ¿Es así?
-Mientras que la escasa disponibilidad del agua es un problema crucial, su uso para riego de campos de golf ha generado polémicas y críticas desde diversos sectores. Por esta razón, la utilización del agua es el aspecto más crítico al que se enfrenta el golf. La mayor exigencia medioambiental de la legislación europea (directiva del marco del agua); el aumento de la solicitud y del valor de agua y la amenaza del cambio climático sobre la disponibilidad y demanda futuras colocan a los campos de golf en una situación comprometida. Dado el poco consumo que representa a nivel nacional es ridículo. Un campo de golf en Almería con valores climáticos medios consume 4.000 m3/ha/año, siendo de los lugares de España donde más consume por su extrema aridez. Por tanto el rango normal va de 2.000 a 4.000 m3/ha/año. Sin embargo un cultivo de maíz necesita entre 6.000 a 8.000 m3/ha/año. Las aguas no potables para riego en los campos de golf puede proceder de Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales, acuíferos con aguas de baja calidad, aguas superficiales (ríos y trasvases), o desalinizadoras (a partir de aguas marinas puras o mezcladas). El agua de las depuradoras representa casi un 40% del total usada para riego en campos de golf, seguida por la procedente de ríos y acuíferos. El agua desalada supone aún menos de un 10%. El mayor uso de aguas depuradas se explica principalmente por su reducido coste (unos 0,10 euros por m3) frente al resto de opciones posibles (entre 0,50 y 0,90 euros por m3 puede alcanzar la desalinizada) y por la existencia en el mercado de especies con buenas cualidades estéticas y funcionales que además toleran aguas de baja calidad. Además, su utilización como agua de riego disminuye el aporte de contaminantes a los cursos naturales de agua, y pueden suponer un aporte de nutrientes (nitratos principalmente) para el césped. El uso de aguas con alta concentración de sal supondrá para la planta unos requisitos hídricos superiores a los de otra regada con agua de alta calidad, ya que se precisará un volumen extra para lavar el perfil. Por ello, el uso de este agua ha de ir acompañado de especies tolerantes a la salinidad, perfiles que permitan un lavado rápido de las sales y un sistema de drenaje que recicle el exceso de sales lavado.
-¿Cuál es el impacto medioambiental del agua y los fertilizantes en céspedes deportivos?
-Si el riego es el adecuado y el programa de fertilización se basa en mediciones con herramientas de diagnóstico el problema es cero. Una buena gestión permite controlar lo que sale del sistema.
-¿Han observado diferencias entre la utilización o características del agua en Almería y en otras provincias?
-Claro que existen diferencias en el uso, para bien y para mal. Es necesario tecnificarse más y no manejar los campos con reglas rígidas; sino medir variables que nos permitan afinar en el manejo, esto es, en definitiva, la agricultura de precisión.
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