Estación Experimental Cajamar: 50 años transfiriendo conocimiento al campo almeriense

Agricultura

La entidad cuenta desde 1975 en El Ejido con unas instalaciones tecnológicas de referencia en agricultura intensiva mediterránea

Ramón Gil: “Optimizar el riego forma parte del ADN de Cajamar”

Montaje de una imagen de una visita de agricultores y cooperativistas a finales de los 70 a la Estación Experimental Cajamar sobre un ensayo actual con tomate.
Montaje de una imagen de una visita de agricultores y cooperativistas a finales de los 70 a la Estación Experimental Cajamar sobre un ensayo actual con tomate. / Javier Alonso e imagen cedida por Cajamar

En pleno corazón del Poniente almeriense, de la horticultura europea, Cajamar comenzó a desarrollar hace 50 años una Estación Experimental que se iba a convertir en la cuna del conocimiento y la innovación del sector agroalimentario.

Desde la carretera de Tarambana, quizás el mejor mirador de todo el Mar de Plástico almeriense, los 27 invernaderos del centro y todas las hectáreas de cultivos al aire libre pasan desapercibidas, tal es la grandeza y magnitud del modelo productivo invernado almeriense. Sin embargo, en el paraje Las Palmerillas un oasis de tecnología y experimentación se mimetiza con un entorno agrícola donde la hazada y la regadera son sólo un orgulloso pasado.

El presente y el futuro pasa por la innovación agrícola y eso bien lo sabe Cajamar y bien claro lo dejó uno de los fundadores de la Estación, Juan del Águila: “Hagamos nosotros los ensayos en pro de la eficiencia y la rentabilidad de los cultivos para que los agricultores no corran riesgo”. Sin duda, una filosofía que que es la base del éxito del Modelo Almería, admirado en el mundo entero.

“Nuestros fundadores tuvieron esa visión de crear esta estación. Indudablemente, el despegue hortofrutícola de nuestra provincia va muy ligado al apoyo que desde un principio mostramos con el sector y que, lógicamente, a día de hoy lo mantenemos porque creemos en nuestro modelo. El gran tejido agroindustrial que tenemos ya no solamente es comercializador, sino que hay bastantes empresas de industria auxiliar que son potentísimas, con las que también colaboramos. Estamos convencidos que todo lo que sea innovación colaborativa con las grandes entidades que tenemos alrededor de este sector nos va a llevar a aportar soluciones mejores”, reflexionaba Ramón Gil, director de Las Palmerillas, sobre las sinergias creadas entre Cajamar y el sector agroalimentario.

El objetivo, como explicó Juan del Águila, es que el agricultor no asuma riesgos con ensayos que buscan la eficiencia y rentabilidad del cultivo

Es ya medio siglo desde que la estación abriera sus puertas, no sólo físicas, sino también de transmisión de conocimiento, al agricultor. Desde entonces, el proyecto ha crecido, han aumentado las hectáreas y han evolucionado los cultivos gracias a la biotecnología, pero la filosofía de Las Palmerillas sigue siendo la misma. Con respecto a 1975, la agricultura contemporánea está mucho más enfocada a tratar de mantener un sistema cada vez más sostenible, un sistema que ofrezca una rentabilidad interesante, donde ya aspectos como digitalización, como tecnificación en procesos, cada vez van ganando más terreno. Eso le permite a Cajamar estar muy cerca del sector, ofrecer soluciones que a los distintos retos que se plantean gracias a los resultados que se obtienen en los diferentes ensayos de la Estación Experimental.

Precisamente gracias a esta investigación continua en el que está inmerso el sector productivo, Almería [Andalucía y hasta España, puesto que a Las Palmerillas vienen visitantes de todo el mundo] es capaz de exportar a Europa miles de toneladas de frutas y hortalizas cada año. En el ADN de Cajamar está el agua, la necesidad de desarrollar sistemas eficientes para no desperdiciar ni un sola gota en el riego. Esto se ensaya en Las Palmerillas, junto a otros proyectos destinados a combatir las plagas, mejorar las condicioes de climatización de las plantas, ahondar en las aplicaciones de la industria auxiliar como puede ser en plásticos o estructuras, conocer nuevas aplicaciones de cultivos, tales cono las algas mejorar el rendimiento de la energía consumida y un etcétera largo como una hectárea de invernadero. De parra o multitúnel, que son las dos principales estructuras con las que cuenta el centro en su superficie de 14 hectáreas, que tiene su hermano menor en Paiporta, Valencia, donde también hay líneas de investigación de cultivos mediterráneos.

Invernadero con distintos ensayos en la Estación.
Invernadero con distintos ensayos en la Estación. / JAVIER ALONSO

Pero además de hortícolas invernados, en Las Palmerillas también hay una línea de tropicales bajo plástico, así como subtrocipales al aire libre. Incluso ya se trabaja en agricultura regenerativa, por donde también pasa el futuro del campo. En la estación ya hay proyectos para regenerar tierras yermas y que el suelo, poco a poco, vaya recuperando su capacidad de aportar a la planta todo lo que necesita para producir. En estos momentos, hay un ensayo con trigo, cultivo propio de zonas de La Mancha, Murcia y norte de Almería, como es la Comarca de Los Vélez.

En 2024 recibieron más de 200 visitas de especialistas agrícolas de todo el mundo

Las Palmerillas no es un centro experimental cerrado a cal y canto, sino que está abierto, tiene alma. Recientemente lo visitaron Valentina Jug, especialista en agricultura digital de la FAO, y varios ingenieros y doctores relacionados con el desarrollo agrícola en Sarajevo, acompañados por representantes de Coexphal. Una visita habitual de especialistas del sector agroalimentario para conocer los distintos proyectos que se desarrollan y cómo mejoran las nuevas tecnologías todo el ciclo productivo.

“El año pasado recibimos un total de 219 visitas, llevamos a cabo 35 eventos de formación dentro de nuestras instalaciones ya sean jornadas, talleres o cursos y, lo que es lo mismo, pasaron más de 2.900 personas por el centro. Vinieron desde embajadas acompañando a algunas empresas, estudiantes, técnicos, empresarios.... De Sudamérica tenemos bastantes visitas y en los últimos años hemos recibido muchas del continente asiático”, dice el director.

Si difícil es ponerle puertas al campo, más complicado es sintetizar en unas líneas medio siglo de investigación y desarrollo del sector agroalimentario gracias a la encomiable labor de Cajamar. Todo esto tiene su transferencia al agricultor, mediante jornadas y seminarios técnicos agronómicos. Esta intensa agenda tiene un doble objetivo: por un lado trasladar de forma directa a productores y técnicos las últimas novedades de sus diversos campos de trabajo, con la finalidad de que puedan adaptarlas lo más fácilmente posible a su realidad cotidiana para ganar en rentabilidad y competitividad; y por el otro se busca la conformación de redes profesionales que agilicen el intercambio de información y faciliten la difusión de las innovaciones entre los diferentes agentes del sector.

stats