La Estación Experimental Cajamar ‘Las Palmerillas’: 50 años de apoyo a la agricultura almeriense

Agricultura

En 1975 se decidió invertir en la puesta en marcha de fincas experimentales donde probar y a poner a punto las tecnologías que iban a impulsar la definitiva modernización de la agricultura almeriense

Ensayos con un cultivo de calabacín en el primer invernadero de Las Palmerillas en 1977.
Ensayos con un cultivo de calabacín en el primer invernadero de la Estación Experimental de Cajamar en 1977. / Cajamar
Roberto García Torrente - Director de Sostenibilidad y Desarrollo Agroalimentario

29 de marzo 2025 - 06:01

En las memorias anuales que publicaba la Caja Rural de Almería en los primeros años 70 del siglo pasado siempre se dedicaba un espacio al análisis de la evolución del sector agrario de la provincia, en el que, más allá de las cifras, solía repetirse la necesidad de crear estructuras de comercialización propias que superasen la dependencia de los agentes foráneos; y la de ensayar con nuevos cultivos y nuevas formas de hacer las cosas para incrementar la rentabilidad de los agricultores. Ayudar a paliar ambas carencias había sido precisamente el objeto de la creación de la propia Caja Rural unos pocos años antes, en 1963.

Pero entonces se produjo una de las peores catástrofes naturales sufridas en mucho tiempo en nuestra tierra: las inundaciones de octubre de 1973, que provocaron graves daños materiales y la pérdida de muchas vidas humanas. La riada fue tomada desde el principio como un reto y despertó el espíritu inconformista y la capacidad de superación de la sociedad almeriense. Gracias a la movilización de todos los empleados de la Caja Rural se consiguió gestionar un volumen notable de ayudas públicas para los agricultores, la mayoría de ellas mediante préstamos reembolsables, que pudieron retomar su actividad en pocas semanas.

Todo por hacer

De este modo, en 1974 la Caja Rural obtuvo sus primeros resultados relevantes, y en 1975, hace justo 50 años, se decidió invertirlos en la puesta en marcha de fincas experimentales donde probar y poner a punto las tecnologías que iban a impulsar la definitiva modernización de la agricultura almeriense y la mejora del nivel de vida de un territorio hasta entonces a la cola de la economía nacional. Sin embargo, la crisis que afectaba a los frutales y el espectacular desarrollo de la horticultura de invernadero llevó a concentrar la actividad en un único centro: la Estación Experimental de Las Palmerillas, en el actual término municipal de El Ejido.

Instalaciones de Las Palmerillas en 1981, con los ensayos de frutales al fondo.
Instalaciones de Las Palmerillas en 1981, con los ensayos de frutales al fondo.

Sin duda, el proyecto más relevante en aquellos primeros años fue el relacionado con el agua y el manejo del riego. Los sistemas tradicionales consumían muchos recursos y podrían ser un freno para el crecimiento de unos cultivos muy demandantes en agua, en un territorio donde el agua era precisamente el recurso más preciado. Importamos desde Israel los primeros sistemas de riego por goteo, y aprendimos a utilizarlos para poder enseñar a los agricultores. En poco tiempo conseguimos reducir a un tercio la demanda, a la vez que aumentábamos los rendimientos.

Tecnología y sostenibilidad, motores de crecimiento

Desde aquellos primeros ensayos de riego localizado nunca hemos abandonado nuestra obsesión por una gestión eficiente del agua, además de fomentar la incorporación de fuentes no convencionales como las aguas regeneradas y la desalación y, más recientemente, hemos puesto en marcha una aceleradora de empresas tecnológicas que nos ayuden a seguir desarrollando nuevas soluciones prácticas a partir del talento y la innovación. Del mismo modo, hemos ido abriendo nuevas líneas de trabajo, como la mejora de las estructuras de invernaderos, la optimización de la fertilización, el control integrado de plagas, la incorporación de nuevas variedades, la valorización de los subproductos o, más recientemente, la digitalización de los procesos.

Roberto García Torrente, director de Sostenibilidad y Desarrollo Agroalimentario de Grupo Cajamar.
Roberto García Torrente, director de Sostenibilidad y Desarrollo Agroalimentario de Grupo Cajamar.

A partir de la experiencia acumulada y de la fortaleza actual de nuestro sistema productivo, donde ya son muchos los centros tecnológicos y de formación que trabajan conjuntamente en el desarrollo de soluciones innovadoras para nuestro campo, el reto para los próximos 50 años es añadir a nuestro liderazgo como productores y comercializadores un nuevo rol como exportadores de tecnología y conocimiento a cualquier lugar del mundo. Y esperamos verlo hecho realidad mucho antes de que se celebre el primer centenario de Las Palmerillas.

Si quieres saber más de los 50 años de historia QR.Cajamar.

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