Encarnación Gil: “El empresario almeriense se caracteriza por su espíritu emprendedor y exportador”

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La secretaria general de Asempal asegura que la formación dual es un buen ejemplo de la colaboración entre la empresa y la Universidad para beneficio del estudiante

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Encarna Gil. / D.A

Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Esta frase de Antonio Machado bien se puede a aplicar a Encarnación Gil Serra, consejera del Consejo Social de la UAL y secretaria general de Asempal, que desde que ingresó en la Confederación Empresarial de la Provincia de Almería en el año 1996, ha ido dando pasos adelante en los diferentes cargos que ha asumido, conociendo la realidad del tejido económico de la provincia, y aportando su talento para acompañar a las empresas en su crecimiento.

Por eso, desde su experiencia puede realizar un análisis diáfano de la realidad almeriense. “El empresariado almeriense se caracteriza, sobre todo, por su dinamismo, su espíritu emprendedor, la capacidad de innovación constante y la adaptación, y quizás un aspecto que también lo tienen en su ADN es el espíritu exportador. Todo ello ha permitido que, a pesar de que nos falten conectividad y recursos hídricos, la provincia de Almería haya experimentado esa transformación económica”. Y lo que es igual de importante, se ha forjado con un mapa empresarial “integrado en su inmensa mayoría por pymes”.

En esta línea, Encarnación Gil valora a la Universidad de Almería como un excelente compañero de viaje. “La creación de la UAL supuso un cambio radical en nuestra provincia. Permitió retener al talento y, por eso, es fundamental que haya una colaboración entre la Universidad y el tejido productivo para seguir incentivando la investigación y el conocimiento. En una economía como la almeriense, integrada principalmente por Pymes, la presencia de la Universidad es determinante para mejorar su competitividad”.

Por eso, aboga para que los estudios de la UAL estén imbricados con la realidad de la provincia. Encarnación Gil reflexiona que “lo hemos analizado en los órganos de gobierno de la Confederación Empresarial de Almería, y más que en incorporar nuevas titulaciones, lo importante es adecuar y adaptar las titulaciones existentes a la realidad del tejido productivo.

Los cambios en el mercado laboral se producen cada vez más rápidamente y, por ese motivo, hay que vincular el temario de los grados universitarios a las necesidades de la sociedad y las empresas. Es un trabajo que está realizando de forma acertada el Consejo Social, analizando las necesidades de la sociedad almeriense y adaptando las titulaciones actuales y futuras a las demandas del tejido productivo. El fin es convertir a la Universidad de Almería en un referente en el ámbito nacional e internacional en aquellas materias y titulaciones en las que Almería en el plano económico y social despunta”. 

Este pensamiento se traduce en territorios que son importantes para la provincia y en los que, la secretaria general de Asempal, piensa que hay que seguir incidiendo desde la Universidad. “Estamos hablando de todo lo relacionado con la agronomía, la piedra, el turismo, con el ámbito de la salud, y aspectos transversales como la digitalización, ciberseguridad, inteligencia artificial, así como las matemáticas y la física. Todos esos son parámetros que exigen ahora mismo el mercado laboral de la provincia de Almería, y todo lo que la Universidad de Almería pueda reforzar va a suponer una mejora de la productividad de nuestra economía”.

Trayectoria 

Encarnación Gil es licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, master en Comunidades Europeas en ICADE y tiene estudios de doctorado en Derecho de la Competencia, así como en Comercio Exterior, Gestión Empresarial y Gestión Financiera aplicada al Emprendimiento. “En el año 1996 me estaba planteando volver a Almería, echaba de menos el clima, el sol, la playa y sobre todo mi gente, y surgió la oportunidad de integrarme en un proyecto que llevaba a cabo la Confederación de Empresarios de Andalucía, bajo el amparo de la Unión Europea, para fomentar y mejorar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas. Lo inicié en el año 1996 y después me incorporé a Asempal. He desarrollado a lo largo de estos años diferentes tareas, funciones y cargos, y desde mayo de 2020 soy secretaria general de Asempal”.

Por último, quiere recalcar la importancia de la colaboración entre la empresa y la Universidad, que se traduce especialmente a través de la formación dual. “En un contexto en el que falta mano de obra para determinadas actividades, la formación dual permite un itinerario formativo en el que el estudiante, además de recibir la formación en la Universidad, conoce la realidad de la empresa y adquiere esa experiencia internamente en la empresa. Partiendo de la base que nuestro tejido productivo en más de un 99% son pequeñas y medianas empresas, es un reto su gestión por ambas”.

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