700 empleados ya dan vida al edificio de Cajamar en el PITA

Con 19.600 metros, ha supuesto una inversión de 17 millones y se ha ejecutado en 623 días Su apuesta por la sostenibilidad evita la emisión de 101 toneladas de CO2 al año

Vistas del interior del edificio a las diferentes dependencias y oficinas.
Vistas del interior del edificio a las diferentes dependencias y oficinas.
Elio Sancho

16 de abril 2015 - 01:00

Cajamar abrió ayer las puertas del edificio que ha levantado en el Parque Científico-Tecnológico de Almería (PITA), en un encuentro con los diferentes medios de comunicación, para presentar a la sociedad unas instalaciones que 'presiden' la entrada al tecnoparque, dando la bienvenida al visitante, nada más entrar, y que se han convertido en un referente por su calidad y diseño arquitectónico, además de servir de 'efecto tractor' para atraer a nuevos inversores, como se anticipó cuando se anunció la iniciativa, y así se ha cumplido con la llegada de nuevos inquilinos, hasta alcanzar ya la cifra de 84 empresas instaladas.

Este centro de Cajamar, que alberga a sus empresas instrumentales y los servicios tecnológicos avanzados de la caja rural, ha comenzado a recibir la llegada de trabajadores a lo largo del mes de abril y ya suma casi 700, la mayoría de los cuales, proceden de Eurovía, con 326, 163 de Tarket, 90 técnicos y especialistas vinculados a Hispatec y un centenar de INSA, la empresa participada por IBM con la que la cooperativa de crédito almeriense selló un acuerdo estratégico a primeros de julio de 2014 por un periodo de diez años para el desarrollo y mantenimiento de software de aplicaciones financieras, por un importe de 30 millones de euros.

Las obras del edificio de Cajamar en el PITA, que han supuesto unas inversiones que superan los 17 millones de euros, se han desarrollado prácticamente en un tiempo récord, un total de 623 días desde que comenzaron los primeros movimientos de tierra, el 10 de junio de 2013. Hoy el inmueble cuenta con un algo más de 19.600 metros cuadrados, con capacidad para albergar a casi mil trabajadores, cinco plantas en superficie y otras tres soterradas, que se ha levantado bajo tres pilares fundamentales: "Innovación arquitectónica, eficiencia funcional y excelencia ambiental", como destacó ayer Manuel Gutiérrez Navas, director de Comunicación de Cajamar.

Se trata de un "edificio singular y totalmente funcional, lejos de ser un simple centro contenedor", como así lo definió el director de Arapiles Arquitectos, Luis Fernández, cuyo estudio se ha encargado del proyecto después de haber resultado ganador del concurso que se llevó a cabo, tal y como se anunció a principios de agosto de 2012.

En un acto en el que participaron también Manuel Giménez Martínez, director de Infraestructuras de Cajamar, y Alfonso Monge, también miembro de Arapiles Arquitectos, la comitiva realizó un recorrido por las instalaciones, que cumplen escrupulosamente con los más elevados estándares de calidad y sostenibilidad medioambiental, en cuanto a materiales y concepto constructivo, que al mismo tiempo destaca por su flexibilidad funcional y polivalencia, su capacidad de adaptación a unos usos cambiantes, pensado para que todas las empresas y unidades organizativas que se instalen en el mismo en un futuro puedan desempeñar su trabajo de la manera más eficiente posible.

La fachada está compuesta por distintos tipos de cerramiento de alta calidad y con una gran capacidad de ventilación y aislamiento termoacústico. En ella, se ha empleado Dekton, la superficie ultracompacta del Grupo Cosentino, en lo que supone el promer proyecto en España en el que se ha utilizado este producto para una fachada, así como para suelos, escaleras y baños, tal y como explicó ayer Natalia Agromayor, directora de Producto e Innovación de Cosentino, responsable del desarrollo de Dekton, que también quiso estar presente en este acto para comprobar la calidad de los acabados y la funcionalidad y versatilidad de esta superficie.

Por su parte, en el interior, un gran atrio o espacio central separa dos grandes zonas de trabajo y actúa como regulador térmico y distribuidor de la luz. En última instancia es la referencia identitaria de todos los espacios interiores, jerarquizándolos a la vez que sirve como nexo de relación de la actividad que se desarrolla en las distintas plantas. En el atrio se sitúan también espacios vegetales de baja demanda hídrica, con lo que favorece la depuración natural del aire, la refrigeración e introduce "paisaje" en el edificio. Este gran patio actúa por tanto como parte activa en la estrategia energética global del edificio, como gran espacio de regulación térmica, incidiendo directamente sobre la ventilación por efecto chimenea y la apertura controlada de diferentes huecos. Permite la ventilación natural mediante sistemas de gestión inteligente, con sensores de medición de calidad y temperatura del aire interior; y una estación meteorológica que registra las condiciones exteriores, realizándose la apertura y cierre de las ventanas de forma automática.

El edificio cuenta con 135 plazas de aparcamiento subterráneas con posibilidad de carga para varios vehículos eléctricos, además de que posee diversos servicios añadidos, entre ellos, una cafetería-comedor con capacidad para 450 personas, diversas salas de reuniones y aulas de formación, centro médico, una guardería para 74 niños, un vestuario-gimnasio, archivo documental y almacenes, y 1.500 metros cuadrados de zonas verdes que suponen el 30 % de la superficie total de la parcela. El gimnasio y la guardería están aún sin abrir, en fase de adjudicación.

Su apuesta por la sostenibilidad le ha hecho alcanzar, incluso, la certificación Leed Gold (a punto de lograrla), expedida por el Consejo de la Construcción Verde de EEUU. En virtud de ello, las instalaciones permitirán un ahorro energético de 21 toneladas equivalentes de petróleo al año y evitará la emisión anual de 101 toneladas de CO2 a la atmósfera.

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