La despoblación de Almería llega a las empresas: los municipios más pequeños se quedan sin negocios
Datos
Casos como el de Laroya y Las Tres Villas, esperanza para los afectados
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La despoblación que viven las zonas rurales de Almería se traslada a la actividad económica de estos municipios, que han sufrido una 'sangría' en los últimos años. En municipios como Castro de Filabres, de poco más de un centenar de habitantes, se ha pasado de tener cuatro empresas registradas tras la pandemia a apenas una. En otros, como Benitagla, el pueblo con menos habitantes de la provincia, 53, la llegada de una familia de fuera del municipio ha inyectado una nueva vida. Hasta que no se abrió el nuevo bar-tienda, este pasado verano, la localidad registraba un 'cero' técnico. No había empresas ni trabajadores registrados.
Quienes aparecen en los datos difundidos por la Junta de Andalucía son empresas pequeñas, generalmente con entre uno y dos trabajadores, rara vez con más de cinco. En Alcudia de Monteagud, a 63 kilómetros de la capital, se mantiene desde hace años una única empresa, dedicada al sector agrícola. El olivar y los almendros son el motor del campo de esta localidad, que no tiene escuela y que en diez años, entre 2012 y 2022, perdió un 12% de su población. El dato de las pequeñas empresas, difundido por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía en base a lo sucedido en el mes de septiembre, incluye a quienes realizan su labor como trabajadores a cuenta propia.
Es la realidad de tantos municipios en la provincia de Almería, que han ido perdiendo habitantes, y, con ello, empresas, en los últimos años. Almócita, Beires y Alsodux, con una empresa registrada cada uno, completan el ranking de los lugares con menor número de empresas. En Bayárcal, al límite de la provincia de Granada, el número de empresas registradas han caído a la mitad desde la pandemia. De seis a tres. Una situación que se repite en Armuña de Almanzora, a más de noventa kilómetros de la capital, donde, por cada tres empresas que había en 2020, hoy solo queda una.
El vaciamiento de los municipios es una preocupación. Javier Aureliano García, presidente de la Diputación de Almería, defendía este verano la necesidad de "llevar los servicios a todos los municipios de la provincia, con independencia de su número de habitantes". Uno de los compromisos que adquirió al ser reelegido en 2023 fue que en todos los pueblos habría, al menos, un bar, con el objeto de dinamizar la economía local y atraer personas.
Pese a que el número de empresas ha crecido significativamente en suelo almeriense en los últimos años, los municipios del interior de la provincia se están quedando sin trabajadores. En los 103 municipios almerienses ha pasado de haber 24.428 empresas en el verano de la pandemia a 28.725 en septiembre de 2024. La mayor parte, más de 16.000, tienen entre uno y dos trabajadores. Las oportunidades están ahora en los municipios más grandes. La capital ha visto como el número de negocios instalados en su suelo crecía en más de seiscientos en cuestión de cuatro años, pandemia y crisis de precios mediante.
Los datos arrojan casos curiosos. Uno de ellos es el de Felix, en la parte nororiental del Poniente, que vio como el número de empresas asentadas en la localidad crecían para volver, más tarde, a sus cifras habituales. En julio de 2020 había trece sociedades, que llegaron a ser veinte a finales de ese año. Con oscilaciones, la cifra ha ido reduciéndose hasta las catorce que hay actualmente. A su vecino, Enix, le ha ido mejor. Si tras las restricciones sanitarias había diez empresas inscritas, hoy hay catorce, aunque han llegado a ser diecisiete.
Hay casos para la esperanza. Uno de ellos es Las Tres Villas, que está cerca de duplicar el número de empresas registradas. De las cinco que había en 2020 a las nueve que hay en la actualidad. Algo similar, aunque de una magnitud menor, ocurre en Laroya, donde se ha pasado de dos empresas a oscilar entre las tres-cuatro en este año. Una muestra optimista, de dos municipios que tienen medio millar y menos de doscientos habitantes, respectivamente, a los municipios que están notando la despoblación en su vida económica.
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