Los descartes mejoran el perfil lipídico de los insectos

Investigadores de la Universidad de Almería concluyen el proyecto de investigación junto a la organización de productores pesqueros de Almería para mejorar las cualidades de los insectos para usarlos como alimento acuícola

La investigadora María José Sánchez-Muros / Diario De Almería

Almería/Encontrar una salida a productos no comerciales y potenciar la sostenibilidad de la fauna marina. Estos han sido, en síntesis, los objetivos de un proyecto de investigación de la Universidad de Almería, promovido por la organización de productores pesqueros (OPP) 71 de la capital almeriense, iniciado en 2017 y cuyo informe final se sellaba el pasado 20 de febrero. Desde hace años, investigadores del grupo de Ecología acuática y acuicultura de la UAL, capitaneado por María José Sánchez-Muros y Fernando García, trabajan en la obtención de pienso procedente de insectos como alimento acuícola alternativo a las harinas de pescado.

Con la colaboración de los pescadores de la lonja de Almería hace tres años se añadía a la dieta de los insectos el pescado de descartes con lo que los insectos tienen mejores propiedades nutritivas. Pero el fin acuícola es sólo una fase, la pretensión final es mostrar cómo los insectos pueden jugar un papel importante en la alimentación también para el ser humano como en ganadería en los próximos años.

Aunque los investigadores trabajan en el pienso para peces con insectos desde antes, la colaboración con el sector arrancó en 2017

La reforma de la Política Pesquera Común (PPC) en 2015 marcaba como línea roja el tema de los descartes, es decir, las especies de pescado sin valor comercial que se capturan y desembarcan; con dicha modificación de la norma europea nació la obligación de desembarque de estas especies en tierra, si bien éstas no pueden ser usadas directamente para consumo humano. ¿Qué hacer entonces con las capturas que no tienen destino y no se pueden devolver al mar? Tal y como se explica en el informe final del proyecto ‘Estudio del aprovechamiento de los descartes de la flota de arrastre y cerco para su uso en agroganadería’, se propuso la utilización de los descartes en la alimentación de insectos a fin de mejorar sus cualidades nutritivas, a la vez que se le da un uso a los descartes y se obtiene un producto de valor económico.

Los insectos son considerados como una nueva fuente de proteína para el humano, el ganado y para la acuicultura. En general, contienen una gran cantidad de proteínas y buenas cualidades nutritivas, sin embargo, su grasa está dominada por los ácidos grasos saturados y esto, desde el punto de vista de la salud, no es recomendable y además es uno de los inconvenientes para su inclusión en piensos para peces. Pero los insectos por su parte son fáciles de criar, no requieren grandes instalaciones, son fáciles de conservar y son un producto cada vez más demandado. Con la suma de los descartes se pretendía mejorar el perfil lipídico o de grasa de los insectos.

Al inicio de este proyecto en 2017 la doctora María José Sánchez-Muros, quien trabaja en esta línea junto a Fernando García Barroso y, en este caso también con José Luis Guil, del área de Tecnología de los Alimentos que profundizaba en la línea de determinación del perfil de ácidos grasos, explicaba que para llevar a cabo esta investigación se ha tenido que contar con nuevas herramientas como el acuario de la Universidad de Almería, gracias a la contribución de los fondos europeos, el Ceimar (Campus de Excelencia Internacional del Mar) y la propia UAL.

De acuerdo al documento final y a los apuntes de Sánchez-Muros, el proyecto se ha desarrollado en tres años y fases. Así en la primera, los investigadores trabajaron en la modificación de la composición de la Hermetia illucens conocida también como ‘mosca soldado negra’, a cuya dieta incorporaron la alacha, un pescado que comercialmente no tiene salida pero es rico en ácidos grasos. “Los resultados obtenidos en este experimento indican que es posible mejorar el perfil de ácidos grasos de Hermetia illucens mediante la alimentación con la especie alacha de los descartes. Este enriquecimiento en el insecto será indudablemente muy beneficioso en la composición de piensos alternativos en acuicultura”. Este trabajo dio lugar a la publicación científica ‘Production of n-3 rich insects by bioaccumulation of fishery waste’ para Journal of Food Composition and Analysis.

“En 2018 se realizó otro experimento con diferentes insectos y diferentes tipos de descartes puesto que al puerto no llegan siempre los mismos descartes”, explica Sánchez-Muros. En este sentido se empleó alacha y aligote (éste último de la familia de los besugos) como descartes para alimentar a dos tipos de insectos: la Hermetia y Tenebrio molitor. Se formularon cuatro dietas experimentales. “Dependiendo del insecto y del pez que comiera el insecto se acumulaban unos ácidos grasos u otros. El mejor resultado fue la combinación de Hermetia y besugo”.

Ya en 2019 lo primero que se acometió fue la crianza abundante de Hermetia con alacha para poder fabricar los piensos para los peces. Posteriormente se formularon cinco dietas experimentales para lubina en los que se sustituía la harina de pescado por la de insectos. En este paso hubo un inconveniente con la harina; según la investigadora al ser los piensos de insectos nuevos no están estandarizados los métodos de formulación de manufacturación, por lo que dependiendo del sistema que se utilice para preparar las harinas éstas tiene más o menos valor nutritivo, “y éste es el siguiente paso que nos gustaría estudiar”, expone Sánchez-Muros.

Con todas esta indagaciones, los investigadores concluyen que con la ingesta de descartes los insectos mejoran su perfil lipídico con lo que se solventa así uno de los inconvenientes de su inclusión para pienso de peces. “Entonces la gente podría pensar por qué no se hace directamente la harina con los descartes? Pues porque la cantidad de los mismos en el puerto almeriense no es suficiente para hacer la harina de pescado, mientras que los insectos se crían fácil y conservan mejor”.

Ahora se captura biomasa salvaje para criar peces

Actualmente la harina que se suministra a los peces criados en cautividad se basa en pescado capturado directamente para tal fin, “actualmente se capturan bancos de peces para ello y esto supone un problema ambiental, ya que para poder criar peces estás capturando biomasa salvaje en un volumen importante. La producción mundial está intentando sustituir esta harina por otros componentes que no tengan ese impacto y los investigadores de la UAL han encontrado que los insectos pueden ser una buena fuente de proteína en la elaboración de estos piensos”, explica Elvira Morote, técnica de la OPP71. Y es que los peces obtenidos a través de la acuicultura precisan de una cantidad de proteína muy elevada para su alimentación basada tradicionalmente en las harinas de pescado, la principal fuente proteica para los piensos acuícolas. La alternativa inmediata pasaba por las harinas vegetales, más baratas y abundantes, pero que presentaban inconvenientes como cierto desequilibrio entre aminoácidos esenciales y no esenciales. Asimismo, en el caso de peces carnívoros, estas harinas contaban con limitaciones relacionadas con la fisiología digestiva de las especies. De ahí que expertos del grupo Ecología acuática y acuicultura de la Universidad de Almería iniciaran su proyecto con insectos como alternativa, ya que no suponían una competencia con fuentes de alimentos para el ser humano y dada su procedencia animal, pueden adecuarse a la fisiología digestiva de los peces con facilidad.

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