Las desaladoras, remedio para la sequía de Almería: "Esto es mejor que el trasvase"

Regadíos

La CUCN organizó ayer una visita a la planta de Carboneras para conocer más sobre las posibilidades para el riego en la comarca

Sea un visitante más gracias a la galería gráfica de la desaladora de Carboneras

CUCN visita la desaladora de Carboneras y las balsas de Níjar
CUCN visita la desaladora de Carboneras y las balsas de Níjar / Marian León
Carlos Javier Lillo

15 de marzo 2024 - 05:00

Los regantes del Campo de Níjar visitaron en la jornada de ayer la desaladora de Carboneras, clave para el futuro del sector agrícola de la comarca, en una excursión organizada por la CUCN. “Sin el agua desalada, muchos de los que estáis aquí no tendríais invernadero en el que cultivar”, expresó su presidente, Antonio López, durante la visita.

Los agricultores afiliados a la CUCN partieron desde la sede de la organización pasadas las nueve de la mañana. La visita permitió conocer a fondo cómo se recoge el agua del mar y se desala en la zona implicada para el riego de Níjar y Levante.

El proceso de la ósmosis inversa

El procedimiento de la ósmosis inversa, que es clave en la planta desaladora, es un tratamiento físico-químico que busca eliminar las impurezas del agua, lo que es posible gracias a que el filtro de seguridad ha unido y ensanchado las partículas. Así, durante el procedimiento de la ósmosis inversa se consigue eliminar las partículas que hay en suspensión.

“Para preparar la ósmosis hay que añadir unos productos anti-incrustantes para que los carbonatos de calcio y las sales solubles que lleve aún el agua para evitar que se traspase”, explica Juan Hernández. Después, se retirarán las partículas con una concentración superior a veinte micras.

“Tras los filtros de cartucho tenemos el conjunto turbo-bomba, con un motor eléctrico, una bomba y un sistema de recuperación de energía. Actualmente tenemos seis”, cuenta. Explica Hernández que a la hora de ampliar la producción se van a cambiar los sistemas por unos recuperadores isobáricos.

Las explicaciones técnicas se entregaron en la sala de control, el lugar que ejerce como corazón de la instalación, espacio en el que hay permanentemente un profesional encargado de coordinar que todo esté correcto y realizar las tareas necesarias para un funcionamiento que no se detiene en las 24 horas del día. Solo durante dos o tres horas al mes se deja de recibir agua para realizar tareas de mantenimiento. “El agua más cara es la que no se tiene”, ese fue el lema que se expuso al final de la jornada pero que sirvió para resumir toda la mañana de los comuneros, que plasmaron todas sus dudas ante los profesionales de la desaladora levantina y el propio López.

Antonio López explica algunos de los proyectos de la CUCN.
Antonio López explica algunos de los proyectos de la CUCN. / Marian León

La superficie instalada en el municipio carbonero, que piensa ya en ampliar sus instalaciones con un parque fotovoltaico que le permita funcionar en mayor medida gracias al sol, da servicio tanto al Levante como al Campo de Níjar. Es el consumo eléctrico uno de los datos más apabullantes, pues la superficie precisa de cuatro kilovatios por cada metro cúbico. En cuanto a lo hídrico, cada día recoge del mar 266.667 hectómetros cúbicos, de la que tiene la capacidad para convertir en sus instalaciones aproximadamente un 45%, lo que implica que sale de la desaladora tras haberse completado el proceso 120.000 hectómetros cúbicos por día. Son algunos de los datos ofrecidos por el profesional de AcuaMed que se encargó de dirigir la visita, Juan Hernández, responsable de operaciones de la planta.

MEJOR QUE EL TRASVASE

Antonio López incidió en todo momento en las soluciones que plantea el agua desalada a la hora de facilitar el riego a los agricultores de la provincia y pidió apostar por estas instalaciones antes que por otras soluciones como el famoso trasvase desde el río Ebro. “No nos puede faltar agua en la costa, para eso están las desaladoras y la tecnología”, destacó el dirigente de la CUCN ante los diferentes comuneros, en torno a una treintena, reunidos para la expedición. “Para traer el trasvase del Ebro mejor pones una desaladora y aprovechas el agua del Mediterráneo, es más económico”, aseguró.

DOS DESALADORAS

Instalaciones de la desaladora.
Instalaciones de la desaladora. / Marian León

La desaladora de Carboneras funciona realmente como si fueran dos independientes, con capacidad para albergar cada una 60.000 metros cúbicos. La entrada se produce con una toma a un kilómetro de la costa y a 38 metros de profundidad, lo que permite una mayor estabilidad en la temperatura y menos turbidez respecto a cuando la entrada se hacía a través del Puerto de la localidad carbonera, una solución para tener mayor capacidad en cuanto a la producción.

Tras la entrada en la planta, el agua pasa a un desalinizador, una zona con seis canales de setenta metros de largo, espacio en el que el agua pierde la velocidad y se realiza un primer tratamiento, evitando la arena en suspensión o los corales. Luego pasa a siete bombas, con un caudal aproximado de mil metros cúbicos por hora, donde se somete al primer pre-tratamiento y se le añaden los primeros componentes químicos para juntar las partículas de agua y que puedan ser detenidas por los filtros de arena, pasando posteriormente a los filtros de seguridad, con entrada y salida común. Todo ello se produce en la gigante nave con la que cuenta la planta desaladora.

DE SORBAS A RETAMAR

Explica Antonio López que el ámbito de riego afectado por el Campo de Níjar abarca un rectángulo que va desde Sorbas hasta un poco más allá de Retamar, antes de llegar al PITA. En una visita por las balsas, una vez dado un paseo por la planta desaladora, el dirigente de la CUCN mostró a los agricultores las balsas 3 y 4 así como señaló el emplazamiento en el que deberá ir la 10, una de las dos recientemente aprobadas, que deberá estar lista para finales del año próximo. “La balsa 10 podría devolver agua al norte si hay una rotura”, señaló a los visitantes. En el paseo compartió curiosidades y anécdotas con los visitantes.

La CUCN confía en que la balsa número ocho saldrá adelante pese a las quejas

Los regantes del Campo de Níjar tienen por delante una marabunta de proyectos en marcha que deben concretarse antes de que llegue el año 2026. Sobre uno de ellos, la balsa número ocho, Antonio López compartió, en el autocar que está realizando sus impresiones de cara a lo que está por venir en los próximos meses, cuando deben realizarse las obras que la hagan realidad. Así, el dirigente de la CUCN se mantuvo tranquilo y confiado ante el requerimiento judicial enviado por tres personas para frenar un proyecto que tiene a la maquinaria esperando para empezar a construir y cree que no habrá problemas legales para hacerlo realidad.

Son tres las balsas nuevas con las que contará la comunidad de aquí a un año y medio. La idea es empezar a llenar la número ocho a finales de 2024 y tener listas la número nueve y diez un año después, en los últimos meses de 2025. Unas obras que vienen a reafirmar el objetivo de anticiparse a futuros escenarios de escasez hídrica en la zona y a apostar por el almacenamiento para la agricultura. En la misma línea, López demandó amplitud de miras a los responsables de gestionar el agua en las diferentes administraciones para tener un plan completo de cara a evitar problemas mayores en un futuro. “Nadie se ha procurado de almacenar agua para el abastecimiento” , criticó, antes de afirmar que “cualquier obra importante hay que pensarla cinco años antes, no vale cuando no llueve”.

En relación a los proyectos que tiene por delante la CUCN, uno fundamental. La última Asamblea General de la Comunidad de Usuarios del Campo de Níjar aprobó ampliar la sede para incorporar en la segunda planta un salón de actos en el que se puedan celebrar distintas sesiones de formación así como actos de la entidad. No hay una fecha clara de cuándo podría materializarse pues, aún habiendo sido aprobado ya por la Asamblea General, depende la obra aún de los permisos que la administración le otorgue.

stats