La crisis del limón: 'Si la vida te da limones, haz limonada'
Citricultura
La llegada de la primavera obliga a los citricultores a cortar el fruto para que pueda prosperar la flor de cara a una nueva campaña
Por los suelos. Y no sólo en lo referente al precio, si no en el sentido literal de la palabra. Así es como están los limones en el momento que esta cronista visita una de las pequeñas fincas de cítricos del medio Andarax, una zona en la que tradicionalmente la agricultura ha estado basada en este tipo de producto agrícola. Por ello, Juan Alcaraz recibe a cronista y fotógrafa en el municipio de Instinción, donde lleva más de 20 años apostando por el amarillo con una finca de limones. Es uno de los agricultores de limones que están dejando pudrir sus cosechas en los árboles. Simplemente, no les compensa recogerlas.
La imagen en el valle es colorida a la par que desoladora. A la llegada del mes de abril, los limoneros todavía están cargados de fruto debido a la problemática que ha sacudido al sector durante toda la campaña. Una época en la que habitualmente los árboles están vacíos, esperando para el cuaje de un nuevo fruto con la llegada de la primavera.
Este cítrico es uno de los productos que más convulsión ha vivido en los últimos meses, desde el inicio de su campaña a comienzos de otoño. Los precios este año para el limón este año se han situado muy por debajo del coste de producción lo que ha llevado a los agricultores en la mayoría de los casos a abandonar sus fincas, según explica Juan Alcaraz, que recoge sus limones “por obligación”.
Cómo él, la mayoría de agricultores optaron en su momento por no recolectar el producto ya que el trabajo no era en ningún caso rentable. “El limón se ha estado pagando a tres céntimos el kilo, por ese dinero no merece la pena venderlo, ya que supone un gasto el hecho de contratar trabajadores, envasar el producto, transportarlo…etc”, explica Juan.
Ahora, con la llegada de la primavera, el problema se agrava aún más, y es que es el propio árbol el que obliga a Juan, al igual que ocurre con sus colegas de profesión, a recolectar los limones “para tirarlos a la basura”. “Llevaros cuantos queráis, si total, son para tirarlos”, indica mientras invita a las presentes a cosechar ofreciendo una bolsa que saca del bolsillo. Y es que, según explica Alcaraz, “no se puede dejar el limón en el árbol porque la flor viene detrás, y si no los recolectas, la propia planta elimina la floración porque por sí mismo no es capaz de aguantar la cosecha vieja más la que esté por venir. Por eso he empezado a cortarlos, para que al año que viene pueda tener cosecha”.
La abundancia de limones en las ramas presenta también otra de las grandes problemáticas. El exceso de fruta, en ocasiones provoca daños importantes en la estructura del árbol. “Estos limoneros, como todos los que ves en la zona, deberían estar limpios y preparados para el próximo año, pero en cambio se encuentran sobrecargados y dañados”, apunta Juan. Además, el peso adicional de los limones hace que cuando llega un temporal como el de hace unas semanas, que en la mayoría de ocasiones tiene al viento como protagonista, puede terminar volcándolos y causando aún más daños.
En este momento, limón y flor conviven en el mismo árbol. Los motivos por los que el paisaje aún se tiñe de amarillo en esta época del año son claros, unidos a un intento por esperar el repunte de precios que “nunca llega”.
A donde sí ha llegado el incremento de precios es al consumidor final, que cada día es víctima de la inflación en los productos básicos suponiendo una labor cada vez más costosa la de llenar el carro de la compra. El limón, según el último informe del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de los alimentos, difundido por la organización agraria COAG, ha sido el producto agrícola que más se ha encarecido del campo a la mesa. Hasta 14 veces y media su precio.
Los consumidores, según el IPOD, pagaron en el mes de marzo 1,89 euros por un kilo de limones, mientras que el productor recibió 0,13 céntimos a la hora de comercializarlo, esto se traduce en un incremento de precio del 1354%. “No tengo ni idea de donde va el dinero, imagino que al intermediario”, declara Juan Alcaraz al ser conocedor, de parte de esta cronista, de estos datos publicados recientemente.
El sector citrícola es sin duda uno de los más perjudicados este año, y por ello Juan Alcaraz considera de vital importancia revertir la situación. “sin movimiento en el mercado, poca demanda de producto, y la presencia cada vez mayor de competencia de Países Terceros, sumado a unos precios de coste para el agricultor insostenibles y muchas trabas burocráticas, hace que se ponga muy cuesta arriba la rentabilidad. Si a todo esto le apostillamos un precio vergonzoso, sólo dan ganas de cortar el limonero por el tronco”.
La paradoja de este cultivo, es la de su producción. En una época de sequía, este no se ha visto apenas afectado por una la falta de recursos hídricos que, en Andalucía, y concretamente en la provincia almeriense es una de las grandes problemáticas, si no la más importante. Las cosechas han sido buenas, y los agricultores lamentan la caída en los precios durante un año que se esperaba de grandes beneficios.
‘Si la vida te da limones, haz limonada’ es uno de los refranes para ver la vida con optimismo, un optimismo vital al que tienen que acogerse todos aquellos que dependen de un producto al que ha azotado una crisis para la que no se esperan demasiadas soluciones.
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