“Me crié debajo de una mata de tomate en la mejor tierra, Níjar”

Entrevista

Carmen Ferre, una enamorada de su pueblo y del sector agroalimentario.
Carmen Ferre, una enamorada de su pueblo y del sector agroalimentario.

Níjar es su patria y la agricultura su gran pasión. Carmen, técnico de Hortofrucoop, se recuerda siempre pegada a una mata de tomate. Primero en el invernadero familiar, después en el propio y finalmente en su actual trabajo, aconsejando a los agricultores. Lo suyo es vocación, poca gente habla con más orgullo de su profesión... y de su tierra, de su campo de Níjar.

Pregunta.–¿Por qué técnico y no agricultora?

Respuesta.-Soy técnico ye he sido agricultora. Hasta hace poco, tenía mi finca y se la pasé a mi hermano. Tenía claro que era fundamental tener una base científica, una base de manual, de libro, que se uniera a los conocimientos que nos legan nuestros mayores, que son muy importantes. Una vez que terminas la carrera, te das cuenta que realmente lo que te van enseñando es la práctica, pero por lo menos esa versión teórica tenedla también cuenta. Me decidí por ser técnico porque me gustaba este mundo, me gusta mucho la agricultura. He estado trabajando en distintas empresas y ahora estoy en Hortofrucoop. Soy de Níjar, he trabajado siempre en empresas de Níjar, Campohermoso, San Isidro... 

P.–Lo ha mamado desde chiquitilla.

R.-Sí, totalmente, es mi vocación y, además, puedo trabajar en mi tierra, Níjar. Personas que se van, personas que se quedan, pero como trabajar en mi casa no hay nada.

P.–¿Qué cultivo tenían en casa?

R.-Tomate, siempre hemos tenido tomate. Al principio también teníamos pimiento y melón, pero eso ya estamos hablando de cuando yo era muy chica. Lo que más ha trabajado mi familia ha sido el tomate. Ahora mis padres ya están jubilados. En mi finca yo también tuve tomate para el ciclo de invierno y sandía para primavera. 

Se pasa muy mal cuando llegas a una finca cargada de virus y tienes que decirle al agricultor que arranque”

P.–¿En qué consiste su día a día?

R.- Pues actualmente lo que hago es asesoramiento técnico, visitas al campo. En Coprohnijar y en Agroponiente también estaba en tema de campo y calidad, todo lo referente a las certificaciones de calidad. Sin embargo, ahora estoy más enfocada al trabajo de técnico de campo: ir pasando por las fincas viendo las problemáticas que hay en el campo y dando asesoramiento técnico.

P.–¿Mayor problemática con los virus o con la sequía?

R.-Podríamos dejarlo al 50% porque es verdad que el tema de agua, con toda la problemática que ha habido al principio de campaña, nos preocupa mucho, hemos ido muy justos. Por su parte, los virus son algo que están ahí y tratamos de poner todos los medios físicos para que las plagas no nos compliquen mucho la vida. No tenemos muchas más herramientas, el uso de fitosanitario es muy difícil. Además, con todo lo que se avecina con el Reto del 2030, las reestricciones que va a haber de materias activas van a ser mucho más severas. Pienso que poco a poco, Almería volverá a reinventarse como siempre ha hecho. Ahora nos tocará ahorrar, seguir trabajando para adaptarnos a los nuevos tiempos que vienen para la agricultura.

Una tomatera que "se pone las pilas" con el cultivo de pepino

El tomate es el principal producto con el que ha trabajado Carmen en su vida profesional. Sin embargo, en los últimos meses también está tocando temas relacionados con el pepino, otro de las grandes estrellas del campo almeriense. “No lo conocía hasta ahora porque siempre he trabajado con tomate. Ahora estoy empezando a trabajar mucho con pepino y me llama bastante la atención. Estoy poniéndome las pilas, aprendiendo. Recuerdo que mi padre lo ponía, cuando el agua era mejor que la de ahora, entonces se podía cultivar pepino sin problema, Ahora, con el agua desalada, se está volviendo a cultivar otra vez porque el pepino es una plantación que no quiere aguas salinas”, explica una Carmen que además de la agricultura, tiene hobbies deportivos: “Me gusta mucho el deporte y los fines de semana que puedo, me escapo a la montaña para hacer senderismo. No paro, salgo del campo de cultivo y me meto en el campo, campo, a prácticar alguna deportiva para llevar una vida saludable”, acorde con los valores de la agricultura.

P.–¿Es doloroso llegar a un invernadero y decirle al agricultor que tiene que arrancar por la virosis?

R.- Sí, mucho. Se pasa muy mal porque sabes el coste económico, el coste humano y el coste personal que conlleva la profesión de agricultor. Cuando toda tu familia depende del cultivo y el virus ha arrasado todo, te levantas por la mañana y dices: “Bueno, ¿y ahora qué?; ¿ahora de dónde saco yo para darle de comer a mi hijo?”. Es muy duro cuando llegar a una plantación y escuchar al agricultor que te dice que va a arrancar su cultivo. Te encoges de hombros y no sabes qué decirle. 

P.–Su familia lo habrá sufrido en carne propia.

R.-Claro. Nosotros teníamos tomate, normalmente hemos cultivado pera. Yo he llegado a coger sólo tres ramos y tres ramos de muy mala calidad por culpa del virus. No te queda otra que resignarte. Bueno, veremos a ver la campaña cómo viene la presente campaña, que la campaña fue complicada.

P.–¿Qué tiene Níjar para sacar los mejores tomates de Europa?

R.-El agua, por la salinidad que tiene, por su conductividad. Además, aquí se cultivan muchísimas variedades que son increíbles de sabor.

P.–Algún truco tendrán los productores...

R.-El que planta tomate raf, que es la estrella del campo de Níjar, no te va a revelar sus trucos. Es como un buen cocinero, que no te da pistas de sus recetas.

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