Los costes marcan la caída de las perspectivas en el sector cárnico

Almería/La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE) y la banca cooperativa Cajamar presentaban, en el marco de la asamblea de ANICE celebrada esta semana, los resultados de la séptima edición del ‘Barómetro ANICE-Cajamar de la industria cárnica española’, en este caso correspondiente al segundo semestre de 2021 en el que se incluyen las previsiones para el primer semestre de este mismo año. El barómetro, de carácter semestral, es un instrumento de medición de la industria, en el que se recoge el punto de vista de las propias empresas y aporta información objetiva y conocimiento sobre las tendencias del mercado cárnico, constituyéndose como el índice de confianza de la industria cárnica española.

Las perspectivas para el primer semestre de 2022 del Índice de Sentimiento de la Industria Cárnica Española (ISICE) estimaban una caída del 20,7% respecto al semestre anterior. “No obstante, a pesar de la reducción, al comparar los resultados con la evolución del ISICE en el tiempo podemos hablar de datos positivos por tratarse de niveles prepandemia”, cita el documento, que se elaboró en los días previos a las navidades, por lo que la incertidumbre respecto a la aplicación de las restricciones vinculadas a la COVID-19 tuvo su impacto; asimismo, el conflicto en Ucrania estaría aún por llegar.

Respecto a la cifra de negocio prevista para este primer semestre de 2022 se apunta un valor inferior a la del último semestre de 2021. En línea con la sensación que traslada el ISICE, para las empresas encuestadas a finales de 2021 existen unas perspectivas peores, probablemente por las estimaciones al alza de los costes de producción. El 64,8% de las empresas encuestadas respondieron que durante el segundo semestre de 2021 su cifra de negocio había aumentado respecto al inicio de año. No obstante, esta cifra se reduce hasta el 47,9% en las empresas que esperan seguir mejorando sus cifras de negocio. Otra forma de verlo más optimista es que solo el 16,9% de las empresas encuestadas esperan reducir sus cifras de negocio de cara a 2022. En línea con las menores cifras de negocio, el número de empresas que prevén reducir sus stocks ha crecido con respecto al año anterior.

Sobre las materias primas se ha pasado de un escenario de incertidumbre e inicio de incremento de los precios de las materias primas (donde el 42,8% de las empresas habían aumentado los precios) a un escenario de precios de las materias primas disparado (donde el 87,3% mantiene las expectativas de que sus costes se incrementarán). Al mismo tiempo, las respuestas deflacionarias marcan sus mínimos con un 1,4 % del total que opina que se reducirán sus costes.

Un dato positivo viene dado por la inversión. El número de empresas que va a realizar inversiones en los próximos meses alcanza el 77,5%, la cifra más elevada desde que se realiza el barómetro.

Por otro lado, al sector le preocupan los costes vinculados a las nuevas regulaciones y burocracias administrativas (17%) y la debilidad de la demanda (14%), esto podría responder a la reducción de la demanda China, pero a su vez, en el documento se vincula a la debilidad del consumo interno. Finalmente, los resultados trasladan la preocupación por el crecimiento de los costes eléctricos: una de cada tres empresas encuestadas ha aumentado el coste de energía eléctrica en un 5% sobre la cifra de negocio.