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El control de la humedad y la salinidad del suelo, claves

Expertos analizan los retos del sistema productivo almeriense en relación al agua y las posibles soluciones. El objetivo, optimizar el uso de este recurso en el invernadero

El control de la humedad y la salinidad del suelo, claves
Elio Sancho

28 de julio 2018 - 02:31

El agua. Ese recurso escaso y tan necesario para la vida, se torna en un factor vital, casi de vida o muerte, en el caso de la agricultura almeriense. Tener acceso garantizado a este recurso de forma estable, continua en el tiempo y a un precio razonable es fundamental, así como su óptimo aprovechamiento para el riego de las explotaciones. Esta semana, la Estación Experimental Cajamar, en Las Palmerillas, ha acogido la jornada técnica agroalimentaria 'Innovación y gestión sostenible de los recursos hídricos', organizada por Cajamar y Coexphal, en las que se han presentado las distintas iniciativas en las que está involucrada la cooperativa de crédito almeriense y que suponen una apuesta decidida por la transformación del modelo de gestión del agua, ayudan a sumar esfuerzos, articular a los diferentes actores y, sobre todo, a avanzar hacia soluciones que garanticen la sostenibilidad del recurso en cantidad y calidad suficientes.

La innovación en torno a la optimización y uso eficiente del agua ha formado parte del ADN de Cajamar desde sus orígenes, y actualmente sigue marcando el pulso diario y la metodología de trabajo de sus centros experimentales. Un ejemplo de ello son los proyectos en los que participa la caja actualmente en estrecha colaboración con actores del sector agroalimentario (empresas, organizaciones sectoriales, universidades, centros de investigación etc.).

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En concreto se presentaron cuatro grupos operativos relacionados con el manejo eficiente del agua de riego y uso de agua regenerada y que están financiados con fondos Feader (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural) mediante los Programas de Desarrollo Rural (2014- 2020) del Gobierno de España y de la Junta de Andalucía. Estos grupos, en los que se encuentra Cajamar, son: Automarriego, sobre gestión automática del riego y fertirriego en cultivos hortofrutícolas; gestión sostenible del agua de riego en frutas y hortalizas bajo plástico en el poniente almeriense; Optagua: control de agua regenerada para uso agrícola: seguridad alimentaria y comercialización; y Aqua 4.0: gestión eficiente y sostenible del agua en frutas y hortalizas através de herramientas innovadoras.

Estos grupos operativos, a través de la ejecución de proyectos de innovación, buscan las sinergias entre diferentes actores vinculados al sector agrario para promover la transferencia y la innovación en las explotaciones agrarias. Así, agricultores, asesores, científicos, empresas y otros colaboradores relacionados trabajan juntos para tratar de encontrar soluciones prácticas a problemas específicos a los que se enfrenta la gente en los sectores agrícola y forestal en el ámbito europeo.

Recientemente Cajamar, con la financiación de la Fundación Incyde, ha puesto en marcha el programa de emprendimiento 'Incubadora de alta tecnología especializada en innovación y gestión sostenible de recursos hídricos'. El objetivo del mismo se centra en el desarrollo de soluciones que revolucionen la experiencia en la gestión y el uso del agua, generando empresas viables que tengan la sostenibilidad como base y apoyando cualquier iniciativa que contribuya a optimizar el uso de agua, todo ello gracias al apoyo de Fondos Feder.

También se presentó el I Salón de Innovación y Tecnología del Agua (H2Orizon), que se celebrará en Sevilla del 19 al 21 de septiembre de 2018, donde empresas, organizaciones sectoriales, grupos de investigación, proveedores de servicios y clientes se encontrarán para mostrar sus avances, innovaciones y tecnologías al objeto de contribuir de manera decisiva a la mejor gestión de este valioso recurso.

Como colofón a la jornada se desarrolló una mesa redonda en la que se abordaron los principales retos que tiene por delante el sistema productivo almeriense en relación al agua, así como las posibles soluciones. En este sentido, resulta necesario estimular la adopción generalizada por parte del agricultor de herramientas para el control de la humedad y la salinidad del suelo, con el fin de optimizar el uso del agua a nivel de finca. Una iniciativa interesante es la evaluación de la huella hídrica en explotaciones comerciales, de forma que la comparación entre agricultores los estimule a mejorar. Sin embargo, para hacer frente al enorme déficit hídrico que existe en la provincia de Almería, serán necesarias medidas adicionales. El plan de recuperación del acuífero del Poniente es un ambicioso proyecto que ya ha empezado a andar que permitirá compaginar la sostenibilidad de los recursos hídricos con la consecución de un precio del agua asequible para el agricultor. Dicho plan pretende reducir las extracciones del acuífero inferior en cantidad suficiente y sustituirlas por recursos hídricos alternativos, como son el agua superficial procedente del pantano de Benínar, el agua bombeada del acuífero superior, el agua desalobrada de la Balsa del Sapo, el agua desalada procedente de la desaladora de Balerma y el agua residual urbana regenerada. Se espera que la conjunción de todos estos recursos permita revertir la situación y conseguir la recuperación del acuífero, que se encuentra en la actualidad severamente afectado por fenómenos de intrusión marina y salinización.

Propuestas ante la escasez

Apuntaba Roberto García Torrente, en un artículo publicado en el blog corporativo, con motivo del Día Mundial del Agua, algunas soluciones ante la escasez de agua: mejorar las infraestructuras de almacenamiento y distribución para evitar las pérdidas no deseadas; optimizar el consumo humano, de la industria y, muy especialmente, de los cultivos: la digitalización del agro puede servir para medir la demanda real de los cultivos y aplicar solo la cantidad que va a ser aprovechada; otros sistemas de almacenamiento de agua en épocas de abundancia; incorporar fuentes no convencionales de suministro y, muy especialmente, la desalación como alternativa para las zonas costeras; facilitar la integración de las energías renovables en todo el ciclo del agua; adaptar los modelos de gobernanza del agua, pues el modelo actual de los derechos de uso está basado fundamentalmente en criterios históricos, cuando se podría gestionar en base a criterios de utilidad social, ambiental y económica, partiendo del principio de que un buen uso permitiría disponer de recursos suficientes para todos.

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