Cerca de 300 personas piden reconsiderar la expansión de renovables
Infraestructuras para energías renovables en Almería
Una movilización en la capital muestra el temor ante unos proyectos que alcanzan las 42.000 hectáreas
Almería/Mucho se habla en estos últimos tiempos de la Transición Justa y esos planes que los almerienses conocen bastante bien y en el municipio de Carboneras más aún, pues será una de las beneficiarias de los proyectos aprobados que impulsen una economía más verde tras el cierre de la central térmica del municipio en ese proceso de descarbonización en el que se encuentra inmerso el país. Sin embargo, cada vez son más las personas que ven como las infraestructuras que deben surtir de esa energía limpia todos esos proyectos están comenzando a implantarse, entienden, de manera indiscriminada y que dicho fenómeno, donde se desarrollan grandes infraestructuras tiene y tendrá un importante impacto tanto ambiental como social.
Precisamente, la provincia de Almería es uno de los grandes nichos para este nuevo ‘mercado’ de las renovables, y cada vez proliferan más las plantas solares y eólicas, además de los proyectos que están por venir.
En este contexto, el colectivo a nivel nacional Alianza Energía y Territorio ‘Aliente’ ha celebrado este miércoles por la tarde una movilización con marcha incluida que ha congregado a cerca de 300 personas y que ha recorrido el paseo marítimo de la capital desde el Parque de las Almadrabillas hasta el Palmeral con el acompañamiento del grupo de actuación teatral Antagon para condenar que en Almería ahora mismo hay proyectadas plantas fotovoltaicas y eólicas que ocuparán unas 42.000 hectáreas, muchas de ellas en zonas de gran valor ambiental, patrimonial y de identidad almeriense, como el citado Campo de Tabernas, la Sierra Alhamilla, Lucainena de las Torres, el entorno del Parque Natural Cabo De Gata-Níjar, el entorno del Yacimiento de los Millares, Sierra de Filabres, entre otros.
Así, desde Aliente no están en contra de las renovables, todo lo contrario, pero sí entienden que es necesario un modelo distribuido, basado en el ahorro y la eficiencia energética, prevaleciendo el autoconsumo y el fomento de las comunidades y cooperativas energéticas, aprovechando la oportunidad de democratizar la producción de energía, minimizando sus impactos y luchando eficazmente contra la emergencia climática y la pobreza energética.
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