Los comercios de Retamar sufren una oleada de robos: "a mi me acuchillaron hace un mes"
Los robos se repiten de manera similar en casi una veintena de negocios de la misma zona, todos pequeños comercios y tanto de madrugada como a plena luz del día
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Atemorizados. Así es como se encuentran los comerciantes de Retamar-El Toyo desde hace poco más de un mes y medio cuando comenzaron a sucederse una oleada de robos que han acabado con la tranquilidad de la zona, conocida por ser un lugar apacible de pequeños comercios, vida vecinal, y turismo en verano. Ahora, empresarios y vecinos, miran con desconfianza cada rostro desconocido que se cruza en sus calles. Y no es para menos.
Los robos se repiten de manera similar en casi una veintena de negocios de la misma zona, todos pequeños comercios: pizzerías, tiendas de alimentación, restaurantes, farmacias, bazares, gasolineras…y así una larga lista que por ahora no ve su fin.
El ‘modus operandi’ es siempre el mismo. Los atracos se producen principalmente en establecimientos atendidos por mujeres, a plena luz, sobre mediodía y en su horario de apertura. Algunos de ellos, a punta de cuchillo. Si en la plantilla de trabajadores observan que hay hombres, el robo lo llevan a cabo esta vez durante la madrugada.
“Estamos de cara al público y no sabemos si va a entrar un cliente que quiere un café o es alguien que quiere robarte el dinero”, explica Alba, camarera de la cafetería Tr3s C 's, uno de los locales que sufrió un robo hace algunas semanas. En este negocio, que lleva abierto 7 años y medio, nunca habían entrado a robar hasta ahora.
“No sabemos cuándo nos va a tocar”, apunta Alba, quien asegura que la sensación de inseguridad en sus propios negocios es algo que comparten todos los comerciantes.
En algunos casos, con suerte, los robos ocurren cuando el local está cerrado. Así lo relata Verónica, trabajadora de una tienda de empanadillas argentinas ubicada en la avenida de los Juegos Mediterráneos. “Fue un domingo, alrededor de las tres y media de la tarde. Yo ya me había ido y el local estaba vacío, pero los ladrones rompieron el cristal y se llevaron la caja con el dinero de la recaudación”, comenta. “El miedo más grande es que un día entren con un cuchillo o algo más”, añade, señalando que la inseguridad es una preocupación constante entre los trabajadores de la zona. “Yo venía de Argentina buscando tranquilidad y seguridad, pero ahora siento que estoy reviviendo lo mismo”, confiesa.
Y es que en algunas ocasiones se han llegado a registrar hasta tres robos en apenas 24 horas. Una pizzería fue asaltada en la madrugada, el estanco sufrió un atraco al mediodía, y el salón de belleza a primera hora del día siguiente.
En este último establecimiento, los ladrones entraron dos veces aunque sin éxito en el botín, siendo el único ‘atraco’ en el que hasta el momento hay que lamentar daños personales. En un primer intento de robo, un hombre armado con un cuchillo de cocina entró en el local de Carmen Belén pidiendo el dinero de la recaudación, pero la dueña lo ahuyentó rápidamente y no logró llevarse nada. La situación se volvió aterradora cuando, dos semanas después, volvió. Esta vez, Carmen Belén fue atacada con arma blanca, sufriendo heridas de gravedad repartidas por todo su cuerpo que pusieron en riesgo su vida.
“La primera vez que entraron me lo tomé a risa y me enfrenté a él consiguiendo que se marchara, pero la segunda vino directamente a por mí y no pude hacer nada”, explica la víctima, quien relata la historia con una entereza y una fuerza dignas de admirar. “De esta no te libras”, fueron las palabras que le dirigió el atracador antes de destrozar su local y lanzarse para ensañarse con ella, propinándole varias cuchilladas cuando trató de huir de su salón de belleza para pedir auxilio. Por suerte, la policía llegó a tiempo al lugar de los hechos junto a las asistencias sanitarias.
Ante esta preocupante situación, quienes hacen su vida en el barrio de Retamar-El Toyo reclaman más seguridad ciudadana, aunque aseguran que lo más importante es no dejar que les gane el miedo y tratar de buscar una solución junto a las autoridades pertinentes y las fuerzas de seguridad.
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