“La calabaza es un cultivo novedoso que tratamos de introducir en Almería”

Entrevista

Mayka Manzano, licenciada en biología, es genetista de la parte de cucurbitáceas de Beyond Seeds

La mejora genética, su día a día, es unos de los grandes avances del campo para perfeccionar las resistencias

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Mayka muestra unos ejemplares de cebollino.
Mayka muestra unos ejemplares de cebollino.

Estudió biología por la rama sanitaria, pero conforme avanzaba en la carrera y volvió a Almería, comenzó a interesarse en el I+D aplicado a la agricultura: “ver qué se podía mejorar, qué se podía implantar nuevo, salir de la zona de confort de los cultivos tradicionales”, dice. Sabe bien que la mejora genética es una manera de estar a la vanguardia del sector económico más importante de la provincia y ahí está ella aportando su “granito de arena”.

Pregunta.–¿Qué es la mejora genética?

Respuesta.-Es tanto hacer cruces con especies que puedan dar un híbrido de interés comercial, como coger variedades que ya existen y adaptarlas a condiciones nuevas, ya sean climatológicas, de invernadero... Adaptarla a cualquier necesidad que haya para el cultivo.

P.–Es asombroso que el campo almeriense tenga un nivel tan alto de innovación.

R.-Sí, se hacen muchísimas cosas. Y lo mejor es que queda todavía muchísimo camino por recorrer.

P.–¿Cómo se hace la mejora genética, cómo se adapta un cultivo a las condiciones extremas, por ejemplo, que hay en verano en los invernaderos de la provincia?

R.-Se buscan variedades silvestres o que crecen en otras zonas, como puede ser Sudamérica o África, y las sembramos aquí. Las vamos estudiando y analizamos las condiciones que tienen y si cumplen las características que buscamos: resistencia a sequía, resistencia a salinidad... Se seleccionan las que sobreviven a esas condiciones. Si, además, tienen varios genotipos que te interesan, puedes cruzarlos entre ellos y el híbrido que se genera, estudiarlo para ver si tiene las características de ambos parentales, que se reúna todo en una sola planta.

P.–Imagino que se quedarán también muchas variedades por el camino, ¿qué se hace con ellas?

R.-No es tan sencillo encontrar una variedad ideal. Muchas veces, a lo mejor vas buscando un objetivo y encuentras otras líneas por el camino que puedes enfocarlas a otros mercados o a otro tipo de producto. Otras veces se quedan ahí guardadas en colecciones, sin avanzar, por si en algún momento se necesitan rescatar. Esto ocurre cuando no se adaptan a lo que se necesita o no tienen salida comercial, rendimiento...

Se buscan resistencias a enfermedades, virus, plagas, y también resistencia a la sequía y a la salinidad”

P.–¿A qué responden los nombres técnicos que se les ponen a las variedades antes de ser comerciales y una vez que dan el salto al mercado?

R.-Al principio simplemente se codifican porque son materiales genéticos que se intentan proteger para que no hagan competencia desleal otras empresas. Después, cuando dan el salto al mercado, se intenta buscar un nombre comercial al producto que se ha desarrollado, que lo represente. Ahí ya entra a jugar el márketing.

P.–Supongo que últimamente se están buscando resistencias a la sequía y a las plagas.

R.-Sobre todo resistencias de virus, plagas, enfermedades, tema de sequía y tema de salinidad también. Hay muchas zonas, como ocurre en Níjar, donde los suelos y el agua para el riego son muy salinos, y se buscan variedades que tengan tolerancia a esas condiciones para que no se vea afectado el rendimiento del cultivo.

P.–¿Cuáles son las principales cucurbitáceas con las que trabaja?

R.-Aquí en Almería lo que más se trabaja es el melón, la sandía, el calabacín y el pepino. Por mi parte, en Beyond Seeds yo estoy especializada en calabaza.

P.–¿Hay calabaza en Almería? No es un cultivo tradicional de esta tierra.

R.-Es un cultivo novedoso, que estamos intentando introducir poco a poco, sacando nuevas variedades que puedan encajar. Se hace para dar una alternativa de cultivo a esta zona, para que los agricultores no sólo se vayan a los tradicionales.

En la zona de Níjar hay cultivos de hace muchos años, pero al agricultor le gusta probar productos y variedades nuevas”

P.–¿Cómo se consigue esa implantación?

R.-Intentamos hacer siempre dos programas paralelos, tanto para el invernadero almeriense como para zonas de aire libre, como pueden ser Argentina, Uruguay u otros países.

P.–Mayka está en la finca, pero también tiene horas de oficina. Supongo que prefiere el invernadero.

R.-Al final mi trabajo es conocer las plantas, ver cómo van creciendo y cómo se van desarrollando. Estoy el día a día a pie de finca y eso es lo que realmente me enriquece.

P.–¿Y la reacción del agricultor cuando le proponéis alguna variedad nueva o, como es su caso, que pruebe con la calabaza? 

R.-Me ha sorprendido, creía que en esta zona [trabaja principalmente por la zona del campo de Níjar] había cultivos establecidos ya de hace muchos años, pero hay agricultores que les gusta innovar, probar variedades nuevas para no tener siempre la misma dinámica y rotar los cultivos. Tienen algún invernadero que siempre dejan reservado para hacer estos ensayos y tienen buena acogida. Es verdad que luego hay que trabajar de la mano con ellos para ir mejorando las variedad y el manejo, pero acogen bien las propuestas. 

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