Las balsas de agua y los setos, hábitats para conseguir depredadores naturales
Un estudio del Ifapa demuestra que los arbustos y las albercas de riego del Poniente impulsan la proliferación de una gran fauna auxiliar: las libélulas
En diciembre de 2015 se estableció una red de setos con plantas arbustivas autóctonas en el entorno de varios invernaderos del centro de I+D que el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa), dependiente de la Consejería de Agricultura, posee en La Mojonera.
Estas plantaciones constituyen medidas para mejorar la biodiversidad en el paisaje de la horticultura intensiva. Uno de los grupos de insectos que se pueden beneficiar de estas actuaciones son las libélulas, que aparecen de forma espontánea sobres estas plantas y que tienen hábitos depredadores y, por lo tanto, se convierten en aliadas estratégicas de los cultivos bajo plástico.
El Ifapa acaba de publicar, a través de su Plataforma de Asesoramiento y Transferencia del Conocimiento Agrario y Pesquero de Andalucía, Servifapa, el 'Estudio de Diversidad en laHorticultura Protegida: Libélulas (I)', un documento científico-técnico elaborado por Mª Estefanía Rodríguez Navarro, Carmen Mª Robles Vallet, Sergio Martín Serrano y Mª Mar Téllez Navarro, que recoge que el uso de vegetación arbustiva autóctona aumenta la abundancia y diversidad de depredadores y parasitoides de plagas en el entorno de los invernaderos. Constituye una herramienta ecológica que mejora, a largo plazo, el control biológico natural, y en última instancia, reduce la entrada de plagas al interior de los invernaderos.
En 2017 se observó la instalación de libélulas (orden Odonata) en estos setos. Las libélulas se sitúan en la parte alta de la cadena trófica, son depredadores y bioindicadores de áreas bien conservadas y libres de contaminantes.
Por ello, el objetivo fue identificar qué especies de libélulas aparecen en el entorno de los invernaderos cuando se realiza una correcta gestión del hábitat mediante el uso de plantas autóctonas, resultando en un aumento de la diversidad y la sostenibilidad de este sistema agrícola.
El estudio señala que las libélulas son consideradas insectos beneficiosos porque desempeñan dos funciones principales. Por un lado, son insectos depredadores: en estado adulto son voraces depredadores terrestres, y como ninfas son excelentes depredadores acuáticos. Son buenos agentes de control biológico, especialmente en el caso de dípteros (moscas y mosquitos). El número de presas diarias consumidas por un adulto dependerá de su tamaño, pero en general consumen diariamente alrededor de un 30% de su peso en insectos. Por otro lado, son bioindicadores: se ha comprobado que son buenos indicadores de la biodiversidad de una zona, y también aportan información muy importante sobre el estado de conservación de los hábitats. Como sus ninfas son acuáticas, son insectos íntimamente ligados a ambientes acuáticos, por lo que su presencia aporta información sobre la calidad del agua de la zona.
"Las comarca agrícola del poniente de Almería, concentra una gran cantidad de puntos de agua que pueden actuar como lugares de reproducción de los odonatos. Estos puntos de agua se corresponden con balsas artificiales utilizadas para regar los cultivos hortícolas de invernadero. El establecimiento habitats semi-naturales en el entorno de los invernaderos del Centro Ifapa La Mojonera ha generado pequeños hábitats de caza y refugio para este grupo de insectos beneficiosos, lo que ha incrementado su abundancia y ocurrencia natural. Por lo tanto, estrategias que mejoren la diversidad en el paisaje agrícola de invernaderos, como el establecimiento de flora nativa arbustiva, mejora las oportunidades ambientales para las libélulas. El papel de estos insectos en el control de plagas de invernadero debería ser estudiado.
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