Antonia Ferrer: “Empecé con unos rosales y ya llevo media vida entre plantas ornamentales”

Entrevista

Antonia Ferrer es gerente de la empresa Solisplant y lleva más de cuarenta años dedicada a la innovación, el cultivo y la comercialización de plantas ornamentales

Antonia Ferrer, gerente de Solisplant. / Javier Alonso

ANTONIA Ferrer es una mujer valiente enamorada de las plantas que lleva más de 40 años como floricultora y dedicándose al mundo de los negocios dentro del sector de las plantas ornamentales. Es una de las pioneras en este ámbito, y hoy ya cuenta con más de 22 hectáreas de plantas convertidas en una de las mayores empresas que existen en la provincia. A sus 77 años no piensa en jubilarse si no en seguir al pie del cañón rodeada de flores y tratando de impulsar el sector ornamental a través de su carácter innovador y del cariño que cada día le pone a todo lo que hace.

–¿Cómo comenzaste en el sector de las plantas ornamentales?

-Muy pobre. Éramos solamente mi marido y yo, y plantamos al principio unos rosales. Realmente, nosotros por aquel entonces vivíamos de la agricultura, teníamos pimientos y otras verduras pero a mi no me gustaba. Entonces empezamos a plantar algunas plantas, poco a poco y cada vez fuimos avanzando a más comprándolo a otros compañeros. Una vez estuvimos en una feria de Valencia, y fue allí donde me fijé en el mercado de Holanda que me dio muy buena espina, así que le dije a mi marido que preparara un viaje que íbamos a Holanda para comprar algunas más y conocer su oferta. Desde entonces, empezamos a visitar el país de manera regular haciendo un gran sacrificio casi una vez al mes para comprar. De eso hace ya 40 años, y ahora nos las mandan hasta aquí.

–Casi media vida dedicada a las plantas, ¿no piensa jubilarse?

-Llevo 40 años en el sector y no tengo ganas de jubilarme, en unos días cumplo 77 años y no me lo planteo por el momento. Aquí estoy desde las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche cada día. No me puedo jubilar, tenemos a 150 personas trabajando que dependen de mí. Mi hijo se encarga de hacer los pedidos desde la oficina, y yo soy la que dirijo todo lo demás y estoy en la venta directa con el cliente, que por lo general cuando llega a la empresa siempre pregunta por mi.

–¿Cuál es la flor que más se demanda?

- Aquí pues la flor de Pascua, por supuesto. Aunque esta campaña no supone grandes ingresos pero es una planta que tiene mucha carga sentimental por lo que significa la Navidad para todos. Y bueno, se venden en general de todo tipo de plantas. El Geranio y el crisantermo se han vendido muy bien para los santos. Otra de las grandes demandas es la de la Dipladenia, el año pasado hicimos en tres días para un cliente de Alemania 63 trailers, y este año me ha triplicado el pedido.

-Y a ti, ¿Cuál es la flor que más te gusta?

-A mí la orquídea es sin duda la que más me gusta. Es una de las pioneras para nosotros y las tenemos de todos los colores. Cuando yo empecé traía una cajita en la que venían diez, las mismas que tenía que tirar porque no había demanda, la gente compraba las mismas flores siempre, las que conocían y no apostaban por que no estaban tan vistas.

–¿Cómo ha evolucionado el sector ornamental desde entonces?

- El sector ornamental ha crecido muchísimo en los últimos años, y en Almería lo ha hecho todavía con más fuerza con más gente que cada día apuesta por este tipo de cultivo. En aquella época había un gran desconocimiento, y podríamos decir que las floristerías solo trabajaban lo que conocían dejando por el camino muchas cosas que se pueden hacer. Ahora, por suerte se ha innovado mucho, existen plantas de todo tipo y colores como en el caso de los pascueros que contamos con hasta siete tamaños que se adaptan a las necesidades específicas de cada cliente, o como en el caso de la orquídea que las hay hasta de color azul gracias a la investigación de los mercados y la evolución del sector que no ha parado de innovar. Eso es lo que más me gusta de este ámbito, que nunca paras de pensar qué se puede hacer para mejorar o cuáles son las cosas que nos quedan por descubrir.

–¿Qué papel juega la mujer en este sector? ¿Cómo ha sido ser mujer y empresaria en este mundo agrícola?

-Al principio no gustaba mucho, y querían que fuese siempre mi marido quien estuviera al frente. Mi marido era muy trabajador y muy inteligente, pero después le faltaba un poco de carisma para la gente, yo soy mucho más cercana y pronto empecé a ganarme a los clientes. Ahora cuando llega la gente a la empresa o al invernadero todo el mundo pregunta por la Antonia para todo, porque se han acostumbrado a tenerme al frente y ver como hago mi trabajo, siempre rodeada de flores. En general, actualmente la mujer es un pilar muy importante, y la verdad es que para sembrar las mujeres poseen mejores habilidades.

–¿Es un trabajo muy sacrificado?

- Es muy duro, al que hay que dedicarle muchas horas. En este sector no hay vacaciones, porque la planta no te permite un día sin regalarla o sin darle sus cuidados, hay que estar muy pendiente. Por el contrario, en la agricultura si un día no puedes recoger los pimientos, lo puedes hacer al siguiente sin problema, pero en las flores no pasa igual porque hay que regar y sulfatar a diario porque el fruto es la propia planta.

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