ZOI pone en valor la grandeza agrícola del Bajo Andarax

Agricultura

Desde Pechina, esta empresa familiar mira con ambición al mercado internacional, con el orgullo de generar riqueza para su tierra

Está volcada en diferentes proyectos deportivos, sociales y educativos

Adelina Salinas, directora comercial de ZOI, sonriente ante uno de los pimientos en sus invernaderos.
Adelina Salinas, directora comercial de ZOI, sonriente ante uno de los pimientos en sus invernaderos. / Javier Alonso

Pechina/Pocas cosas hay en la vida que se hacen con más orgullo que trabajar por hacer grande a tu tierra, por ayudar a tus vecinos, por poner en valor las raíces familiares, que se encuentran en los pequeños municipios del interior de la provincia de Almería. La filosofía de ZOI es ésta: desde la internalización de una empresa agrícola, ayudar a recuperar el esplendor de una tierra que fue grande gracias a la uva o la naranja, y que vuelve a serlo por el desarrollo de la agricultura de invernaderos solares, como en el caso de los hermanos Salinas Clemente, entre otros agricultores de la zona.

Paco (ingeniero industrial), Antonio (licenciado en ADE) y Adelina (arquitecta), tres almerienses que vieron clara la oportunidad de diversificar sus negocios en la crisis del ladrillo y desarrollar un proyecto que devuelve el esplendor agrícola a la tierra de sus padres, que es la suya propia: el Bajo Andarax.

ZOI empezó con 17 hectáreas. La cosa iba bien y ampliaron 8 más. Bien es poco, muy bien gracias a su trabajo y al excelente equipo humano, que era el mismo que tenían en sus constructoras y se reciclaron para pasar a la agricultura. La demanda seguía creciendo y era necesario aumentar también la oferta, por lo que ZOI cuenta con 80 hectáreas en Pechina, junto al Campamento, donde está la sede central, y otras 70 en Níjar. Eso sí, con vocación a unificar toda la producción en su comarca en cuanto salga un proyecto de expansión en el que trabajar desde 2017.

Capacidad de almacenar 135 millones de litros de agua de lluvia

ZOI es una empresa eficiente en el consumo de agua. Por eso, una parte importante de su trabajo es almacenar cuando las nubes descargan, que en tierras almerienses suele ser pocas veces al año, pero cuando lo hace es con extrema braveza. “Le damos mucha importancia al tema del agua y de ahí que nosotros tuviéramos una mentalidad de recuperar toda la que cayera de lluvia. Tenemos la capacidad de recoger 135 millones de litros. Con eso tenemos para la mitad del agua que necesitamos para la campaña y nos permite mezclarla y tener cultivos distintos como pimiento o tomate, que necesitan aguas distintas. Además, tenemos la seguridad del agua de lluvia por si hubiera algún período de sequía o alguna rotura”, indica Adelina, que explica que esa recolección que realizan, les ayuda a la hora de cultivar productos tan diversos como tomate o pimiento, que necesitan una conductividad distinta.

“El Bajo Andarax nos viene por tradición familiar, nuestras raíces están aquí. Esta comarca tiene una riqueza agrícola histórica, de uvas y naranjas. Aquí hay mucho potencial, pero falta el desarrollo y nosotros nos vemos capacitados para ejecutarlo. La coordinación con las diferentes administraciones es muy buena, porque tienen ese deseo de desarrollo económico”, comenta Adelina Salinas, arquitecta, directora comercial de ZOI y una magnífica jugadora de tenis en sus años más tempranos, precisamente en el Club de Tenis Indalo de Pechina.

En su diversificación, ZOI mantuvo el equipo de la construcción y hoy forma una plantilla puntera en el sector agrícola

Pero la vinculación de ZOI con su comarca va más allá de simplemente la económica, que no es moco de pavo con 400 empleados del Bajo Andarax en los momentos punteros de la campaña. Además, la empresa almeriense está volcada en proyectos sociales, deportivos y educativos que permitan dar visibilidad a sus municipios y a sus habitantes. “Nosotros también queremos aportarle identidad como marca. El Bajo Andarax tiene que recuperar el peso que siempre ha tenido en la agricultura almeriense, como ahora tienen poniente y levante. Por eso creemos que es importante apoyar iniciativas educativas, saludables y deportivas. Apoyamos a los equipos deportivos, pruebas deportivas, ciertos días de eventos culturales y deportivos...”, que transmite una sensación de cercanía: “Los niños conocen ZOI y la ven como una empresa de su comarca, que se mueve por todo el mundo. Transmitir ese carácter de internacionalización hace que uno se sienta orgulloso de las empresas de su tierra”.

Los costes marcan unas campañas de mucho sufrimiento

Los resultados finales están siendo buenos a nivel general para la agricultura almeriense, pero es cierto que nadie les quita el sufrimiento y la incertidumbre que provocan los altos costes de las materias primas. “Estamos pasando años duros por el tema de los costes, pero nosotros somos sufridores. Éste es un sector de mucho sufrimiento, no hay nadie más sufridor que un agricultor, que al final hay que unirle también el del comercializador. En el recorrido largo, están siendo unos años difíciles. Salga como salga una campaña, éste es un sector de sufrimiento constante porque depende de unos factores en los que tú no influyes, como la subida de costes, clima, sucesos geopolíticos como la guerra, el Brexit, el COVID...”, y tantas otras calamidades que están marcando la década.

Y es que ZOI mira al mercado internacional. Desde su nacimiento, la empresa familiar puso su mirada en América y en Europa, y ahí tiene sus dos principales nichos de mercado. “Estamos centrados en las variedades que nos permiten una comercialización internacional. Desde el principio, nos fijamos el objetivo exterior, para exportación. En Europa, nuestro mercado fundamental son Inglaterra, Alemania y Países Escandinavos, mientras que en América, Canadá y Estados Unidos”, donde llegan los mejores productos del Bajo Andarax: “Ésta es una zona que normalmente es muy de tomate, por la conductividad del agua. Pero gracias a la recogida del agua de lluvia, estamos especializados tanto aquí como en Níjar en tomate, pimiento, calabacín y sandía. Son nuestros productos fuertes”, explica Adelina mientras muestra con orgullo las amplias naves y los invernaderos, en este caso, de pimientos listos para ser recolectados.

Otro de los puntos que prioriza ZOI es el agua, el ser eficientes y metódicos en su uso. “Es fundamental para nuestro sector y hay mucho que trabajar. Nosotros le ponemos mucho esfuerzo, mi padre le pone mucha implicación personal, tanto a la hora de resolver los conflictos de regantes como en la relación con la administración para ir avanzando y ser cada día más potentes”. Y es que darle a un empresario almeriense lecciones de uso eficiente del agua, suena casi a chiste. “Almería es un referente en el agua, de la debilidad sale tu fortaleza. Si tenemos excasez, al final nos hemos convertido en expertos a la hora de gestionarla. Hay empresas excelentes en cuanto a la gestión del agua, de los riegos... En nuestro sector, estamos muy a la cabeza de cualquier tecnología de riego en los invernaderos”.

Paco Salinas conversa con parte de su equipo en las oficinas.
Paco Salinas conversa con parte de su equipo en las oficinas. / Javier Alonso

Tres horas largas de reportaje, con entrevista, paseo por las instalaciones y charlas con el equipo, que son parte del gran valor de la empresa. Tres horas que se quedan cortas, pero que sirven para comprender por qué ZOI es una de las banderas del Bajo Andarax.

Un proyecto de expansión para crecer en la comarca

El deseo de ZOI es seguir haciéndose fuertes en casa. Cada vez más. En Níjar están cómodos y han podido darle un empujón importante a la comercialización gracias a las 70 hectáreas que allí tienen, pero su futuro pasa por reunificarse en el Bajo Andarax.

Por ello, los hermanos Salinas tienen entre manos un proyecto de expansión desde 2017, que esperan poder desarrollar muy pronto. “Hemos ido despacio, pero con la colaboración de la administración hemos conseguido varios de los permisos de que necesitamos para seguir creciendo aquí. Necesitamos crecer porque la demanda que tenemos cada vez es mayor, y nos enorgullecemos de crecer en casa. Eso sí, en Níjar estamos trabajando muy bien y no olvidamos que en un impás en el que necesitábamos más producción, allí pudimos tenerla”, indica Adelina.

Y es que tener unificada la empresa en una misma comarca da un plus a su filosofía. “Nuestras señas de identidad son producción en campo, sobre todo enfocados en la frescura, calidad y servicio directo al cliente. A todo esto tenemos que unirle nuestro compromiso con el Bajo Andarax, de donde es el 54% de la plantilla”, según unos datos internos que maneja la empresa y que permiten generar riqueza interior.

Una década de trabajo, expansión y crecimiento. La campaña 2013-14 marcó un antes y un después para ZOI. Son diez años de ritmo frenético. Es un sector de mucha actividad. En arquitectura, un proyecto te lleva un plazo largo, pero una compra-venta agrícola es rápida. Han sido diez años de ir viendo el sector desde distintas escalas, con un desarrollo de instalaciones a la vez que desarrollamos un modelo agrícola propio. Años de crecimiento, estabilización y ahora de concentración”, en su comarca, su casa.

¿Y cómo ha ido esa diversificación desde el sector de la construcción? “La verdad es que muy bien. La agricultura es muy atrayente, requiere de mucho trabajo, de mucha toma de decisiones rápidas, con riesgo claro, pero es muy gratificante a la larga. Compaginamos producción con comercialización y es enriquecedor ver el proyecto del crecimiento del producto y el contacto con el mercado final. En una misma mañana hablo con un polaco, un checo, un canadiense, un americano...”, concluye esta empresaria, arquitecta, tenista y, ante todo, buena persona.

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