Pistacho, cultivo rentable para la España vaciada
Se trata de un cultivo que, si bien requiere de inversión inicial y tiempo de espera hasta una producción aceptable, puede convertirse en medio de vida
Crisara opta por él como complementario para romper la estacionalidad
Almería/El pistacho es un cultivo rentable que pretende posicionarse como una oportunidad para complementar otras producciones y romper la estacionalidad laboral, favoreciendo así la fijación en el territorio frente a la España vaciada. De acuerdo a Cristóbal Aránega, director general de Bio Crisara: “El pistacho es muy bueno para el desarrollo de las zonas más áridas de España, ya que se adapta a condiciones límite y puede producir en condiciones extremas”. Éste añade que puede representar un medio de vida y rentabilidad importante.
En Crisara trabajan desde hace años en la investigación sobre el pistacho, de la mano incluso del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa), dependiente de la Junta de Andalucía, para ahondar sobre este frutal en campos de secano. “Nosotros estábamos delimitando qué variedades y patrones eran los más adecuados para esa España más árida, con menos pluviometría y, sobre todo, no como cultivo alternativo, sino como cultivo complementario”, apunta Aránega quien expone que el objetivo es conseguir que el pistacho sea un cultivo social, que pueda generar mano de obra y empleo en la zonas más deprimidas. Por citar un ejemplo, el director general de Crisara dice: “El almendro tiene un ciclo en el que acabas de recolectar en septiembre, pues en octubre empezarías a recolectar el pistacho; cuando acabas de podar el almendro, empezarías con el pistachero. Así se rompería con la estacionalidad para el empleo; de ahí lo de complementario”.
Además de los ensayos que se pueden ejecutar sobre superficies menores, Crisara ha consumado una experimentación más amplia sobre el pistacho como agricultores, “tenemos 15 hectáreas de este cultivo en Chirivel, donde llevamos los pistachos a la prueba de fuego como agricultores, gestionándolos como tal”. Gracias a esta producción, en lucha integrada y con plantas refugio sobre todo lavanda, en la firma están contrastando resultados, algunos parecidos a los obtenidos en los ensayos y otros totalmente distintos, ya que las fincas son diversas con distintos tipos de suelo, condiciones, erosión, etc. En dicha explotación, se han introducido todas las variedades y todos los patrones, incluso algunos que hasta ahora se decían que eran de regadío y están yendo fantásticamente en secano, según Aránega.
El pistacho es un cultivo rentable del que puede vivir una familia con una finca pequeña, si bien hay que esperar unos años, más que con otros frutales, desde que se planta hasta obtener beneficios. De acuerdo a las palabras del director general de Crisara, el pistacho ecológico se está vendiendo por encima de los ocho euros el kilo, precio al agricultor; y la producción en una hectárea de secano puede rondar los 400 kilos. La inversión inicial es fuerte, ya que una planta injertada ronda los 14 euros y el retorno de la inversión es más lento que, por ejemplo, en el almendro. La producción empieza a ser aceptable en torno a los ocho años, si bien a los seis ya se puede recoger cosecha, mientras que con el almendro basta esperar unos tres ejercicios, “pero luego, el pistacho es muy rentable porque pasado ese periodo tiene pocos requerimientos, no tiene grandes problemas de plagas ni enfermedades y la gestión es sencilla”, señala Aránega, quien añade que es un árbol muy agradecido. Su gran dificultad es el periodo inicial de la inversión y mantenimiento hasta que empiece a producir. “Es un cultivo adecuado a cualquier agricultor que con pequeñas parcelas pueden tener un medio de vida con él, cosa que con cereal o almendro no se podría”.
Para tener una visión más clara de rentabilidad, el responsable de Crisara hace cálculos en base a 7 hectáreas de producción en secano. En el caso del almendro ecológico cada una da 500 kilos que vendidos a 3 euros el kilo resultaría 1.500 euros, si se multiplica por siete, se obtendrían 10.500 euros a los que habría que quitar gastos y con ello no se podría vivir. Ahora bien, con pistacho ecológico, los 400 kilos por hectárea multiplicados por 8 euros de venta el kilo darían 3.200 euros y por siete son 22.400, “ya puedes vivir dignamente de tu cultivo porque los gastos son mínimos. Representa una oportunidad para romper la estacionalidad laboral en las zonas rurales y para poner en valor la economía familiar agraria”, insiste Aránega.
La época de trasplante del pistachero en raíz desnuda es de diciembre a febrero y si es en maceta se puede plantar en primavera o en octubre. Desde Crisara asesoran y además comercializan plantas de vivero con las variedades más adecuadas a cada zona.
Mientras tanto, la compañía sigue inmersa en la investigación en distintas líneas, una de ellas es a través del proyecto Chiotec: ‘Desarrollo de herramientas biotecnológicas para la mejora de la productividad y fomento de la implantación del cultivo de pistacho’. Éste tiene como objetivo general realizar nuevos desarrollos biotecnológicos y tecnológicos para mejorar la productividad del cultivo de pistacho en condiciones semiáridas y fomentar la implantación de nuevas plantaciones de pistacho. Para ello el equipo técnico del consorcio pretende solucionar los principales problemas técnicos existentes en el sistema productivo de pistacho en España y mejorar la productividad obtenida por unidad de superficie en las plantaciones de pistacho, mediante la adopción de soluciones biotecnológicas y tecnológicas que fomenten la mejora de la eficiencia de los recursos edáficos y que hagan posible la adopción de nuevas estrategias de control biológico de plagas y enfermedades en este cultivo.
El proyecto, que se encuentra enmarcado dentro de la convocatoria Feder Interconecta 2018, y subvencionado por el CDTI y apoyado por el Ministerio de Economía, concluirá en alrededor de un año y cuenta con un presupuesto global de 1,7 millones de euros. Además de Crisara, en el mismo participan otras firmas como Agrobio, Iberopistacho, y Almeriplant Semilleros, que coordina la iniciativa. A su vez también colaboran otras entidades como el Centro Tecnológico Tecnova y el Ifapa de Córdoba.
Bio Crisara, en concreto, trabaja en la mejora de desarrollo radicular en plantones de pistacho en todas las fases, en el aumento de la productividad mediante nuevos métodos de formación y diseño de plantación, productos sólidos con base microbiológica para ver cómo se pueden buscar herramientas biotecnológicas que hagan un cultivo respetuoso con el medio ambiente y la lucha integrada, y en ver cómo se puede contribuir a mantener los cultivos sanos con fauna auxiliar y generando plantas refugio.
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